miércoles, 15 junio
LA UNIÓ apuesta por la reducción de las emisiones mediante iniciativas que sean alternativas reales, eficaces y asumibles para las personas que se dedican profesionalmente a la actividad agraria
Requena (15/06/22)- La Unió
“Todos contaminamos desde que nos levantamos de la cama. El sector agrario también lo hace, pero somos de los únicos que contribuyen a mitigar el cambio climático al ser un sumidero de CO2 y también estamos en un proceso de adaptación y lucha contra este cambio climático que nos afecta y muy directamente porque nosotros ejercemos la actividad económica en contacto con el medio ambiente”, dijo ayer el secretario general de LA UNIÓ, Carles Peris, en su comparecencia en les Corts Valencianes para hablar sobre el “Proyecto de ley, de la Generalitat, del cambio climático y la transición ecológica de la Comunidad Valenciana”. Peris ha indicado que “no hay que culpabilizar de este proceso a un sector en concreto, como pasa muchas veces con el agrario. Me hace mucha gracia que aquellos que usan habitualmente el avión para desplazarse o cogen diariamente el coche para ir a trabajar son los que se alarman por las reacciones digestivas del ganado, y lo que no dicen nada de las enormes emisiones de gases de efecto invernadero en las importaciones de alimentos en épocas donde somos autosuficientes y no somos deficitarios”.
LA UNIÓ apuesta por la reducción de las emisiones mediante iniciativas que sean alternativas reales, eficaces y asumibles para las personas que se dedican profesionalmente a la actividad agraria y para ello reclama un periodo de adaptación en las nuevas exigencias climáticas adaptado a la dimensión de las diferentes tipologías de explotaciones agrarias.
En términos generales y en materia de adaptación y mitigación del cambio climático, LA UNIÓ ve necesario incrementar la dotación y recursos en investigación para conseguir cultivos más resistentes al cambio climático, lograr una alimentación que detrás tenga una reducción de la emisión de metano por digestión de la ganadería y en disponer de un análisis de modelos dinámicos de simulación de los diferentes cultivos ante las diferentes variables climáticas y ambientales, y sobre todo ante la deficiencia hídrica.
MEDIDAS
Por ello pide una serie de medidas concretas como es la elaboración de un plan de mitigación para el sector agropecuario que contemple los puntos críticos en agricultura y ganadería, estableciendo medidas para reducir emisiones de gases invernadero, establecer compensaciones al sector agrario por la función que ejerce en la absorción de CO2. Sobre las zonas vulnerables a nitratos se tendrían que establecer con criterios reales según los estudios de cada zona y no en función de zonas establecidas por análisis globales de organismos como las Confederaciones Hidrográficas. LA UNIÓ apuesta así mismo por incentivar el papel del sector agrícola como absorbedor de carbono incrementando la materia orgánica al suelo o mayores inversiones en tecnologías agrícolas y ganaderas. Otro aspecto que propone LA UNIÓ es el apoyo de las Administraciones con instrumentos financieros específicos a la producción de energía a partir de los residuos producidos en la actividad agraria para la transición del sector agrario hacia una agricultura más verde y limpia.
En materia de adaptación desde la organización agraria se pide la elaboración de un estudio del sector donde se identifiquen zonas y sectores vulnerables, impactos del cambio climático, así como medidas específicas de adaptación para cada uno de estos cultivos y zonas. También la inclusión dentro del sistema de seguros agrarios de coberturas que compensen los daños en renta provocados por los efectos del cambio climático o el establecimiento de medidas y apoyos directos a los cultivos de secano por la pérdida continuada de disponibilidad de agua.
En cuanto al modelo de energías renovables, LA UNIÓ cree que habría que implantarlo en primer lugar allá donde se genera más demanda, aprovechando los lugares disponibles en las grandes ciudades y polígonos industriales. Una vez cubierta esta necesidad y las disponibilidades ya se pueden ir ampliando las plantas fotovoltaicas, pero siempre respetando el suelo no urbanizable de uso y potencial agrario. En esta línea, desde LA UNIÓ se propone el fomento de instalaciones de autoconsumo y otras energías renovables en el entorno rural, tanto eléctricas como térmicas, dirigidas a usos particulares y actividades empresariales y de servicios. También incentivar las inversiones de mejora de la eficiencia energética en instalaciones agropecuarias mediante un programa de ayudas destinado a la renovación de las instalaciones existentes, tanto de generadores de calor, como sistemas de climatización, iluminación, bombas u otros equipos consumidores, así como la sustitución de energía convencional en instalaciones térmicas por otras que utilizan energías renovables térmicas.
El cambio de modelo energético hacia fuentes renovables se tiene que hacer, a juicio de LA UNIÓ, respetando los terrenos agrícolas productivos, la actividad agraria, las instalaciones de regadío, las infraestructuras agrarias, el paisaje rural y, sobre todo, respetando la voluntad de la gente que vive en las zonas rurales; además de que los impuestos de estas instalaciones reviertan en el territorio para el mantenimiento de las infraestructuras agrarias.