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EL OBSERVATORIO DEL TEJO/JULIÁN SÁNCHEZ

Hace ya algún tiempo escuché al insigne Alfonso Guerra calificar a la fallecida diputada del Partido Popular Mercedes de la Merced, con el apelativo de “Monja Alférez”. Ávidamente me puse a buscar la historia de este patronímico y hallé que correspondía a Catalina de Erauso, una novicia de origen vasco de tiempos de Felipe IV, militar, virgen y casi mártir, pendenciera, pasional, disfrazada casi toda su vida de hombre, que pasó gran parte de su existencia en tierras americanas, desempeñando diferentes oficios y participando en acciones militares.

Cuando apareció por las interioridades mediáticas de Cataluña, procedente de la Argentina de los Kirchner, la monja Sor Lucía Caram, dado su carácter aparentemente revoltoso comencé a relacionarla con las características de la monja vasca, pero esa impresión, vino a quedar muy pronto secada de raíz, al ponerme al corriente que la religiosa argentina recibía para su fundación denominada Rosa Oriol – donde una de las principales dirigentes de su patronato es Elena Rakosnik, esposa del anterior presidente Artur Mas –, subvenciones directas procedentes de la Generalitat de Catalunya. Desde aquel momento mi concepto pasó a abrigar la consideración de que, la señora Calam, más que “Monja Alférez” asumía la semejanza de “Monja Estrella”, habida cuenta su desmedida afición a los medios en una axiomática entrega a la defensa de la causa independentista de quien supuestamente tanto recibía.

La definición que ella hace de sí misma es la de “Monja Cojonera”, aunque más bien su verdadera enunciación alcanzaría a consolidarse como “Avispa Ponzoñosa”, pero, eso sí, de forma muy selectiva, habida cuenta que la objetividad para esta señora no aparenta existir y, mientras a algunos suele emponzoñar con el punzante estilete de su aguijón, a otros intenta abanicarles con sus alitas nerviosas con intención de refrescarles la vida, siempre según le dicte su real y subjetivo beneficio.

El amor de dicha señora, que ella misma declara sin el menor pudor, hacia Artur Más y también al Barça y a su paisano Leo Messi, ha llegado a alcanzar ya el culmen del despropósito, y últimamente ya la desfachatez no ha tenido límites al justificar públicamente el fraude fiscal cometido al alimón por el astro argentino y su padre Jorge Horacio Messi, condenados ambos por la Audiencia de Barcelona a 21 meses de cárcel cada uno, tras quedarles probado dicho dolo fiscal. Ambos fueron juzgados por defraudar a Hacienda un total de 4,1 millones de euros en los ejercicios 2007, 2008 y 2009, al no haber pagado en España los impuestos por los ingresos percibidos por los derechos de imagen.

La señora Calam se despachó a gusto en defensa de su admirado Messi, mostrando en evidencia una total falta el respeto y duda sobre la Justicia española, exculpando al condenado infractor alegando como fundamento que “la Abogacía del Estado está presidida por la ex directiva del Real Madrid Marta Silva y que es la única parte que acusó a Messi”.

Lo más lamentable de toda esta cuestión viene a ser la evidencia de que a la señora Calam aparenta importarle un pimiento el hecho de que se haya cometido un fraude fiscal de más de cuatro millones de euros y, además de forma continuada. En consecuencia, lo que a dicha señora parece preocuparle es que el denunciante haya podido ser el Real Madrid aun indirectamente en la persona de quien un día fuese directiva de dicha entidad, y para ello deja caer, sin el menor fundamento probado la entelequia: “Calumnia que algo queda”.

Deviene meridianamente clara la evidencia de que la señora Calam anda más influenciada por sus personales conveniencias que por sus intimas convicciones, habida cuenta que los fraudes aparentan preocuparle más bien poco si son cometidos por sus afines, ni tampoco de que el dinero de sus patronatos pueda llegarles del famoso tres por ciento que el nacionalismo catalán aparenta manejar con contundente habilidad. Para ella lo importante aparenta ser el frenar el dedo acusador y si ese dedo acusador fuese el Real Madrid, pues muchísimo mejor. No siempre ha sido tan benevolente la señora Calam con estos casos de fraude, habida cuenta del pronunciamiento que en su día efectuó contra la tonadillera Isabel Pantoja, de quien vino a escribir una sentencia del contundente tenor siguiente:  «Pantoja a la prisión. La corrupción es un delito grave y no debe haber diferencia de tratos. Duele que, teniéndolo todo y con talento, haya robado». Claro que seguramente la señora Calam valoraría muy profundamente el hecho de que la Pantoja no fuese ni separatista, ni culé, en consecuencia, carecía de eximente al respecto, según la ajustada escala de valores que atesora la susodicha reverenda.

Pero esta monja mediática sigue en sus trece defendiendo lo indefendible y a ella le importa un pimiento que el F.C. Barcelona se haya convertido en un nido de defraudadores fiscales. Al affaire Messi habrá que recordar otros también sonoros como fueron los de Romario, Etoó, Mascherano, Neymar, Adriano y últimamente la morosidad publicada de Dani Alves, así como el sonado acuerdo, que supone la no acusación del ex presidente azulgrana Sandro Rosell, y del actual Josep Maria Bartomeu, y mediante la aceptación del compromiso del FC Barcelona al pago de una multa de 5.5 millones de euros. Acuerdo que ha sido suscrito conjuntamente por los abogados del FC Barcelona junto con el Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado, a efectos de evitar el juicio que debía llevarse a cabo por supuesto fraude fiscal en el fichaje del brasileño Neymar. Un genuino paraíso de defraudación, pero claro, cuando en Cataluña existen problemas económicos es que “Espanya ens roba” y cuando se trata del Barça “La culpa la té el Real Madrid”, y este es un soniquete que la monja Calam se ha aprendido muy bien.

