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El NIÑO/A SENSIBLE
El estrés afecta a los niños/as, esto es un hecho ya familiar en el ámbito médico y psicológico.

La sensibilidad es una cualidad con la que se nace y, quien la posee, es capaz de relacionar todos los hechos de su vida cotidiana con sus sentidos y sus emociones.

La sensibilidad puede entenderse como la facultad de experimentar impresiones físicas, y esto es una función que corresponde a los nervios. Se relaciona directamente con el proceso psíquico de la percepción y con la facultad de sentir vivamente y, desde este punto de vista la sensibilidad, está en conexión con los procesos afectivos.

Los niños /as sensibles están como más expuestos o más vulnerables a estresarse, se quejan de dolores de cabeza, o de estómago, tienen dificultades para avanzar en su aprendizaje sin tener problemas en las capacidades perceptuales, e incluso son más vulnerables a los resfriados y a los malestares.

Ya en los años 70 Kasimir Dabrowski, Psicólogo, Psiquiatra y Medico Polaco hablaba de los “over exciting children”, es decir, de los niños altamente estimulados. Este grupo de personas sufre mucho a causa de su mentalidad y busca formas de huida inadecuadas a  fin de escapar de su peculiar forma de ser. Hecho que en la vida adulta puede lleva en problemas de Ansiedad y/o Depresión.

De hecho, todos conocemos personas que son más sensibles a su entorno, es probable que hayan sido niños/as altamente sensibles.

Algunas características que nos permiten detectarlos son:

  • Se sobreexaltan fácilmente
  • No les gustan las sorpresas
  • Aprenden mejor con una corrección amable
  • Usan palabras complejas para su edad
  • Muy sensibles al dolor
  • Fuerte sentido del humor
  • Parecen muy intuitivos
  • No rinden bien cuando hay grandes cambios
  • Se dan cuenta del dolor de los demás
  • Tiene preguntas profundas y desafiantes

La contra parte de todo esto radica en que al ser sensibles se adaptan con mayor dificultad, perciben mejor su realidad y por ello se saturan más fácilmente, lo que puede afectar a su socialización y a su proceso de aprendizaje. Pueden parecernos ensimismados, engreídos, o delicados, pero ello se debe a la fuerte impresión que produce la realidad en ellos, por lo cual es necesario tratarlos adecuadamente

Los niños/as altamente sensibles tiene una capacidad de percibir la realidad “de volumen más alto” la realidad les afecta de una manera más intensa, cualidad que en sí, no es negativa, pero que requiere saber encauzarla y tratarla.

La sensibilidad en estos niños/as no es una característica sólo psicológica, la hipersensibilidad abarca también la dimensión espiritual y física; son más sensibles al dolor, se cansan más rápido y tienen mucha facilidad para captar lo espiritual.

También suele estar relacionado con un alto cociente intelectual, hablamos de niños/as superdotados y/o con altas capacidades

¿Cómo ayudar a un niño/a sensible? Los padres podemos reforzar y estimular esta cualidad

  • Hablarles constantemente y escucharles
  • Cuidar lo que les rodea pues parecen distraídos y sin embargo están muy abiertos a toda la realidad, como si tuvieran varias antenas que captan diferentes frecuencias, por eso que a veces parece que tienen problemas de concentración, y lo que sucede en realidad es que se mueven en varios planos  de manera intensa y están procesando cada cosa
    • Estimular la comunicación asertiva. Ayudándoles a poner límites en sus relaciones sociales y enseñándoles a decir «no quiero».  Ya que suelen tener facilidad para ponerse en el lugar del otro  y caer en una exagerada capacidad de servicio y entrega a los demás.
  •  Ayudarle a desdramatizar los problemas o situaciones sociales para no hacer de las dificultades una tragedia. Suelen ser hipersensibles a la crítica y al juicio social lo que les lleva a veces a un excesivo perfeccionismo.
  •  Fomentar su seguridad en sí mismo, estimulándole para que exprese sus opiniones o ideas con naturalidad. Es preciso estar atentos a cómo se están juzgando a sí mismos.
  • Incentivar el desarrollo de estrategias para defenderse para que su excesiva reacción al entorno no impacte negativamente en su autoestima.
  •  Realizar el ejercicio diario de ayudarles a descifrar sus emociones, cómo se sienten y cuál es el  motivo, qué piensan de esto o aquello, cómo interpretan las situaciones, para captar si se equivocan o no en sus criterios. Para que puedan identificarse en un sentimiento o situación se pueden usar muchas analogías tomadas de su mundo de películas, lecturas y juegos.

LIBROS RECOMENDADOS

El cuaderno de Julia: Cuento para niños con altas capacidades. Raquel Martínez Guzmán

Emocionario: Di lo que sientes. Cristina Núñez

Raquel Martínez Guzmán
Dificultades de Aprendizaje
Psicóloga Nº col 11261

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