miércoles, 12 junio
El PSPV y Unidas Podem culpan a Compromís y Mónica Oltra, mientras los valencianistas se sienten víctimas de una “pinza” para arrebatarles competencias en el nuevo Consell.
Requena (12/06/19)
La investidura hoy en las Cortes Valencianas de Ximo Puig como president de la Generalitat Valenciana está en el aire a causa de la ruptura de las negociaciones de los socios del Botànic (PSPV, Compromís y Unidas Podemos) para conformar un nuevo ejecutivo autonómico. La causa es el reparto de competencias, el reparto de poder, el reparto de cuotas de gestión en la nueva arquitectura institucional, el partidismo, al fín. Por lo que nada garantiza que hoy Compromís y Podemos (Esquerra Unida del País Valencià ha anunciado que sí lo hará) acaben votando al líder de los socialistas valencianos. La votación podría retrasarse veinticuatro horas, a mañana jueves; periodo en el que se intentaría un nuevo acuerdo de gobierno. No es esa la intención de los socialistas, que desean que esa votación se haga hoy, y que Compromís y Unidas Podemos confirmen si desean un nuevo gobierno de progreso o alargar la crisis por el reparto de competencias.
Esa es la causa, y aquí abundan las versiones sobre quiénes son los responsables. Hay heridas que no dejan de supurar, que no logran cicatrizar, y que incluso con el tiempo se agrandan. Es lo que a juicio del PSPV y Unidas Podem está sucediendo con Compromís y Mónica Oltra. “No han perdonado el adelanto electoral de Ximo Puig, al que culpan de su retroceso del 28A”, coinciden en afirmar desde ambas formaciones. Incluso ayer noche, en el programa “Halcones y Palomas” de Levante TV, que dirige Guillermo López, Rubén Martínez Dalmau añadía que “Compromís no ha aceptado el resultado de las urnas”. Valoración que, a su juicio, justifica la resistencia de la coalición valencianista a ceder competencias a Unidas Podem, cuyos negociadores se levantaron ayer al mediodía de la mesa. Pero no era esta la visión desde Compromís, que apuntaban al PSPV y a Unidas Podem a una presunta “pinza” para arrebatarles competencias, para debilitarles en el nuevo ejecutivo autonómico. Desde Compromís se critica que Unidas Podem no acepte la oferta de competencias para gestionar en dos consellerías.
Enric Morera dialogaba ayer con los socios del tripartito para estudiar un retraso de la votación a mañana que el PSPV rechaza
Maniobras para ganar tiempo
Sea como sea, desde el PSPV y Unidas Podem existe la convicción de que Mónica Oltra es quien está forzando una situación que obligó ayer, en la víspera del debate de investidura de Ximo Puig, a suspender las negociaciones. De tal manera que hoy la sesión de investidura puede resultar un fracaso. De hecho, ayer noche el president de les Corts, Enric Morera, trasladaba su voluntad a los partidos del Botànic de retrasar 24 horas la votación a la espera de un acuerdo. El PSPV le trasladó que rechazaba ese retraso, que exigía que hoy miércoles se votara la investidura. Una manera clara de obligar a Compromís y Podem a pronunciarse, ante el bloqueo de las negociaciones.
Desde el PSPV se afirmaba que Mónica Oltra quiere ganar esas 24 horas para forzar un acuerdo que excluya a Unidas Podem de un futuro Consell, a que queden fuera del nuevo ejecutivo, extremo al que los socialistas se niegan rotundamente. “El president quiere que Unidas Podemos entre en el Consell”, afirmaban. Además, apuntaban a que Compromís no estaba siendo “generoso” con el nuevo socio; versión que se negaba desde la coalición valencianista: “aquí los únicos generosos somos nosotros, los demás no quieren ceder nada”.
