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Resumen del programa nº 112 de “En este lugar…” (22-11-2016): “El antiguo oficio de carbonero”, con Antonio López Haba, vecino de Los Isidros

Hasta la llegada del uso generalizado del petróleo, el carbón vegetal era una materia prima básica en todos los hogares, especialmente en los ámbitos rurales. Hasta los años 50 del pasado siglo, el carbón se utilizaba para las cocinas y la calefacción en las casas, además de ser empleado en los antiguos vehículos con mecanismo de propulsión a gasógeno. El invitado a este programa, el guardia civil retirado natural de Los Isidros, Antonio López Haba, es un gran conocedor de la vida del antiguo productor de carbón vegetal en nuestra Comarca, pues ya desde muy pequeño tuvo que ayudar a su padre en la construcción de las carboneras y la vigilancia de la combustión controlada de la madera, para su transformación en carbón y posterior venta a las carbonerías que existían en los pueblos. Este era un medio de vida que combinaban con el procesado y elaboración de útiles con esparto (al que dedicaremos más adelante otro programa) y con los trabajos en la agricultura. Las duras condiciones de vida de las personas en aquellos años, explicaban que los carboneros llevaran consigo todos los accesorios con los que podían proveerse de comida en el monte durante los días que tenían que pasar vigilando la producción de carbón. El cepo para la captura de conejos, el perro para la caza de ardillas, y el acceso a las fincas para conseguir un poco de uva con el que alimentarse durante esos días, eran habituales en la vida de los carboneros. La construcción de carboneras ha modelado el paisaje de determinadas zonas de nuestra Comarca, al quedar rastros de barro cocido en planicies donde se asentaban las carboneras. Este material era posteriormente utilizado, por su impermeabilidad, para la protección de tejados. Son espacios que han quedado yermos para la vegetación pero que conservan viva la memoria de oficios antiguos como el de los carboneros.

Antonio López nos transmite con emoción la experiencia de sus años de juventud como carbonero, explicándonos con detalle cómo se construía y se trabajaba en una carbonera. En la realización de este programa hemos tenido ocasión de contemplar la maqueta en miniatura que Antonio, en compañia de su esposa, ha realizado, para dar a conocer a las generaciones futuras cómo se elaboraba carbón vegetal en el pasado. Una de esas maquetas permanece en el Centro de Interpretación del Parque Natural de las Hoces del Cabriel, en Venta del Moro.

El aprovechamiento de todos los recursos que proporcionaban los espacios forestales también es un mensaje que se recibe de las palabras de Antonio López, pues todo tipo de matas cuya madera fuera útil para elaborar carbón, así como los recortes en las talas de pinos, debían ser aprovechados para disponer de ese bien tan valioso. En este programa también se hace distinción entre el oficio de carbonero con dedicación exclusiva, y la práctica de la carbonería de manera eventual, compartiéndolo con otras actividades agrícolas o artesanas, en las que se ocupaban muchas familias, como la de Antonio, para disponer de los ingresos necesarios con los que poder vivir a lo largo del año.’

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