domingo, 31 agosto
Ganado: Se lidiaron seis toros de la acreditada ganadería gaditana de Fuente Ymbro , excepto el tercero, un toro castaño de nombre Sabueso marcado con el número 96, que fue devuelto a chiqueros en el tercio de banderillas como consecuencia de inutilidad manifiesta. En su lugar se lidió el sobrero, un toro negro listón de nombre Triguero marcado con el número 17, correspondiente a la ganadería manchega de Las Ramblas.
Matadores:
Incidencias: Tarde soleada y festiva. Requena tenía ganas de toros y su alcalde lo constató apostando por el festejo como cuestión personal. El envite de Javier Berasaluce obtuvo un rotundo, sencillamente porque la afición respondió positivamente alcanzando a cubrir las tres cuartas partes de la plaza, siempre bajo la ilusión de presenciar la actuación de dos toreros muy apreciados en Requena como son el requenense Jesús Duque y el valenciano Román algo que ellos asumen y corresponden, prueba de ello viene a ser el brindis al público asistente que ambos ofrecieron en su primer toro.
La salida del primer toro de Fuente Ymbro un negro marcado con el número 16 de nombre Pintón, dio la medida del resto del encierro. Buenas hechuras, defensas correctas y puntas afiladas, pero poco más. Desde el primer momento los toros dejaron constancia de una extrema flojedad y muy poca transmisión, únicamente las incontestables ganas de los espadas, ayudados por unos subalternos empeñados en hacer las cosas bien, consiguieron que la tarde discurriera por caminos de entretenimiento e, inclusive, de divertimento.
En su primer toro Jesús Duque comenzó su intervención recibiendo al morlaco con una serie de verónicas efectuadas con suavidad hasta colocarle en varas, donde se le propició un puyazo corto que le hizo perder las manos. En consecuencia la opción posterior vino a ser la solicitud del cambio de tercio. Únicamente dos pares de banderillas colocadas en todo lo alto, destacando el par impuesto por el tercero Francisco García. Tras ello, Jesús dedicó a su público desde los medios entre una cerrada ovación, la lidia y muerte de su primer toro en Requena. Dando comienzo a una faena plena de temple y despaciosidad, con series de cuatro o cinco derechazos y cambiando de mano al natural, con remates en pase de pecho por todo lo alto, finalizando con una sensacional serie de naturales con pase de pecho cambiando de mano. Cuando tenía ganadas las dos orejas, malogró la suerte con el acero tras dos pinchazos y media estocada. Fue premiado con una gran ovación y saludos en el tercio.
En su segundo toro, castaño de nombre Sabueso, marcado con el número 96, poco pudo hacer el requenense, toda vez que el animal se malogró al embestir fuertemente con el burladero, debiendo ser enviado a chiqueros acertadamente por el Presidente a requerimiento del público asistente. Su sustituto, como antes comentábamos, un toro negro listón marcado con el número 17, de nombre Triguero, perteneciente a la ganadería albaceteña de Las Ramblas, comenzó dando muestras de mayor movilidad. Jesús lo llevó a varas mediante una serie de garbosas chicuelinas rematadas con una media que dejó al toro en suerte, donde recibió una espectacular vara, dejándole listo para al siguiente tercio. Tras dos correctos pares de banderillas, Jesús acometió el último tercio tras el brindis a uno de sus banderilleros. Trasteo aseado por bajo, dos series de cuatro derechazos con temple, rematados con el pase de pecho. Intento de torear al natural por el pitón izquierdo que el toro no admitió, y tras otras dos series de toreo largo con la derecha, el requenense se dispuso a ejecutar la suerte suprema. Nuevamente la espada se negó a facilitar la labor de Jesús quien puso fin a la vida del morlaco tras un pinchazo, una media estocada algo tendida y dos descabellos. Gran ovación y saludos desde el tercio.
Desde al instante previo a la salida del quinto toro, de nombre Vivaracho (se repetía el nombre del primero de Román), marcado con el número 80, Jesús Duque dio muestras de ir a por todas al recibirle de rodillas en los medios con una larga cambiada, tras la recepción, Jesús propició una serie con el capote de 4 verónicas y media de rodillas. Tras un ligero puntazo de señalamiento en varas, se aprestó a iniciar su faena final con la intención de llegar a lo máximo. Previamente acudió hasta el palco municipal para bridar a su alcalde Javier Berasaluce la muerte del toro, agradeciéndole su personal apoyo y el interés mostrado por nuestro primer regidor para que la corrida pudiese celebrarse. Jesús inició su faena con dos series de cuatro derechazos realizados con especial temple y cargando la suerte, una serie de magníficos naturales con pase de pecho cambiando de mano, terminando con otra serie de naturales que arrancaron los aplausos entusiasmados del público. Tras una enorme estocada en todo lo alto hasta la empuñadura, el toro cayó fulminado haciendo poblar el graderío de pañuelos blancos. Dos orejas y el delirio en la vuelta al ruedo.
Desde el principio Román dio muestras de querer ganar la puerta grande empleándose con toda la fuerza que un torero puede asumir. A su primero, de nombre Vivaracho, toro negro listón marcado con el número 166 que el valenciano recibió en el tercio y que llevó a varas mediante una garbosa serie de cinco verónicas y media, tras brindar al público le efectuó una vistosa faena plena de valor y variedad de lances con ambas manos, rematando con 2 pases en redondo por detrás, poniendo fin a su faena mediante una estocada en todo lo alto algo tendida. Ovación y oreja.
En su segundo de nombre indómito, negro listón marcado con el número 170, Román volvió a estar aseado con el capote, ordenando en varas únicamente el señalamiento de la puya. En su faena de lidia, tras el brindis a un compañero, el valenciano volvió a mostrarse valiente y decidido con ambas manos, poniendo fin a la vida del morlaco tras un pinchazo hondo (casi media) y una estocada final en todo lo alto. Ovación y oreja.
En su última intervención, un todo castaño de nombre Rebujino marcado con el número 158, que recibió uno de los únicos dos puyazos de toda la corrida que pueden denominarse “de libro”, Román (que no brindó), efectuó otra magnífica intervención con variedad de muletazos con ambas manos desatando especialmente el entusiasmo del público con la escenificación de tres largos pases en redondo por detrás que dieron paso a la suerte final mediante su ejecución con media estocada y descabello. Ovación y Oreja.
En resumen, tarde espléndida donde el público se divirtió contemplando las ganas y el pundonor de dos jóvenes valores de nuestra tauromaquia con un futuro más que prometedor. Satisfacción de nuestro alcalde a consecuencia del éxito de su personal apuesta por el festejo, satisfacción de ambos diestros por su salida a hombros por la puerta grande de una plaza que consideran propia y satisfacción plena en la afición requenense, huérfana por un tiempo de la Fiesta por excelencia y que este año vuelven a revivir. Enhorabuena a todos y ahora el próximo capítulo en Utiel. Allí estaremos otra vez Jesús.
Julián Sánchez
Aqui puedes ver las Fotos , gentileza de Nacho Latorre