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PÁGINA CULTURAL – CIENTÍFICA FUNDACIÓN LUCIO GIL DE FAGOAGA

Requena (09/06/25)- Marcial García Ballesteros (CER, Asremus)

La figura y la obra de Richard Wagner han trascendido lo universal para integrarse sólidamente en lo local, a pesar de que su música ha sido siempre controvertida. Requena es un claro ejemplo.

La Fundación “Lucio Gil de Fagoaga” conserva una interesante colección bibliográfica y documental de y sobre Wagner. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que Lucio Gil fue fundador y presidente de la Sociedad Musical “Wagner-Rossini” de Requena (1912).

También la Biblioteca Pública Municipal de Requena acoge libros, grabaciones y películas relacionadas con Wagner.

WAGNER EN ESPAÑA

La música de Wagner, en España, fue conocida antes por sus fragmentos sinfónicos que por las representaciones operísticas. Oberturas, temas instrumentales y corales, se introdujeron en el repertorio de orquestas y bandas, hasta formar parte principal del mismo, siendo de 1867 la primera interpretación bandística de Wagner de que se tiene noticia en España.

El estudio histórico del Certamen de Bandas de Valencia, reafirma la predilección por la música de Wagner en los primeros cien años de celebración. A pesar de que hoy en día, la interpretación de transcripciones bandísticas está en su momento más bajo, los archivos siguen reflejando esta antigua preferencia.

WAGNER EN REQUENA

No podemos afirmar que Requena sea, o haya sido, una ciudad wagneriana. Tan sólo una vez, 1959, la Banda Municipal de Requena llevó a Wagner al Certamen de Valencia (obertura de Rienzi). Sin embargo, si hablamos de individualidades, hay casos notables que merece la pena destacar:

Lucio Gil Fagoaga fue alumno de Adolfo Bonilla y San Martín, miembro fundador de la Asociación Wagneriana de Madrid. De él procede gran parte de la biblioteca actual de la Fundación y, desde luego, el patrimonio wagneriano.

El compositor, pianista y director requenense Mariano Pérez Sánchez (1866-1946) fue, sin duda, otro admirador de Wagner.

Entre sus fondos, contamos con dos curiosas ediciones bandísticas: una selección de Lohengrin, para banda militar, editada en París a finales del siglo XIX, con una instrumentación difícil de completar por una banda como la de Requena en aquel momento. Y otra edición alemana, más centrada en los metales y menos en las maderas, próxima a la realidad requenense de la época. Se trata del oratorio La Cena de los Apóstoles. A la vista de la partitura y del material manuscrito conservado, resulta plausible que Pérez Sánchez pensara participar en el Certamen de 1894, donde esta obra se designó como obligada, algo que al final no se llevó a cabo.

En el Fondo Musical Requenense se conservan otros materiales bandísticos, así como reducciones para piano y arreglos de canciones de Wagner para voz y piano.

El tercer personaje es Rafael Bernabeu López, cuyo fondo musical se custodia también en el archivo de la Asociación Requenense de Musicología.

Bernabeu, fundador de varias rondallas requenenses, también apreciaba a Wagner. Su biblioteca musical cuenta con algunos ejemplos:

En el apartado de arreglos para rondalla, en 1925 está fechada una selección de la ópera Tannhäuser para violines y rondalla. Es extraño que Bernabeu no la utilizara para su Rondalla y Coros de Requena, para la que arregló, en 1954/55, el Coro de Peregrinos, que sería una de las composiciones más populares de la agrupación.

No termina aquí el patrimonio wagneriano conservado en Requena. El archivo de la Sociedad Musical «Santa Cecilia» cuenta con interesantes transcripciones del autor alemán, aunque los directores que han pasado por su banda no han sido especialmente wagnerianos.

La presencia de Wagner en la música requenense supone un atractivo patrimonio, ofreciendo a músicos y musicólogos la oportunidad de conocer la recepción local de un compositor que, a pesar de su lejanía en el tiempo, dejó un legado que todavía levanta pasiones. En el aspecto histórico, la documentación catalogada en la Fundación es, por sí sola, de un valor inestimable.

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