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Cuaderno de Campo. La Naturaleza en la Meseta de Requena-Utiel
Javier Armero    /   15 de noviembre de 2106

El artículo de hoy es continuación de aquel que se publicó hace ya dos semanas en la presente revista digital de Requena, aprovechando por entonces la celebración de la festividad de Todos los Santos.

Después de que se abordara su interesante y peculiar biología se concluyó que estos animales eran muy beneficiosos tanto para el medio ambiente como, incluso, para el ser humano. La intención era, sin duda, presentar a estos animales con una visión más objetiva y real de lo que tradicionalmente se venía haciendo, al ser considerados por nuestra sociedad como unos seres antipáticos y, en general, poco aceptados.

En este Cuaderno de Campo se presentarán las especies de quirópteros que habitan la comarca de Requena-Utiel y también se darán algunas consideraciones sobre su estudio y su necesaria conservación.

Siendo honesto, lo primero que habría que decir es que se sabe muy poco de la situación de las distintas especies de quirópteros en la Meseta de Requena-Utiel. Los conocimientos que se tienen actualmente son en base a localizaciones, muchas veces poco metodológicas, de refugios de cría o de invernada, o de ejemplares solitarios que se han ido encontrando puntualmente en diferentes lugares como casas de labor y cavidades naturales, principalmente.

En base a ello, y a las citas que aparecen en el Banco de Datos de la Biodiversidad de la Generalitat Valenciana, podemos afirmar que hasta 16-17 especies de murciélagos se han podido citar en esta extensa comarca del interior valenciano. Llama la atención que esa cifra supone, paradójicamente, que el grupo taxonómico de los quirópteros sea el mayor en número de especies de todos los de mamíferos que existen en la demarcación.

Sin embargo, el grado de conocimiento que se tiene de ellas es realmente muy escaso y por tanto, se considera necesario abordar en el futuro programas de investigación más completos que ahonden en su estatus poblacional y distribución comarcal.

Es un número considerable si lo comparamos con el total de especies que habitan la Comunitat Valenciana, y que se establece en un total de 22, aunque muchas de las especies con las que se cuentan en la comarca es a partir de unos pocos contactos o incluso una única cita.

Para facilitar la comprensión por parte del lector de este artículo divulgativo se ha creído conveniente clasificar a los murciélagos que habitan la comarca de Requena-Utiel en tres categorías atendiendo al tipo de refugio que buscan para guarecerse. Así hay 9 especies principalmente cavernícolas y 7-8 fisurícolas y/o urbanas. Sin embargo, la comarca no cuenta con ninguna especie estrictamente arborícola, como sí que las hay en otros sectores de la mitad norte de la Comunitat Valenciana, como son los casos de nóctulos pequeños Nyctalus leisleri, barbastelas Barbastella barbastellus, y orejudos dorados Plecotus auritus.

En el primer grupo se encuentran aquellos murciélagos que pasan buena parte de su ciclo vital en refugios subterráneos, especialmente en cuevas y simas, aunque también pueden utilizar otros ambientes como bodegas o túneles, tan frecuentes en nuestra comarca. Incluso también ocupan algunas casas de campo que cuenten con habitáculos con la suficiente oscuridad y tranquilidad para poder guarecerse. Así, tenemos aquí a las siguientes especies: murciélago grande de herradura Rhinolophus ferrumequinum, pequeño de herradura Rhinolophus hipposideros, mediterráneo de herradura Rhinolophus euryale,  mediano de herradura Rhinolophus mehelyi, ratonero ribereño Myotis daubentonii, ratonero patudo Myotis capaccini, ratonero ibérico Myotis escalerai, ratonero pardo Myotis emarginatus y de cueva Miniopterus schereibersii.

De este numeroso grupo llaman la atención por su característica morfología facial los rinolofos o murciélagos de herradura, llamados así por presentar en el rostro una llamativa excrecencia nasal que recuerda de alguna manera a tal instrumento de la caballería y que está relacionada con la canalización de los ultrasonidos que emite. Además los rinolofos tienen otro rasgo que los identifica fácilmente y es que son los únicos murciélagos que en reposo se cuelgan típicamente hacia abajo enganchándose con sus patas de los salientes de los techos de las cavidades donde se ocultan, cubriendo su cuerpo con el patagio de una manera característica.

