La poda desde los ojos del agricultor: Eduardo Martínez

Requena (09/02/22)- Yolanda Hernández S.

Estamos en época de poda. Una tarea de gran importancia para nuestro viñedo ya que nos va a permitir gestionar nuestras viñas en función de las posibilidades de cada viticultor, de la variedad de uva, del terruño y la climatología, además de regular nuestra producción.

Con la poda conseguiremos: mantener la estructura y la forma de la cepa para facilitar el manejo del viñedo, limitar el desarrollo vegetativo de la cepa, equilibrar las cosechas (calidad-productividad), facilitar y mejorar el flujo de la savia, favorecer la distribución y la exposición adecuada de las hojas y racimos (para optimizar la calidad de la uva) y reducir el envejecimiento de la cepa mediante la renovación de sus partes.

Esta es la parte teórica, pero nos interesa conocer la parte práctica, la opinión del agricultor. ¿Cómo se realiza la poda? ¿es fácil encontrar mano de obra especializada?…

En esta edición hablamos con Eduardo Martínez, joven agricultor requenense y con raíces de la pedanía de “Las Monjas”, para que nos de su punto de vista de todo ello:

Eduardo, ¿cuántos años llevas como agricultor?

Desde el 2013 después de acabar mi actividad como Ing. Topógrafo en el aeropuerto de Valencia y ofrecerme un destino lejano a mi residencia. Fue entonces cuando decidí apostar por la agricultura comprando una pequeña finca de 14 hectáreas. Pero realmente nunca he estado alejado de ella, pues mi padre es agricultor y siempre, desde pequeño, he estado ayudándole.

¿Te has dedicado solo al viñedo o a otros cultivos también?

Principalmente la actividad se centra en el viñedo, pero también hay pequeños terrenos de almendros y olivos de mi padre y de mi madre que también hay que dedicarles trabajo, pero en menor medida.

¿Qué importancia tiene la poda y cómo se debe realizar desde tu punto de vista?

La poda es la tarea más importante que se hace de cara a la cosecha del año vigente.

En mi opinión hay que realizarla teniendo una cierta experiencia y sabiendo muy bien que cada terreno y que cada cepa requiere de una poda distinta. Si nos encontramos en terrenos de secano no podremos dejar los mismos pulgares que si estamos en terrenos con regadío.

Yo lo que sé de la poda me lo ha enseñado mi padre que lleva toda la vida como agricultor y que hasta ahora sus viñedos siempre han producido y siempre han tenido un grado y una calidad adecuada.

Esto se consigue con una poda minuciosa y estudiada con cada cepa. Siempre hay que dejar el pulgar (sarmiento del año anterior) con dos yemas vistas (que se vean bien) y, si se puede, intentar realizar el corte por la tercera yema. Si vemos que el pulgar queda muy alto o queda feo, como mínimo hay que intentar dejar por encima de la ultima yema sobre 1.5 o 2 cm. Con esto intentaremos que la última yema en la movida no se quede muy alta y con los posibles vientos de primavera tenga la suficiente base para que no se caiga (se “eszoque”, que se suele decir por aquí).

Si nos encontramos con alguna cepa que ha sido afectada por la enfermedad de la yesca (rayo), si es en su totalidad, es decir, totalmente seca, lo mejor es no tocarla para nada. Si nos encontramos con una cepa que aún posee alguna parte verde, dejaremos los pulgares sanos y la parte que está afectada por la enfermedad (yo siempre la dejo marcada con una cinta), posteriormente con la motosierra se corta y se limpia adecuadamente.

La cicatrización con el frío del invierno para mi es suficiente y de echo casi el 90% de las cepas que he realizado con esta técnica se han salvado.

¿Te resulta fácil encontrar mano de obra especializada en la poda?

Actualmente estamos en una situación donde la mano de obra para la poda es escasa por no decir casi nula, y la poca mano de obra que hay no requiere de la técnica ni de la experiencia que se requiere. Yo en particular llevo 4 años enseñando a la gente como realizarla en condiciones adecuadas.

Muchísimas gracias Eduardo por compartir tu experiencia con nosotros.