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Estreno mundial de la obra de Juan García Larrondo, con un montaje realizado por CAT Arrabal Teatro, interpretado por Arturo Domingo y dirigido por José Luis Prieto

Requena (04/02/25)

El domingo 2 de febrero se clausuró el Festival de Teatro Amateur de la Comunidad Valenciana en el Teatro Principal de Requena, con el estreno mundial de la obra merecedora del segundo premio del XIX Certamen Internacional de Teatro Ciudad de Requena, “Lo mío no tiene nombre (o regodeo de Sebastián en sus martirios)”, de Juan García Larrondo, con un montaje realizado por CAT Arrabal Teatro, interpretado por Arturo Domingo y dirigido por José Luis Prieto.

La obra es un monólogo, soliloquio en ocasiones, en la que un apuntador de teatro ya jubilado regresa a su pueblo natal, del que tuvo que huir años atrás por su orientación sexual, a recibir un homenaje. Sebastián, el protagonista, insomne, nervioso e inseguro por el acontecimiento, reflexiona sobre su vida y nos la va narrando según avanza la obra, sustentado por un texto duro, pero hábilmente construido que, con notas de humor y sin llegar al exceso, relaja la tensión y el dolor que ha sufrido.

Sebastián, interpretado por Arturo Domingo de una manera brillante y minuciosa, va desgranando su vida: su infancia, la falta de cariño y de comprensión en su ambiente familiar y social, la huida de su pueblo, su historia de amor desdichada, su trabajo como apuntador, su eterno amor al teatro…También, por qué no, su fe, con esa imagen de San Sebastián que se muestra en escena como un “confesor amigo” en un altar improvisado y que parece que es el único por quien se ha sentido comprendido durante muchos años… En su monólogo, ya sea reflexivo, se dirija a San Sebastián o con un guiño al público, se muestra, no obstante, a un hombre que ha sabido remontar, optimista y encantador del que, sin remedio, el espectador se enamora.

La puesta en escena es ágil, con elementos que ayudan y apoyan tanto al protagonista como al texto, aunque a veces peca de excesiva la proyección de imágenes demasiado rápidas e innecesarias en la trama, que pueden llegar a sacar de la representación al espectador. Se agradecen, eso sí, cuando son fijas y forman parte del decorado o nos acercan más al protagonista en su soliloquio. Cabría destacar, sin lugar a dudas, el trabajo de dirección, de escenografía y del equipo técnico.

“Lo mío no tiene nombre” es un sentido homenaje al teatro, ya no solo porque es lo que ha marcado profesionalmente la vida de Sebastián y ha sido su refugio, sino porque él, en sus recuerdos, menciona como parte de él mismo a muchos de los grandes de la escena: actores, actrices, dramaturgos, personajes… La obra también es un canto a la libertad para amar, a la aceptación de uno mismo y de los demás y una invitación a dejar fuera los prejuicios, cosa que a estas alturas, aunque ya tendría que darse por hecho, sigue resultando necesario.

Felicidades a CAT Arrabal Teatro por este montaje; también a Pànic Escènic, a la Agrupación escénica Enrique Rambal de Utiel y a Amigos del teatro de Castellón por las anteriores representaciones en este festival, que demuestra, una vez más, el buen estado de forma del teatro amateur de la Comunidad Valenciana.

Mónica Navarro

 

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