Señora Calam, no debería ser yo quien le dijera a usted esto, habida cuenta de su condición superior en la religión, pero, acusar a una profesional en el ejercicio de su cargo de prevaricar sin argumentos fehacientes para realizarlo, simplemente porque dicha profesional sea socia o aficionada a un equipo determinado de fútbol, puede considerarse como una calumnia proferida. Y si recurrimos a lo establecido en el Catecismo vigente de la Iglesia Católica, “la calumnia es el comentario efectuado mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos, comprometiendo o poniendo en cuestión gravemente el ejercicio de la justicia y la equidad de la sentencia pronunciada por los jueces”.

En este mismo sentido, sería bueno que usted fuese consciente de que en el caso de España – y todavía Cataluña es España -, deviene establecido que la difamación es un delito que está regulado en el Código Penal, concretamente entre los artículos 205 y 216. En estos apartados lo que se hace es establecer lo que son los delitos de calumnias e injurias, así como las penas que se instituyen a las personas que los lleven a cabo, y en el caso de proferir calumnia, el individuo o individua en cuestión que la lleva a cabo puede enfrentarse a penas de cárcel de hasta dos años, así como a multas de veinticuatro meses.

A “Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Significativa frase atribuida evangélicamente al Maestro Jesús de Nazaret. Y en ese mismo sentido le manifestaría señora mía que si usted o alguien de su conocimiento, tuviesen noticias fehacientes de que algún miembro de la plantilla del Real Madrid, directivo o cualquier persona relacionada con la entidad, o cualquier otra entidad actuante en nuestro país, hubiesen realizado algo parecido a un fraude fiscal que perjudicasen lar arcas públicas, tal y como ha quedado constatado efectuó su admirado Messi, personalmente, como socio de dicha entidad y ciudadano español, les agradecería que se personasen como acusación al respecto, simplemente porque atendiendo a criterios de estricta justicia, lo que dejan en descubierto los más poderosos, al final tenemos que cubrirlo a prorrata los menos pudientes, y eso no deviene en justa lógica ni para lo que corresponde a Dios, ni para lo que concierne al César. Ni la ley, nio las Escrituras parecen darle la razón señora.

Pero claro, usted aparenta estar por encima de todo, si hasta ya ha dado la absolución a los pecados de Mas y Trias en materia social ¿Qué más podemos esperar? Claro que el justificar fraudes y perdonarlos alegremente también atenta contra la moral cristiana y la propia justicia civil, en consecuencia, como ciudadano de a pie, que paga impuestos, le rogaría que se dejase usted de tanto circo mediático y si tuviese consciencia documentada y fehaciente de cualquier vulneración legal, tuviese usted la decencia de denunciarla ante los tribunales de justicia en lugar de divagar y lanzar imaginarios por las redes sociales y demás medios de comunicación donde usted aparenta sentirse tan a gusto. Pero claro, cuando no hay evidencias lo más cómodo es calumniar y tratar de buscar la justificación en el desprestigio del rival, o sea, la marrullería antes que corregir los desequilibrios producidos por ciertos amigos propios quienes no aparentan estar muy a gusto con el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, esas mismas las que usted califica de “delitos graves sobre los que no debe haber diferencia de tratos”, excepto, si los que los cometen son separatistas o juegan en el Barcelona, entonces suele usted ser más benevolente y comprensiva.

Señora Calam, no estoy dentro de su pensamiento, por lo tanto, no voy a reputar sus sentimientos, pero sí me atrevería a decirle que los valores de una religiosa distan mucho de ser los que usted muestra en su habitual deriva de fanatismo partidista. Por respeto a los miles y miles de religiosas que en el mundo dan la cara por la atención y asistencia a millones de personas necesitadas y que con abnegación y sin alharacas se entregan al mandato de Jesús mediante la acción y la oración, debería de tomar usted ejemplo y olvidando su ego en el interior de un armario deje de lado la política y otros apegos y emplee más sus energías en otros menesteres más acordes a su sagrada vocación, olvidándose de las cámaras y de la política y dirigiéndose más la efectividad en la gestión sobre las necesidades físicas y espirituales de las personas. Le recuerdo al efecto una acertada frase del genial Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Deje usted las cámaras para doña Belén Esteban y dedíquese con más fuerza a lo que debería ser su labor fundamental. Si usted estima que Dios le ha llamado por el camino de la política, abandone sus hábitos y dedíquese a ella en cuerpo y alma, de lo contrario haga lo que tenga que hacer, pero, recuerde siempre la cita anteriormente mentada del Evangelio: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”, simplemente porque ante Dios y ante la justicia, todos debemos ser iguales, tanto si nos llamamos Messi o Pantoja , como si nos llamamos Pérez o García, y tenga siempre claro que lo que se deja de tributar por parte del que debe hacerlo, lo deben de subsanar los que tributaron conforme a su real obligación, y eso, señora mía, no responde con lo preconizado tanto por la Justicia Divina, ni, por supuesto, con la humana.

Julián Sánchez

 

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