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Requena (06/03/19)- El Galo

Cuando se tiene un poco de perspectiva, algo que suelen dar los años, cualquier cosa que se escuche acerca de la política ya no sorprende, porque si no algo exactamente igual, algo parecido se ha visto o recuerda. Sin embargo, lo que no falla, es la dificultad para entender la incapacidad de los políticos, los que supuestamente van a resolver los problemas. Se han normalizado actitudes alejadas de la pura esencia de la empatía y el entendimiento de las necesidades del de a pié. Ahora, un altanero y enfermizo comportamiento del político profesional remunerado sustituye al honor de servir al ciudadano. Un afán de lucro personal en unos casos o del poder de los altos cargos en otros, se ha enquistado en las poltronas de muchos de los representantes electos, incapaces de ver más allá del deseo de perpetuarse en el tiempo, como si en ello les fuera la vida. El todo vale y el tormento de la campaña permanente permanecen invariables en las portadas y en los titulares, obviando la razón y acentuando los conflictos. Asistimos intertérritos a la pelea, anestesiados por la sobre-información y el fútbol, incapaces de reconocer el fondo y forma en la que nos plantean nuestra democracia, tan siquiera cuando creemos decidir algo votando.

El caso es que se nos han amontonado las elecciones gracias a la desgracia del no acuerdo y del enfrentamiento entre quien gobierna y quien quiere gobernar, y por si faltara algo, también hemos de hacerlo tres veces en poco menos de un mes: nacionales, autonómicas y locales. Pues vamos, que si por ellos fuera estaríamos todo el día escuchando justificaciones de programas electorales que, desde que el hombre es hombre y la mujer mujer, jamás se han cumplido. Más nos vale armarnos de paciencia, porque vamos a escuchar los mismos argumentos de siempre en modo ametralladora electoralista, intentando convencernos de que les firmemos el cheque en blanco o vendrá el coco y nos comerá (versión light del monstruo del averno), pero sobre todo más nos vale tomarnos una buena dosis de espabilina para acertar con quienes elijamos, o se repetirán, una y otra vez, estas situaciones, ya ni siquiera cuatri-anuales,  que cada vez más perpetúan la manipulación y el abuso de los poderes públicos sobre la plebe y sus cuartos, hasta que la realidad supere a la ficción. Ojo, ciudadano votante, que el humo no ciegue tus ojos, son solo políticos …

 

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