Las negociaciones se han roto por el reparto de competencias, de áreas de gestión, entre los socios
Causa de la ruptura de negociaciones
Ayer por la noche, las negociaciones entre el PSPV, Compromís y Unidas Podem, UP, se rompieron por la bronca generada en el reparto de competencias, de áreas de gestión del nuevo Consell. Y sólo una solución “in extremis” en las próximas horas podría evitar el bochorno de ver fracasado este miércoles el proyecto de las izquierdas de reeditar, en los plazos previstos, un nuevo “Pacte del Botànic”, como en 2015. Se ha pasado de la sonrisa de 2015 a la mueca de 2015 . El partidismo, el tacticismo, la lucha por conservar parcelas de poder en el nuevo ejecutivo se ha impuesta a la ilusión, la generosidad y la esperanza que se detectó hace cuatro años.
Sí, fue también aquella una negociación dura, pero el tono y las formas distaron mucho de lo que se ha visto en estas ocho interminables jornadas de negociaciones que, de momento, no han fructificado. Bien al contrario, hay mucho cruce de acusaciones, muchas malas caras, mucha desconfianza, muy mal rollo. Algunos consultados subrayaban que “el espíritu del Botànic ha desaparecido”, para referirse a la triste escenografía que se ha estado viendo estos días.
La clave, el problema, es el reparto de competencias. A diferencia de 2015, en esta ocasión Unidas Podemos (coalición de Podem y Esquerra Unida del País Valencià, EUPV) sí quiere entrar en el nuevo Consell. Con este objetivo, se ha consensuado que haya doce consellerías, dos más que en 2015; de las que el PSPV tendría seis, Compromís cuatro (una menos que en 2015) y Unidas Podemos dos (una para Podem y otra para EUPV). La discusión, que ha paralizado la negociación, es determinar qué competencias ceden el PSPV y Compromís a UP. La fuerza podemita quería gestionar en una cartera Transparencia (que en la pasada legislatura gestionaba Compromís) y Memoria Histórica; y en la otra consellería Vivienda, Cambio Climático y Transición Energética.
Con un acuerdo programático cerrado, el PSPV, Compromís y Unidas Podemos llevan días sin consensuar la arquitectura institucional
Compromís se ha negado en rotundo a ceder Cambio Climático a UP, y ahí se gestó ayer la fractura. El fuerza que lidera Mónica Oltra ha realizado una contra oferta: que en lugar de Cambio Climático UP tenga en esa consellería Vivienda y Sostenibilidad Energética; a cambio de cederle dos direcciones generales en al consellería de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático que quiere gestionar Compromís. UP, ante la resistencia de Compromís, se levantó al medio día de la mesa de negociación, lo que paralizó las negociaciones. UP quiere también una vicepresidencia, que rechazan tanto el PSPV como Compromís.
El síndic de UP, Rubén Martínez Dalmau, defiende que “en lógica, si somos tres socios, los tres debemos tener representación en la presidencia de la Generalitat, aunque sea con una vicepresidencia segunda”. Desde UP las críticas hacia Compromís y hacia su líder, Mónica Oltra, han sido muy duras en las últimas horas. También desde el PSPV se apunta a la posición de la coalición valencianista como la causa principal del bloqueo. Bien al contrario, desde Compromís se afirma que “somos generosos, pero no se quiere reconocer nuestro peso en el Consell”.
Podem emitió anoche un comunicado en el que no garantizaba su voto a Ximo Puig si no había acuerdo de gobierno
Podemos emitió ayer noche un comunicado en el que señala que “desde Podem manifestamos nuestra voluntad de llegar a un acuerdo, pero atendiendo al mandato de los inscritos en estos momentos no podemos asegurar nuestro voto favorable a una investidura que no va ligada a la formación de un gobierno que ponga los intereses de la ciudadanía por delante de los intereses partidistas”.
De no mediar una solución en las próximas horas, el fracaso de las fuerzas del Botànic II será enorme. Algunos líderes de las formaciones en litigio daban hoy a estas horas la batalla por perdida. Desde UP y el PSPV se intentaba a la desesperada una contra oferta a Compromís que pudiera ayudar a recuperar el consenso perdido. Pero el pesimismo se ha instalado ya en las sedes de los tres partidos
Fuente lavanguardia.com