En un rincón del interior de Valencia, donde los campos de viñedos se extienden hasta donde alcanza la vista, hay un pequeño pueblo llamado Caudete de las Fuentes. Aunque la tierra aquí es generosa para la vid, el pueblo enfrenta un problema: casi no quedan bosques.

Sin embargo, en medio de esta realidad, surge un grupo especial de voluntarios. No es un grupo formal ni un club exclusivo, sino un equipo de vecinos y visitantes que, año tras año, dedica su tiempo y esfuerzo a una misión: devolverle el bosque a Caudete.

Cada invierno, cuando descansa la tierra, los voluntarios se reúnen temprano en la plaza del pueblo. Hombres y mujeres, jóvenes, niños y mayores llegan con guantes, palas y botas llenas de energía. En un instante, se organizan para reforestar los alrededores del pueblo.

Este año no es diferente. Los voluntarios plantarán cientos de árboles: encinas, pinos y arbustos autóctonos. Cada planta recibe un trato especial, como si fuera un tesoro. Los días de trabajo son duros, pero el cansancio se olvida con las risas, las charlas y el sentido de comunidad que une a todos. Al final de la jornada, los reforestados regresarán al pueblo, donde les espera algo especial: el gran asado popular.

En el salón, largas mesas se llenan de viandas. Hay carne a la brasa, embutidos locales, pan recién hecho y vino de las bodegas del pueblo. Pero más importante que la comida es la alegría. El asado no solo agradece el esfuerzo de los voluntarios, sino que también celebra lo que significa trabajar juntos por un sueño compartido.

La cita es el 8 de febrero, a las 9:30 h. en La Plaza de Correos, desde donde se partirá todos juntos hacia las zonas de plantación. Se recomienda llevar ropa y calzado cómodos, guantes de trabajo y una azada para colaborar de manera más efectiva.

Debido a que hay que proveerse de la bebida y del embutido que se va a asar, hay que apuntarse en el Ayuntamiento antes del día 5 de febrero.