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Requena (14/04/17). Eleconomista.es/Olivia Fontanillo (Valencia)

La calidad y variedad del vino y el cava de la D.O. Utiel-Requena y su creciente proyección internacional atraen a un inversor que busca rentabilidad y potencial de crecimiento.

Las bodegas españolas son uno de los activos singulares que despiertan mayor interés en los inversores internacionales, que incluyen entre sus zonas de preferencia los viñedos de la Denominación de Origen Utiel-Requena, superados sólo en demanda por los de la D.O. Rioja y la D.O. Ribera del Duero, según los datos facilitados por Rimontgó Invest, área del grupo inmobiliario Rimontgó especializada en inversión. A ello han contribuido el creciente reconocimiento internacional de los vinos de la región, su buena relación calidad-precio, el valor de su variedad autóctona -la uva bobal-, la producción de cava y su potencial de crecimiento, combinados con factores como una tradición vitivinícola con 2.700 años de historia y las conexiones nacionales e internacionales -tanto aéreas como marítimas, siendo el Puerto de Valencia el más importante, con el de Bilbao, en exportación de vino-.

La D.O. Utiel-Requena es la de mayor extensión y producción de las tres denominaciones de origen valencianas. Acoge a 96 bodegas y unas 35.000 hectáreas de viñas, de nueve municipios. Según datos de la Conselleria de Agricultura, las exportaciones totales de vino valenciano en 2016 se situaron en 178,8 millones de euros, un 3 por ciento más que en 2015. Los principales destinos fueron Francia, con un total de 24 millones en ventas -un 14,3 por ciento más-, y China, con 15,4 millones -un 32,5 por ciento más-.

Purificación Mancebo, responsable de la División de Bodegas de Rimontgó Invest, destaca que «no ha habido una inversión extranjera masiva en este sector en España, a diferencia de lo ocurrido en otras zonas, como Burdeos (Francia), por lo que hay aún mucho margen para abordar operaciones de interés y a precios competitivos». La inversión mínima con la que opera Rimontgó Invest en este tipo de activos es de un millón de euros.

Mancebo, que trabajó 15 años como directora de exportación de uno de los primeros grupos bodegueros españoles, explica que hay dos tipos de operaciones de inversión en este segmento: «Unos, por motivos personales, de gente con disponibilidad económica y a los que les atrae el mundo del vino, que es su pasión, o como un cambio profesional. Otros, con un objetivo de rentabilizar el negocio, donde prima el potencial futuro».

En el caso de la inversión por negocio, se dan, a su vez, dos tipos de demanda: en torno al 70 por ciento busca la adquisición de la totalidad de la bodega y un 30 por ciento la entrada como socio estratégico, «con una participación en el capital que no siempre es mayoritaria», detalla la experta. En ambos supuestos, se buscan activos en funcionamiento, con todos los permisos actualizados, una situación financiera saneada y con potencial de crecimiento. «Los inversores por rendimiento buscan una bella durmiente que ellos puedan despertar», apunta.
«En los propietarios, encontramos los afectados por la crisis y los que quieren invertir y abrir mercados para crecer. No buscan desprenderse del negocio, sino incorporar un socio estratégico que aporte no sólo financiación, sino otro tipo de valor añadido, en forma de redes de distribución, contactos… En estos casos, en los que va a haber una convivencia posterior es aún más importante una buena selección», advierte Mancebo.

La negociación de las operaciones de inversión en este sector suele ser prolongada en el tiempo y exige de la máxima confidencialidad, ya que, al tratarse de activos en funcionamiento, el anuncio de su disponibilidad podría depreciar su valor o el de su producto. «Es un mercado especializado, en el que no cualquiera puede operar, porque exige un gran conocimiento del mercado y una agencia internacional de contactos», dice.

Mancebo detalla que la principal demanda en el segmento de bodegas en España en los últimos años ha procedido de empresarios y fondos de inversión de Reino Unido, Estados Unidos y Hong Kong, aunque, desde el año 2000, los inversores chinos han ido ganando peso en demanda y operaciones. «En los cuatro últimos años, han cerrado importantes operaciones en Burdeos y están empezando a interesarse por otras regiones, entre ellas, la Comunitat Valenciana», detalla Mancebo.

Zilu Wang, responsable de operaciones con clientes chinos de Rimontgó Invest, destaca que, en su caso, hay un gran peso de la motivación personal. «En China no es posible acceder a la propiedad de la tierra, y poder comprar una casa con viñedos es, en muchas ocasiones, símbolo de estatus», indica. Rimontgó Invest tiene un equipo permanente de tres personas en China y, además, cada año organiza cuatro o cinco viajes desde España para llevar propuestas detalladas de inversión. Trabaja en colaboración con cámaras de comercio, embajadas, oficinas comerciales y entidades internacionales como Christie?s International Real Estate. «Este año vamos a participar en dos eventos de Christie?s, en Shangai y Hong Kong», anuncia Wang.

Comparte: Utiel Requena, en el foco de interés del inversor extranjero en bodegas