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La organización pedirá la apertura de la temporada de caza y controles oficiales a la finalización del confinamiento actual de mayor restricción

Requena (03/04/20)

LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders ha detectado un incremento de daños en los cultivos de algunas zonas por el mayor volumen de especies cinegéticas, en parte por la paralización de la actividad de la caza dentro de las medidas establecidas para la gestión sanitaria ocasionada por el COVID-19 y también por la menor presión de las personas en el territorio que provoca que los animales salgan y ocupen nuevos espacios.

En determinadas zonas del interior de nuestro territorio se observa sobre todo esa mayor población de determinadas especies cinegéticas que originan daños a cultivos como el cereal, almendro o vid, entre otros. Además, es ahora en primavera cuando estas especies más incrementan su población.

Cabe señalar que dentro de las actividades suspendidas tras la declaración del estado de alarma, como publicó la Conselleria de Agricultura el pasado 20 de marzo, se encuentran las actividades de caza y pesca, en un primer momento hasta el 28 de marzo y a partir de esa fecha con una nueva prórroga especificando que está prohibida excepto “si de esta suspensión se derivaran situaciones de riesgo para las personas, la salud pública o la agricultura, se podrán adoptar medidas puntuales, justificadas y de carácter excepcional”. Pero esta definición tan ambigua es difícil de aplicar en estos momentos.

La suspensión se extiende a todos los concursos y competiciones de pesca, que conllevan concentraciones de personas, y a cualquier acción de caza recogida en la Ley 13/2004, de 27 de diciembre. Incluye por tanto también a la caza por razones de control, gestión, científicas o educativas.

LA UNIÓ pedirá la apertura de la temporada de caza y controles oficiales a la finalización del confinamiento de mayor restricción. En esta época la caza permitida es de modalidades donde el cazador va solo o con un guía y en el caso del control poblacional del conejo, especie que provoca mayores daños en el campo, hasta el 15 de junio únicamente se puede cazar con escopeta, con escopeta y hurón, con hurón y redes, al salto y a la espera. En todos estos casos o bien el cazador está solo, o la distancia entre cazadores suele superar los 50 metros por seguridad o si hay dos cazadores uno está en un sitio y otro en otro apartado también. Por ello retomar tanto la temporada de caza como los controles poblacionales nada más levantarse el confinamiento más restrictivo no entraña mayor peligro y se reducirían así los daños en el sector agrario.

Por otra parte, cabe señalar que en la actualidad estos daños por fauna quedan cubiertos por las diferentes líneas de seguro, pero el siniestro mínimo del 20% y la franquicia que varía en función de las opciones hace que en muchas ocasiones la indemnización sea nula o tan baja que no cubra los daños ocasionados en la explotación.

Por ello, LA UNIÓ ha solicitado de forma excepcional que todos los daños ocasionados en la duración del estado de alarma, y mientras no se reactive la caza, que Agroseguro realice el total de peritaciones por daños por fauna, aunque no lleguen al Siniestro Mínimo Indemnizable y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación una línea de ayudas que se haga cargo de las franquicias no liquidadas por Agroseguro a los agricultores.

Comparte: LA UNIÓ de Llauradors detecta un aumento de los daños en los cultivos por la proliferación de especies cinegéticas ante la prohibición de la caza por el COVID-19