martes, 12 julio
DO Utiel Requena
Al igual que ocurre con otros tipos de comidas, el vino seleccionado puede servir tanto para acrecentar el sabor de los platos picantes como para suavizarlo, por ejemplo, los vinos afrutados ayudan a atenuar el calor, dejando así que no se pierdan los rasgos de los ingredientes, mientras que los vinos ácidos proporcionan un contraste que amplifica los sabores, aunque todo depende de los componentes del plato en cuestión que vayamos a maridar.
En este sentido, si eres un amante del chile o de los platos típicos mexicanos, te aconsejamos un vino elaborado con la variedad Sauvignon Blanc, ya que las características herbales de este tipo de vinos casan estupendamente con los toques de lima y cilantro, propios de este estilo culinario.
En cambio, si prefieres las comidas tailandesas y chinas, puedes optar por variedades dulces, como Riesling, que contribuirán a armonizar los sabores y con su bajo contenido alcohólico refrescarán tu boca. De hecho, los vinos dulces son los idóneos para combinar con sabores agridulces, al equilibrar las sensaciones que producen esos platos.
En el caso de que lo tuyo sean los platos tradicionales de la india y del medio oriente, las variedades tintas como Bobal, Syrah, Pinot Noir o Malbec son las que mejor maridan con las especias, como el comino, el curry, el cilantro, el hinojo o el cardamomo, debido a que poseen también notas especiadas que se fusionan a la perfección con los sabores de estos ingredientes.
De manera que, la comida picante puede acompañarse con varios tipos de vino en función de los ingredientes que contenga, tan sólo debemos procurar que el vino seleccionado nos permita disfrutar adecuadamente del sabor característico de estos platos.