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El emplazamiento de la ciudad de Requena en un área provista de numerosas fuentes y manantiales ha tenido una gran importancia estratégica en el poblamiento permanente y desarrollo urbano de Requena. Desde antiguo, Requena ha estado rodeada de huertas y de un sistema de acequias que movían molinos y discurrían por el interior del casco urbano, siendo habitual desde las actas del s. XVI hasta las del XX en que se insistiera en la necesaria limpieza de las acequias por parte de los vecinos. Estas acequias urbanas fueron causa de innumerables problemas y, en ocasiones, agentes propagadores de enfermedades.

Recordamos que hasta 1953, las fuentes urbanas y manantiales fueron utilizadas por el vecindario para sus usos habituales de provisión de agua y no con sentido estético. Muchas casas hasta esa época también se surtían de los pozos de las propias casas que podían ser de agua dulce o salada.

Los principales manantiales de Requena históricamente han sido los de Reinas y Rozaleme, a los que se unía otra serie de fuentes naturales en la más inmediata cercanía de la ciudad: Fuente Bernate, Regidores, del Pino, del Portal, del Peral, de las Pilas, de la Palma, de la Gila, Flores e incluso la de la Fuencaliente que tenía las propiedades de curar úlceras, limpiar la plata y blanquear las prendas de lino. Algunos de estos manantiales poseían sus propias comunidades de regantes con reglamentos como Rozaleme, Gollizno, Pino, Reinas, Regajo o la de la Mina.


 Fuente del Pino con balsa antigua

Como fuentes erigidas dentro del casco urbano con su función de aprovisionamiento de agua doméstico, la Fuente de la Virgen de la Soterraña o de los Frailes se hizo en 1791. Su frontis se conserva en la actual Plaza Consistorial.

1883 marcó una nueva etapa en el aprovisionamiento de aguas a través de fuentes en la población. En enero de 1883 los vecinos de Las Peñas reclamaron la instalación de fuentes en el barrio, se solicitó reconstruir el acueducto que conducía las aguas a la fuente de la Soterraña, ensanchar y colocar árboles y poyos en el camino a la fuente Bernate y, especialmente, se planteó crear una red de fuentes de agua potable trayendo las aguas de los manantiales de Reinas y Rozaleme con acuerdos con los regantes. Al poco tiempo, las aguas de Reinas surtían las fuentes de los Chulos y de la Carrera en Las Peñas, llegando la tubería hasta la calle San Fernando.

A la conocida fuente de los Patos de la Plaza del Portal costó traer más las aguas desde el acuerdo de 1883. Al final, las aguas también se trajeron desde Reinas y no desde Rozaleme como estaba previsto inicialmente, con una tubería de 8 cm. de diámetro, frente a los 3 acordados inicialmente de cesión. Hacia final de marzo de 1888 estaba casi finalizada esta fuente de fundición modernista en su bello aspecto actual. También de la época son las fuentes de San Luis, la del centro de la Plaza de la Constitución (desaparecida) y la de la Glorieta (de hierro fundido y con posibilidad de juego de aguas).
Fuente de los Patos en su antigua ubicación con el Convento detrás
En 1917, la Sociedad Requenense de Iniciativas acondicionó la Fuente de Baldomeros.
Con el inicio del ensanche de Requena en los años 40 del siglo XX y la remodelación de la Plaza del Portal por el derrocamiento del antiguo Convento, la Fuente de los Patos se desplazó unos metros de su antigua ubicación. El 24 de agosto de 1950 se bendecía e inauguraba la Fuente de los Patos en su nueva ubicación, alzada sobre el firme con escaleras y acompañadas de farolas.

En 1953 se acometió ya el programa de abastecimiento general domiciliario de agua potable de la ciudad de Requena en sus tres barrios de Las Peñas, la Villa y Ensanche a partir de las aguas del pozo de San José en las inmediaciones de la Fuencaliente a un cálculo de 100 litros por habitante y día y una estimación de población futura de 14.120 habitantes. En la actualidad, el agua potable domiciliaria procede de los dos pozos ubicados en el paraje de la Cañada Palletas.

El 29 de mayo de 1987 se finalizó la instalación de la Fuente de Colores, ya con un sentido meramente ornamental. Otras fuentes presentes en la ciudad son la nueva de la Plaza de la Villa, la reformada de San Nicolás, la de las Higuerillas (trasladada desde la Plaza de la Villa), etc.

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