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POR AMOR AL CINE. DIEGO FORTEA.

En estos tiempos que nos ha tocado vivir, el cine no sale bien parado. Dudo si alguna vez ha estado en buena posición, pero eso ya es meterse en otro jardín. El caso es que, frente a los innumerables descalabros de la dama crisis, ahora, precisamente ahora, nos vienen unos muchachos de Alicante con una comedia de acción bajo el brazo, un proyecto de película muy ‘espesial’ que hará las delicias de niños y adultos enfurecidos.

La vida sin rodar no es vida. Merece la pena. Todo merece la pena. Pobres los que no conocen el placer del trabajo y la amistad. Desventurados los que desconocen lo que es una sobremesa, una charla, unas risas, después de una jornada inolvidable. Me recuerda a ‘Centauros del desierto’, de Ford. Un grupo de vaqueros, alrededor del fuego, tomando su café aguado en esas viejas tazas de hojalata. Alguien debería cantar una canción. John Ford, siempre con nosotros, a nuestras espaldas. Pues así es como funciona el equipo de Paco Soto, como un séptimo de caballería invulnerable, un grupo de nobles con ideas fijas y constantes. El mundo exterior cambia, mientras que su película, ‘Operasiones Espesiales’, permanece sin perder los estribos, con mucha paciencia, y sobre todo, con mucho valor. Ellos, que trabajan en cine, saben que nada puede parar un sueño. Algo que se debería enseñar en las escuelas, es que hay cuestiones que dependen de sofreír tus neuronas a base de imaginación. Sin embargo, siempre hace falta un empujón, un aliciente técnico y humano que apoye toda necesidad de producción, seamos sinceros.

Por lo visto, ese salvavidas ahora viene en forma analógica, reflejado en una pantalla de ordenador. Así es. El llamado crowdfunding es la nueva ventana que se abre ante el entusiasmo de productores y realizadores, de los que quieren y no pueden emprender sus proyectos más estimados y soterrados. Este modelo, se basa ni más ni menos que en la financiación en masa, en un préstamo colectivo por parte de todos aquellos que deseen apoyar una iniciativa determinada mediante cualquier cantidad de dinero que se precise donar de manera fraternal y voluntaria. En función de la cuantía depositada, el equipo potenciará la imagen de las marcas que patrocinen la película, rentabilizando su inversión económica desde el primer momento, incluso antes de estrenarse la película. ‘Internet es la salvación de nuestro cine’, proclamó una vez Álex de la Iglesia frente a todo un tutiplén de personas que enfilaban las butacas del Palacio de Congresos. Parece que este es un claro exponente de que Internet ya es un valor irrevocable de nuestro presente. Estos chicos, han tenido el coraje de zambullirse en un nuevo medio de financiación, demostrando que no sólo cuentan con su propia ilusión, sino con la de los demás. Ilusión por sacar a flote un deseo común: la mejor calidad de entretenimiento posible para su película, que no deja de ser la nuestra.

A nosotros también nos encanta ver buenas películas, y es por ello que también debemos hacer un pequeño esfuerzo por proyectarlas en las pantallas. El entretenimiento no sólo es cultura, ni la cultura es sólo entretenimiento, como algunos mandos se empeñan en resolver. El entretenimiento también es enseñanza, un programa de carácter intelectual. Pero por lo visto, eso no interesa. Lo de liberar el proceso creativo no convence, porque el campo de trigo ha de estar siempre igualado, sin que se crezca nadie y sin que existan sobresaltos. Puesto que cada vez se está dando más de lado el papel que desempeña el arte y la cultura dentro de nuestro panorama, seamos nosotros los salvadores de una industria que lo ha dado todo por hacernos felices. No hablo de estrellas ni de photocalls, sino de trabajadores que se dejan la piel para que podamos disfrutar de un trabajo bien hecho.

Sólo puedo decir que ésta es la mejor profesión que existe, que la gente del cine es honesta e increíblemente sacrificada, que por una ilusión, por un instante en la pantalla, son capaces de darlo todo. Para hacer cine hay que tener un punto de osadía, y por supuesto, de ilusión e inocencia que te diferencie claramente del resto de las personas. Cuando ejerces una profesión determinada dependes de tu habilidad. Los del cine trabajan consigo mismos como herramienta, son su propia habilidad. Desgraciadamente, poca gente sabe lo duro que es afrontar este rompecabezas. Sólo se quedan con el envoltorio. Por creer en la fuerza de un plano, toda una antología de actores y técnicos maravillosos se han jugado la salud tiritando, congelados, ateridos de frío, con fiebre, e incluso con un brazo roto, mientras el director hace lo imposible por apretujar todo lo imprescindible dentro del plano.

Pero ellos no se rinden, no. Estos alicantinos aspiran, respiran y expiran por sacar adelante su mejor película. El material es excelente. Es una locura, un fiel reflejo de sus vidas y de lo que sienten, de lo que les rodea. Una película puede llegar a ser hostil, amarga, desconcertante y divertidísima a la vez. Disfrutan y mueren con cada plano. Les gustaría descansar al menos un día, pero mañana hay que levantarse temprano, para seguir rodando. Esto de los rodajes genera tanta adrenalina, que después te acaba sobrando. Si paras, el cuerpo te pide más. Acostumbrado a un nivel de tensión brutal, los fines de semana son como parones necesarios, pero inquietantes. No llegas a volver a la realidad. Estás como en tierra de nadie. Secretamente, deseas regresar al frente.

Nunca agradeceré lo suficiente lo maravillosamente bien que se están portando estos chicos, la profesionalidad con la que embisten cualquier tipo de adversidad que se les presente cada semana de rodaje. Todos lo comentan. Yo ya os he visto por separado en algún trabajo. Que erais buenos ya me constaba, pero ya nos habéis demostrado que también sois gente de acción. Por algún tipo de conjunción planetaria, todo saldrá bien. Si en alguna ocasión pensasteis que todo era un infierno y que todo parecía estar en vuestra contra, mañana estará todo a vuestro favor. ¿Por qué es todo tan ciclotímico? ¿Por qué unos días sí, y otros no? ¿Por qué tanta diferencia? Obviamente, las condiciones de trabajo, los planos, su complejidad, la preparación que requieren, la figuración, los efectos. Las cosas chirrían cuando necesitamos tiempo. Cuando las cosas dependen de los actores todo va sobre ruedas. Por eso, ‘Operasiones Espesiales’ promete mucho y más, por la dedicación de todos y cada uno de los que constituyen la película.

Os deseo lo mejor del mundo, amigos. Vosotros marcáis la sabiduría. Vosotros rozáis la excelencia por aspirar a algo tan grande de manera tan humilde. A por todas.

Diego Fortea
Actor, productor, y guionista. Director y Presentador de ‘Por Amor al Arte en Radio Requena

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