viernes, 10 abril
Holanda, Alemania, Italia, España y Francia acuerdan que no haya condicionalidades en los créditos del fondo de rescates «mientras dure la crisis del COVID-19», pero el pacto no recoge los coronabonos
Requena (10/04/20)
La UE ha llegado a un acuerdo para una respuesta económica conjunta ante el coronavirus tras superar el bloqueo de Holanda. Después de semanas de negociaciones, los ministros de Finanzas han logrado sellar este jueves un acuerdo en un Eurogrupo –abierto a los países sin euro– cuyo arranque se demoró cuatro horas y media –estaba previsto a las 17.00 y se produjo a las 21.32–, hasta que estuvo cerrado el principio de acuerdo entre Holanda, Francia, España e Italia, con el visto bueno de Alemania.
«Excelente acuerdo entre los ministros de finanzas europeos sobre la respuesta económica al coronavirus», ha tuiteado el francés Bruno Le Maire al final del Eurogrupo, que duró apenas media hora: «500.000 millones de euros disponibles de inmediato. Un fondo de estímulo por venir. Europa decide y hace frente a la gravedad de la crisis».
El atasco estaba en el mismo sitio del primer día: las exigencias holandesas, fundamentalmente, a que el dinero movilizado del fondo de rescates de la UE –el MEDE–, con una capacidad de 410.000 millones para prestar –de momento se movilizan 240.000 millones–, tenga condicionalidades económicas. Es decir, que mantenga el espíritu para el que se creó en la crisis financiera: rescatar países de la bancarrota a golpe de recortes, privatizaciones e imponiendo reformas macroeconómicas.
Pero, después de intensas conversaciones entre Holanda, Italia, Alemania, Francia y España, se llegó a una propuesta de compromiso –que la única condición, «mientras dure la crisis del coronavirus», sea que se use el dinero para eso–. Y los ministros, según explica el portavoz del presidente del Eurogrupo, rompieron en un aplauso.
Los países podrán acceder a estos préstamos del MEDE –bautizados como Pandemic Crisis Support– con un máximo del 2% de su PIB, lo que significa que España podría pedir hasta 25.000 millones de euros. Después de la crisis, eso sí, los países volverán a estar sometidos a la gobernanza económica comunitaria.
Los ministros de Finanzas de la zona del euro llegaban con una propuesta encima de la mesa, la misma que el martes les mantuvo en vela toda la noche negociando: 200.000 millones del BEI para avales de empresas; 100.000 para los ERTEs; otros 240.000 en créditos para los Estados a través del fondo de rescates (MEDE) y una promesa de un plan de recuperación. Un paquete que se suma al casi billón de euros movilizado por el BCE para comprar deuda y evitar que la prima de riesgo de los países se dispare, y así facilitar que puedan endeudarse gracias, además, a que la Comisión Europea activó la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
El compromiso entre Países Bajos, Italia, Francia y España, con el visto bueno de Alemania, adelantado por La Stampa, supuso una cesión de los primeros y una victoria de los países del sur, ya que no hay condicionalidades macroeconómicas adicionales en el uso de los fondos del MEDE «mientras dure la crisis». Algo que no habían dejado de exigir los holandeses en solitario. Hasta ahora.
En el fondo de recuperación, se habla de «explorar» el uso de «instrumentos financieros innovadores», lenguaje suficientemente ambiguo para que nadie lo pueda vetar. Eso sí, no menciona los eurobonos, a los que se oponen Alemania, Holanda, Austria y Finlandia.
A cambio, el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, enviará una carta a los líderes de la UE explicando que algunas capitales están a favor de los coronabonos y otras no.
Como adelantó el Financial Times, la nueva redacción del párrafo dedicado al MEDE quedó así: «El único requisito para acceder a la línea de crédito será que los Estados miembros de la zona del euro que soliciten apoyo se comprometan a utilizar esta línea de crédito para respaldar la financiación nacional de los costes relacionados con la atención médica, la cura y la prevención directa e indirecta debido a COVID-19».
Es decir, cero condicionalidad adicional mientras dure la crisis del coronavirus: lo que quería el sur y han logrado España, Italia y Francia, y lo que Holanda bloqueaba.
Una condicionalidad económica del MEDE y una gobernanza macroeconómica que sí se aplicará después, como ha recordado el controvertido ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra.
Así dice el documento aprobado: «Posteriormente, los Estados miembros de la zona del euro seguirían comprometidos con el fortalecimiento de los fundamentos económicos y financieros, de conformidad con los marcos de coordinación y vigilancia económica y fiscal de la UE, incluida cualquier flexibilidad aplicada por las instituciones de la UE».
Es decir, una vez que pase la crisis, los países, afirma el documento, estarán obligados a volver a los marcos comunitarios, el Semestre Europeo y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.