De los cuatro murciélagos de herradura, el mediano está catalogado en la Comunitat Valenciana como en Peligro de Extinción, así como el murciélago ratonero patudo, perteneciente al género Myotis. De ambos se cuenta en la Meseta de Requena-Utiel con una única localización, según el Banco de Datos de la Generalitat Valenciana, y ambas en el valle del río Reatillo. Para que se hagan una idea de la situación en que se encuentran estos animales les puedo decir que en prospecciones exhaustivas que se hicieron entre 1998 y 2004 revisando un total de 10000 cuevas conocidas en el ámbito autonómico tan sólo se pudieron localizar en 18 de ellas. Parecen necesitar unas condiciones ambientales muy concretas para que puedan colonizar un territorio, especialmente un microclima especial en el interior de las cavidades donde se refugian y buenas zonas de ribera y humedales relativamente bien conservados (datos obtenidos del Plan de Recuperación de los murciélagos ratonero patudo y mediano de herradura en la Comunitat Valenciana; Conselleria de Medi Ambient, Aigua, Urbanisme i Habitatge, 2007).

En cuanto a las especies denominadas fisurícolas la situación no es tan alarmante, en general. Lo conforman distintos tipos de murciélagos, de anatomía muy dispar, que son mucho menos exigentes en cuanto a la selección de refugios y de hábitat. Son típicos habitantes de los cintos rocosos donde se refugian en grietas y fracturas del terreno, aunque muchos de ellos han colonizado los pueblos y ciudades donde buscan fisuras que les proporcionan las construcciones humanas.

Así, en este grupo contamos con el  murciélago enano Pipistrellus pipistrellus, el de Cabrera Pipistrellus pygmaeus, el de borde claro Pipistrellus kuhlii, el montañero Hypsugo savii, el hortelano Eptesicus serotinus / hortelano pálido Eptesicus isabellinus, el orejudo gris Plecotus austriacus y el rabudo Tadarida reniotis.

En relación a los murciélagos enano y de Cabrera, prácticamente idénticos anatómicamente, cabe decir que hasta hace muy poco se consideraban una misma especie, denominada como murciélago común. Sin embargo, aspectos como los distintos sonidos de ecolocalización y algunos detalles morfológicos como la presencia de unos abultamientos entre las fosas nasales que tiene el de Cabrera y que no presenta en el enano los ha hecho escindirse en las especies actuales. Algo parecido ha sucedido con el tradicionalmente considerado como murciélago hortelano y del que ahora se ha creído conveniente separarlo en dos especies (hortelano y hortelano pálido; de las que por cierto, no se sabe con certeza cuál de las dos, o quizás las dos, habita Requena-Utiel). Otro asunto más que conviene clarificar en la investigación sobre los quirópteros comarcales.

Dos murciélagos inconfundibles, sin embargo, son los orejudos y rabudos. Su morfología es espectacular. Ambos presentan unos magníficos y desproporcionados pabellones auriculares que los caracterizan. Personalmente el murciélago rabudo me encanta. Su gran tamaño, no en balde es el de mayor envergadura de la Comunitat Valenciana, y su anatomía peculiar, con las orejas echadas hacia adelante y dotado de una cola bien visible por presentar más de la mitad de ella fuera del uropatagio, lo identifican con facilidad. Además, el hecho de emitir sonidos claramente audibles por el ser humano, hacen de este animal uno de los más interesantes de nuestra fauna local. Permanecen activos durante el invierno; así, mientras el resto de especies se aletargan en sus refugios, el rabudo se le puede ver volar en los crepúsculos de los meses más fríos, desafiando las condiciones climáticas adversas que por entonces se dan en nuestro entorno. Realmente magnífico.

