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La propuesta ha sido descartada
Requena (16/02/22)- Yolanda Hernández S.
Tras meses de batalla e incertidumbre, finalmente, el vino no tendrá que etiquetarse con la advertencia sanitaria de “cancerígeno”.
En lugar de ello, la Eurocámara se ha limitado a pedir en una resolución, que las etiquetas recomienden “un consumo moderado y responsable”.
Tras esta decisión, el sector del vino respira. Recordemos que tanto productores como asociaciones se rebelaban ante esta posibilidad por los problemas que podía acarrear: caída de consumo, problemas socio-económicos, de ayudas de la Comunidad Europea y con ello, a agricultores, enólogos, bodegueros y todo el sector vinícola, tanto de España como de otros países productores, como Francia e Italia.
La evidencia científica muestra claramente que beber vino, siempre con moderación, especialmente en el contexto de una dieta mediterránea y como parte de un estilo de vida saludable, puede contribuir a una mayor esperanza de vida y una menor incidencia de enfermedades graves, como cardiovasculares, diabetes y cáncer.
Los estudios también demostraron que el riesgo de cáncer no se puede evaluar de forma aislada y que se deben tener en cuenta los factores del estilo de vida. Por lo tanto, asociar cualquier consumo de alcohol con un mayor riesgo de cáncer es engañoso», como asegura la CEEV (Comité Européen des Entreprises Vins), asociación que representa a las empresas vitivinícolas europeas en la industria y el comercio de todas las categorías de vinos.
El vino es parte de nuestra cultura, no solo en España sino en toda Europa, además de formar parte de nuestra dieta mediterránea, catalogada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
