Viticultores a la greña

FUENTE LA RAZON.ES/12.05.14 – 00:53 – V. LLADRÓ | ALICANTE.

Vuelve a tomar impulso la vieja idea de una marca ‘paraguas’ con el nombre de Valencia para todos los vinos de la Comunitat Valenciana, pero al mismo tiempo regresa la oposición tajante desde los demás territorios de la región con denominaciones de origen: Alicante y Utiel-Requena, que se oponen a una normativa auspiciada por la Conselleria de Agricultura al considerar que favorece a la DO Valencia. Y la cuestión ha acabado en demanda ante el juzgado.

El nuevo reglamento de la DO Valencia permite etiquetar con dicho origen vinos que se hayan producido en demarcaciones limítrofes, lo que incluye a la de Alicante, la de Utiel-Requena y llega hasta la de Almansa, donde existe hoy una apreciable producción de uva de la variedad Garnacha Tintorera, que antaño tuvo gran predicamento en Lliria y otras zonas valencianas de las que desapareció. Se trata de una uva que se ha reapreciado por su capacidad de mejorar el color de vinos de otras variedades.
Sin embargo, viticultores, bodegueros y responsables de las otras DO consideran inaceptable la intromisión expansiva de la de Valencia, así como el impulso dado por la propia Conselleria de Agricultura, y han terminado llevando el conflicto ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

Utiel-Requena y Alicante rechazan de plano la idea de una marca única; ni siquiera ven conveniente la existencia de la marca ‘paraguas’ con el nombre de Valencia, y rechazan por todo ello que la DO Valencia tenga trato de favor. Reconocen que, en el caso de Utiel-Requena, hay un acuerdo tácito desde hace años que permite que vinos de una u otra demarcación pueda ser etiquetado ocasionalmente como de la vecina si así conviene, para facilitar la actividad comercial de bodegas que actúan principalmente en zonas limítrofes.

Sin embargo ese acuerdo no terminó de formalizarse en algo de mayor envergadura y, desde luego, en Utiel-Requena dicen que es mayoritaria la opinión en la zona para que no se vaya a más. Prefieren mantener la personalidad propia bien diferenciada e ir creciendo poco a poco. De hecho advierten que ese pacto para embotellar indistintamente con una DO u otra ha funcionado mayoritariamente en un sentido. Es decir que ha permitido que grandes empresas vinícolas asentadas en la DO Valencia puedan comprar vino a granel a los productores de Utiel-Requena y embotellarlo como si fuera de la DO Valencia, y eso no les gusta porque se sienten meros suministradores de materia prima barata.

En el fondo hay una lógica razón de precios y rentabilidad. Los productores de Utiel-Requena advierten que la DO Valencia ha ido perdiendo viñedos y producción en las últimas décadas, por lo que las grandes empresas exportadoras tienen que buscar producto donde está, y lo más cerca posible es Utiel-Requena (también Alicante por el sur). Entonces plantean que si se elige lo suyo por calidad, que se reconozca en el precio y en el etiquetado de la DO que corresponde.

Del otro lado se argumenta que el nombre de Valencia es reconocido en todo el mundo y a fin de cuentas se trata de vender. Sin embargo, viticultores que defienden las otras dos DO indican que éstas van teniendo cada vez más predicamento, que se distinguen de manera creciente con vinos y marcas que son reconocidos y apreciados, que los clientes así se lo aseguran y que, en todo caso, prefieren seguir este camino esperanzador antes que diluirse en una gran DO Valencia, como se está intentando hacer.
Los consejos reguladores de Alicante y Utiel-Requena intentaron que mediara la Conselleria de Agricultura, pero este departamento se limita a señalar que el nuevo reglamento tiene el apoyo de los técnicos y que hay bodegas de dichas denominaciones que quieren poder vender bajo la DO de Valencia para no perder oportunidades comerciales. Por otro lado, la Conselleria garantiza la supervivencia de las tres DO de la región, más la indicación geográfica protegida de Castellón.

Desde la DO Valencia se insiste en señalar que tan sólo se trata de reglamentar algo que se hace desde hace tres décadas, que unos vinos y otros se puedan etiquetar con la marca vecina.