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Página Cultural-científica de la Fundación Lucio Gil Fagoaga

Requena (10/03/2025)- Javier Armero Iranzo, Societat Valenciana d´Ornitologia.

La Meseta de Requena-Utiel es una comarca rica en aves rapaces. Unas son reproductoras aquí en mayor o menor grado: ratoneros, gavilanes, azores, cernícalos, halcones, aguiluchos cenizos y laguneros, y buitres; y otras solamente aparecen durante la invernada, como esmerejones, aguiluchos pálidos y milanos reales, o durante su migración hacia otras localidades, como milanos negros, alcotanes y abejeros. Pero de entre toda esta completa representación sobresalen las águilas. Imagen de lo salvaje, de lo natural y de la grandeza de los paisajes que ocupan, pocos animales reflejan tan bien la belleza, la fuerza y la libertad como las águilas.

En nuestra comarca se dan cita seis especies de águilas, aunque dos de ellas, hasta el momento, no crían aquí: la pescadora y la imperial. Por su parte, el águila culebrera recibe este nombre por la alimentación tan singular que presenta, a base de culebras mayoritariamente. Su gran tamaño, ojos amarillos y color predominantemente blanco del plumaje visto desde abajo, son sus características más distintivas.

La calzada es la más pequeña de todas las águilas ibéricas. Al igual que la culebrera utiliza los árboles para criar y pasa el invierno en África, llegando a nuestros montes al inicio de la primavera. Su dieta es mucho más generalista ya que consume aves de tamaño medio, conejos y lagartos, entre otros animales.

La más grande y poderosa de todas es, sin lugar a dudas, el águila real. De plumaje marrón, mirada penetrante y pico ganchudo y formidable, no deja indiferente a la persona que la ve. Algo más de una decena de parejas regentan sus territorios en diferentes parajes comarcales, incluyendo habitualmente grandes cantiles en los que poseen sus enormes nidos. Su alimentación está basada, sobre todo, en mamíferos de tamaño medio, especialmente el conejo; aunque no desdeña otras presas e incluso, la carroña.

Pero es la perdicera la más emblemática de nuestras águilas. Y lo es porque su situación nacional e internacional es ciertamente delicada. La población española, que representa más de la mitad de la existente en toda Europa, se cifra en apenas 710-750 parejas, y con tendencia decreciente. En la Comunidad Valenciana está declarada oficialmente En Peligro de Extinción. En la Meseta de Requena-Utiel apenas sobreviven 8 parejas distribuidas principalmente por los valles del Cabriel, del Magro y del Reatillo. Su vuelo es de los más ágiles y acrobáticos de todas las águilas, y en el que se la distingue muy bien ,pues muestra un contraste muy evidente entre las alas de color oscuro y el vientre y el pecho, que son blanquecinos.

Las aves rapaces cumplen un papel fundamental en la dinámica de los ecosistemas mediterráneos. Además, en nuestra comarca se han convertido en muy buenos aliados del viticultor por haber contribuido a controlar las sobrepoblaciones de conejos que se dan en la meseta agraria central. Sin embargo, e incompresiblemente las aves rapaces en general, y las águilas, en particular, presentan una elevada mortalidad que condiciona seriamente su continuidad futura. La principal causa de muerte no natural es la electrocución en apoyos de las líneas de distribución eléctrica. Estos elementos son muy utilizados por las rapaces como atalaya desde donde divisar el territorio, especialmente entre campos de cultivo en los que abundan sus presas. Las águilas, al posarse en las torres metálicas, pueden contactar a su vez con un cable en tensión y el desenlace es fatal. La colisión en vuelo contra el cableado eléctrico también es una causa de muerte comprobada. Existen elementos y correcciones para mitigar estos riesgos, pero su implantación todavía no es generalizada. Otras amenazas presentes aquí son el ahogamiento en balsas y depósitos de agua o el disparo con arma de caza.

Demasiados problemas, pues, para unos de los animales más importantes de la comarca. Serias amenazas que podrán llegar a ser disipadas, únicamente, con el conocimiento, la admiración y el respeto que se merecen estas magníficas aves.

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