domingo, 3 febrero
Utiel (03/02/19) Fuente lasprovincias.es //Juan Antonio Marrahí
Lo ecológico tiene, en ocasiones, sus paradojas. El traslado de restos plásticos de la planta ilegal de reciclaje de Utiel que supone un polvorín entre viñedos entraña un ingente gasto en combustible. Y también en las emisiones propias de los muchos desplazamientos por carretera que van a ser necesarios para subsanar el desaguisado. Y es que parte de su destino ahora está a nada menos que 210 kilómetros de distancia, en la planta de residuos de Xixona, en la que se trata la basura de casi cuarenta pueblos del interior de Alicante.
Como avanzó LAS PROVINCIAS, decenas de camiones han comenzado esta semana el proceso para vaciar las instalaciones de Utiel Recicla, la empresa que durante los últimos meses ha hecho acopio de miles de toneladas de fardos de plástico sin la autorización de la Conselleria de Medio Ambiente. En esos campos de las afueras de Utiel se han adueñado del paisaje unas 43.000 toneladas de residuos sin ningún tipo de control.
El departamento autonómico ya ha informado de que en los próximos meses las montañas de plástico se repartirán entre gestores autorizados. Sin embargo, el trabajo va a ser costoso. Muy costoso. Como pudo comprobar este diario, sólo uno de los camiones de gran tamaño que trabaja en esta tarea tiene una capacidad para llevar 25 toneladas, lo que equivale a más de 1.700 desplazamientos de camiones en las próximas semanas.
Desmantelar la planta ilegal de las afueras de Utiel supone unos 1.700 viajes
¿Cuál es la ruta de los vehículos implicados? ¿Y el destino final del plástico de la planta ilegal? 13.30 horas. El vehículo carga en Utiel y comienza un costoso recorrido por carretera. Son tres horas de trayecto, incluida una de parada para comer el chófer, hasta su destino final: la planta de Reciclados y Compostaje Piedra Negra, en la población alicantina de Xixona.
Desde las afueras de Utiel, a los transportes que sacan plástico de las instalaciones clausuradas les espera mucha carretera. Deben circular por la A-3, tomar la circunvalación de la A-7 (bypass), enlazar con la autovía en su conexión hacia Alcoy, subir dos pesados puertos de montaña (l’Olleria y la Carrasqueta) hasta desembocar finalmente en la inmensa planta de residuos de Xixona, en medio de la montaña, donde las aves arremolinadas en torno a la basura marcan el final del trayecto. Y así, a diario, una, y otra, y otra vez…
Sólo los transportistas implicados en esta ruta del plástico utielano en retirada realizan a diario unos 420 kilómetros. No sólo hay que ir de Utiel a Xixona, sino que se suman los desplazamientos de ida y vuelta antes y después del porte del cargamento en cuestión. Según fuentes del sector transportista, sólo un trabajo de estas características puede suponer un coste aproximado de unos 500 euros al día.
800.000 metros cuadrados
Las instalaciones de Piedra Negra, en Xixona, cuentan con 800.000 metros cuadrados para el tratamiento de residuos. Su actividad se remonta al 14 de abril de 2003, cuando fue inaugurada, como consta en la página web de la empresa.
Piedra Negra realiza la valorización y tratamiento de los residuos que proceden del denominado plan zonal 7 y el área de gestión A2 de la Comunitat. Bajo esta denominación administrativa está el destino final de la basura que generan los habitantes de 24 municipios de la comarca de El Comtat, otros 5 pueblos de la zona de l’Alcoià y 8 localidades más de l’Alacantí. En suma, residuos que llegan a diario desde 36 poblaciones del interior alicantino y a los que ahora se suman también los restos del desmantelamiento del polvorín utielano.
Este diario intentó contactar ayer con el jefe de la planta de Piedra Negra para conocer cuántas toneladas de los residuos de Utiel van a acabar en las instalaciones de Xixona y cuál va a ser su tratamiento y destino definitivo. Sin embargo, el responsable no pudo aclarar estas cuestiones. Una portavoz de la empresa se comprometió a intentar resolverlas en breve plazo.
LAS PROVINCIAS denunció a principios de enero la situación que se vivía en la planta de Utiel Recicla. La información provocó que el ayuntamiento de la localidad y la conselleria de Medio Ambiente aceleraran las gestiones para hallar una solución al problema tras mucho tiempo estancado. Hasta ese momento, la planta estaba precintada sin más a pesar de que existía un informe de la Guardia Civil de noviembre de 2017 en el que alertaba de la ilegalidad cometida y de la falta de medidas de seguridad en la instalación. El Seprona instaba a tomar una decisión de manera urgente.
La planta de Xixona a la que van a ir a parar los restos ya recibe basura de 36 municipios
El pleno del Consistorio utielano, tras varios informes policiales y de técnicos municipales, no inició el expediente de sanción y paralización hasta junio de 2018, siete meses después de la investigación del Seprona y que fue presentada en el Ayuntamiento por registro de entrada. El cierre definitivo de la planta se ejecutó en octubre.
Desde el lunes, una vez se desprecintaron las instalaciones de Utiel Recicla, los camiones de las empresas que en su día descargaron los centenares de fardos de plástico han vuelto a la instalación a retirar los miles de toneladas acumuladas. Un trabajo que, como reconoce el Ayuntamiento de Utiel en el comunicado que hizo público ayer, tardará meses en ejecutarse y que se realizará bajo estrictas medidas de seguridad para no poner en marcha la salud de la población en el caso de que se produjera un incendio. La instalación ya no contaba con ningún tipo de licencia desde marzo.