lunes, 14 enero
Requena (14/01/19)
La plataforma ha elegido el Ginkgo, en lugar de cualquier otra especie, por el hecho que este árbol es un símbolo de «resistencia y renacimiento» después de la catástrofe nuclear. El motivo es que al poco del lanzamiento de la bomba atómica de Hiroshima, en los ruinas de un templo budista próximo al epicentro de la explosión, rebrotó un Ginkgo, al cual le siguieron otros ejemplares de esta especie por toda la ciudad.
«Tanquem Cofrents apelamos al espíritu del ginkgo de Hiroshima y emplazamos a toda la sociedad a continuar luchando por la eliminación de todas los armas atómicas y el cierre de todas los centrales nucleares del planeta», han explicado. «Queremos un mundo donde lo era atómica siga sólo un mal recuerdo del pasado. Queremos un mundo más limpio, más libre y más seguro. Un mundo, en definitiva, el cual nos podamos sentir orgullosos de dejar como herencia a nuestros hijos y a los generaciones futuras», han agregado.
Con el inicio de 2019 se cumple el 75 aniversario de la primera producción industrial de plutonio, hecho que marca el principio de la era atómica, tanto en su vertiente militar como civil. «Aunque se había sintetizado por primera vez antes, fue a principios de 1944 cuando empezó la producción industrial de plutonio a los instalaciones secretas de Oak Rigde, ubicadas en Tennessee (EE.UU.), dentro del Proyecto Manhattan», han expresado en un comunicado de la plataforma. Esta producción de plutonio, así como la de uranio enriquecido en otras instalaciones del mismo emplazamiento, fueron destinadas a la fabricación de los primeras bombas atómicas, tanto la del primer ensayo, conocido como Trinity, como las lanzadas sobre los ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki el 5 y el 9 de agosto de 1945.
Estos ataques nucleares mataron 225.000 personas e hirieron a centenares de miles más. «Los descendentes de los supervivientes todavía sufren los suyas consecuencias», han lamentado desde Tanquem Cofrents. Estos hechos de la II Guerra Mundial -han continuado- «fueron el principio de una carrera armamentística para construir cada vez más y más potentes bombas nucleares. Actualmente, fruto de su proliferación, un mínimo de 10 países poseen miles de bombas atómicas con capacidad para destruir varias veces el mundo entero». «Los tensiones geopolíticas, ligadas a los intentos de varios países de conseguir la bomba atómica, mantienen el planeta en una situación de riesgo permanente», han alertado. «Durante los últimos 75 años, el lanzamiento accidental de bombas nucleares, así como incidentes durante su transporte y manipulación, nos han tenido al lado del abismo repetidas veces. De hecho, la próxima semana se cumple el 53 aniversario del accidente nuclear de Palomares, en el cual cuatro bombas atómicas de plutonio cayeron sobre la costa española.
Afortunadamente no llegaron a estallar, pero contaminaron radiactivamente este municipio almeriense», han indicado desde la plataforma. El inicio de la producción de plutonio supuso también el comienzo de la construcción de los centrales nucleares, que han hecho del mundo un lugar «más inseguro y peligroso». Así lo testimonian los desastres nucleares de Chernóbil y Fukushima, que es cobraron la vida de miles de personas.