La identificación y el estudio de los murciélagos presentan cierta dificultad por el enorme parecido que hay entre varias de las especies y por la biología tan especial que estos animales presentan. Sin embargo, existen técnicas que permiten profundizar en su conocimiento, como la observación directa en sus vuelos de caza en las inmediaciones de farolas iluminadas, a las que acuden en busca de polillas y otros insectos nocturnos, o al atardecer o al amanecer en torno a puntos de agua. Por ejemplo, es realmente gratificante poder contemplar como varias decenas, o a veces cientos, de individuos de distintas especies revolotean a ras de agua en los estanques de riego de El Pontón en busca del abundante suministro de insectos que allí se produce. ¡Cuántas puestas de sol me he quedado allí embobado viendo los espectaculares quiebros en el aire y  el ir y venir de los quirópteros afanados en la captura de insectos voladores!

Hoy el avance de la tecnología pone en disposición de los especialistas unos aparatos que facilitan muchísimo la identificación de los murciélagos en el aire. Existen unos sofisticados aparatos detectores de ultrasonidos que ayudan a vincular las diferentes frecuencias en la emisión de las voces con las diferentes especies, y aunque no siempre es fácil hacerlo, mejora muchísimo el conocimiento de la fauna de quirópteros en una localidad sin necesidad de recurrir a identificarlos en mano o molestarlos en sus lugares de reposo o reproducción.

Hay que tener en cuenta que todos estos animales están protegidos por la ley, no sólo por los beneficios que reportan sino porque sus poblaciones están disminuyendo considerablemente en los últimos tiempos. Por ello debemos evitar molestias innecesarias que les puedan ocasionar perjuicios, especialmente en épocas tan críticas como la de hibernación o la de reproducción.

Hay dos factores principales que amenazan su continuidad en el medio natural. Por un lado la utilización de productos químicos en la agricultura y la transformación del entorno donde viven los murciélagos, que influyen en la disponibilidad del principal alimento que consumen: los insectos.  Por otro lado, la pérdida o alteración de sus refugios invernales o de cría, en especial para el grupo de especies cavernícolas nombrado anteriormente.

Para intentar revertir la situación se considera necesario cambiar la actual imagen de especies perniciosas para el ser humano por otra mucho más ajustada a la realidad. Por ello se ha de incidir en la poderosa herramienta que proporciona la educación ambiental en este sentido; estos dos artículos que se acaban de presentar van en ese sentido.

Hay que concienciar a niños y a adultos, en general. Y en particular a los agricultores que tratan con pesticidas el campo; a los espeleólogos y/o turistas en general que frecuentan las cuevas para que no ocasionen molestias con su presencia a los murciélagos que allí pudieran refugiarse; y a los propietarios de las casas en cuyos áticos, cámaras, bodegas o incluso huecos de su estructura sirven de hábitat a estos valiosos e interesantes animales. Muchas veces las reformas efectuadas en los edificios echan al traste colonias enteras de estos animales, o puntos de refugio o reproducción situados bajo las tejas, medianeras, u oquedades de las fachadas o techumbres.

¿Qué podemos hacer si encontramos murciélagos en casa? En el caso de que sea un solo individuo el que ha entrado ocasionalmente, debemos abrir las ventanas para que pueda salir al hacerse de noche o bien cogerlo con unos guantes y con cuidado (son unos animales de anatomía muy frágil) y llevarlo a un sitio elevado para que al anochecer pueda irse por él mismo.

En el caso de que descubramos una colonia en nuestro edificio, hay que recordar que son animales protegidos por la ley y que son mucho mayores los beneficios que nos reportan que las molestias que pudieran ocasionar. En cualquier caso sería conveniente comunicarlo con los agentes medioambientales para que nos puedan orientar sobre la situación. De todas maneras, sin duda, será un motivo de alegría y una responsabilidad por nuestra parte poder colaborar en la protección de esos magníficos animales.

Los murciélagos, criaturas de la noche. Joyas de la naturaleza comarcal muy poco conocidas por sus gentes. Prodigio de millones de años de evolución. De biología tan curiosa como fascinante. Habitantes de bosques, sierras, campos, y también vecinos de los humanos desde tiempos neolíticos.

Ojalá que esa vieja relación sea fortalecida en el futuro con la admiración, respeto y protección que se merecen.

Los murciélagos; criaturas de la noche, criaturas de la naturaleza.

JAVIER ARMERO IRANZO

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