miércoles, 6 noviembre
Un efectivo de casi 60 vehículos, compuesto por tractores pequeños con remolques, tractores grandes con remolques, tractores con palas, traíllas, retroexcavadoras, miniretro, depósitos de gasoil, un taller móvil de reparación de pinchazos, logística, 3.000 kg de víveres en dos remolques, entre otros, estaba preparado para partir hacia Paiporta.
Utiel (06/11/24)- Nota de prensa de la Plataforma Ciudadana por la Defensa del Sector Primario en la Comarca Utiel-Requena
Este es el estado en el que se encuentran los componentes de la Plataforma. Un efectivo de casi 60 vehículos, compuesto por tractores pequeños con remolques, tractores grandes con remolques, tractores con palas, traíllas, retroexcavadoras, miniretro, depósitos de gasoil, un taller móvil de reparación de pinchazos, logística, 3.000 kg de víveres en dos remolques, entre otros, estaba preparado para partir hacia Paiporta.
El lunes, a las 8:00 horas de la mañana, los Delegados de la Plataforma se reunieron para ir a Valencia y ayudar en las tareas de limpieza dentro de las poblaciones, tras haber estado cuatro días actuando en Utiel. Nos pusimos en contacto con el PMA de Requena y el teniente de la Guardia Civil responsable nos informó que, aunque le parecía perfecto, sería mejor trasladarnos a Aldaia donde había más necesidad.
Contactamos con el Coordinador de Aldaia y le informamos sobre nuestra misión. Cuatro Delegados se dirigieron hacia Aldaia, pero a la altura de Siete Aguas, un Comandante de la Guardia Civil nos ordenó regresar al PMA. Al volver, el comandante nos comunicó que, debido a la cantidad de vehículos, sería necesario organizar el traslado en al menos dos grupos, y que por la tarde tendríamos que estar listos para partir a las 16:00 horas.
Después de organizar el plan, varios agricultores, sin haber comido, estaban dispuestos a salir. A las 16:00 horas, nos encontramos en el punto de salida, pero ningún Guardia Civil estaba presente para escoltarnos. Tres cuartos de hora después, el comandante que había organizado la salida finalmente llegó y nos informó que esperaba la autorización de la DGT para salir hacia nuestro destino.
El Presidente de la Plataforma y yo, como Secretario, nos trasladamos a Aldaia con un coche lleno de víveres para coordinar con el responsable local las tareas a realizar al día siguiente. Al llegar a Aldaia, el comandante llamó al Presidente para informarle de que la DGT no autorizaba el traslado del convoy. Ante esta noticia, se nos cayó el alma al suelo.
Al llegar a Aldaia y observar la devastación causada por la inundación, quedamos perplejos: el hedor de las calles era insoportable, llenas de muebles inutilizados que bloqueaban el paso de vehículos, barro, escombros, cañas, ramas, sin luz, sin agua… una escena desoladora. Ante este panorama, comenzamos a informar sobre las necesidades de la población y la ausencia del permiso para nuestro traslado, utilizando redes sociales para describir la situación.
El coronel de la Guardia civil responsable de la DGT, encargado de la circulación en Valencia, se puso en contacto con el Presidente, así como el Subdelegado de Gobierno llamó a uno de los Delegados. Solicitamos el permiso pertinente a la Delegación de Gobierno, preparando toda la comitiva para salir al día siguiente a las 7:00 horas, con la esperanza de partir hacia Valencia en cuanto tuviéramos autorización.
Alrededor de las 9:30 horas, un teniente de la Guardia Civil llegó, asegurando que era el responsable de nuestro traslado y que partiríamos en cuanto tuviéramos la orden, orden que nunca llegó.
A las 12:00 horas, un grupo de aproximadamente 15 tractores, cansados de esperar y conscientes de la falta de ayuda en la zona cero, junto con el teniente de la Guardia Civil, elaboraron un itinerario hacia Valencia por carreteras alternativas, sin escolta y con el riesgo de vuelcos. La mayoría de la expedición decidió no ir, priorizando la seguridad de nuestros vehículos y nuestras vidas.
Sobre las cinco de la tarde, llegaron a la zona prevista divididos en grupos, sin saber a dónde dirigirse, aunque todos describieron el horror que estaban viendo en las calles.
Este es el resumen de un día duro, infructuoso, triste y desolador. Me pregunto: ¿si ante esta situación indescriptiblemente horrible, el Estado de la Nación no facilita los medios a ciudadanos con experiencia en estas labores, facilitando su traslado a la zona de actuación? ¿Qué podemos esperar de Él?