jueves, 27 marzo
La anómala evolución del clima en la Comunidad Valenciana a lo largo del otoño y el invierno mantiene esa misma tendencia con el arranque de la primavera y ha vuelto a traducirse nuevamente en consecuencias negativas para la agricultura. El último episodio se ha registrado durante las madrugadas de esta semana en forma de un brusco descenso de las temperaturas, en algunos momentos por debajo de los cero grados, que ha causado daños considerables en la cosecha de almendras. Concretamente y según las primeras estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), esta repentina helada puede haber echado a perder hasta el 30% de la producción en las variedades tempranas (‘largueta’ y ‘comuna’) de Utiel-Requena.
El cultivo del almendro se encuentra en estas fechas en un momento particularmente delicado. El periodo de floración casi ha concluido y los frutos que ya han cuajado son de tamaño muy pequeño y, por eso mismo, especialmente sensibles a la incidencia del frío. Se da además la circunstancia de que el seguro contra heladas presenta niveles de contratación muy bajos en el caso del almendro. “Aun a falta de determinar la cuantía y el alcance final de los daños –apunta Luis Julián Pérez, presidente comarcal de AVA-ASAJA en Utiel-Requena– esta helada va a suponer sin duda un duro golpe para la economía de la comarca”.
Además y a raíz de la sequía imperante desde el pasado verano, las perspectivas de cara a los próximos meses no son nada halagüeñas para otros cultivos propios de las zonas de interior, como el viñedo y el olivar. En el caso de la viña, los agricultores comienzan a detectar que la falta de lluvias está reduciendo el nivel de brotación de las cepas y el vigor de las mismas, lo cual podría tener una incidencia negativa sobre la futura cosecha de uva.
Ante la coyuntura adversa causada por el comportamiento del clima y que se ha manifestado en prácticamente todos los cultivos valencianos y de forma muy especial en los cítricos, AVA-ASAJA reclama al Gobierno la puesta en marcha con carácter de urgencia de medidas fiscales que contribuyan a aliviar la situación de los agricultores afectados.