domingo, 19 abril
Las comuniones se posponen hasta finales de septiembre.
Bodas y bautizos dejan de celebrarse, los entierros se realizan en la más estricta intimidad con sólo tres familiares y sin funeral previo.
Requena, (18/04/20). Redacción.
Los sacerdotes católicos de la comarca Requena-Utiel han tenido que variar la rutina diaria de sus quehaceres por culpa de estado de confinamiento. No sólo en cuanto a sus deberes para con la Iglesia, sino también a nivel humano.
Según explica el párroco de Requena, Fernando Carrasco, la gran familia cristiana, “sigue rezando desde su casa y participando de las celebraciones, (religiosas), por medio de redes sociales y de la televisión”. Además asevera que los sacerdotes, “seguimos celebrando la Eucaristía y rezando aunque sea sin fieles”.
Aunque “hemos tenido que cerrar las iglesias se han abierto las de las casas, las de los hogares”, dijo el párroco y alegó que ellos están siempre al lado, “de quien nos necesite, especialmente de los enfermos y necesitados”.
Respecto a las celebraciones, los domingos transmiten por redes sociales la misa desde el templo de El Salvador y las previstas, caso de las comuniones cuya fecha se acerca, han sido pospuestas; así lo indica un comunicado del Arzobispado, hasta las últimas semanas de septiembre si la pandemia lo permite. Algo parecido ocurre con bodas y bautizos. Los entierros se realizan sin funeral en el templo, como mucho el sacerdote puede acompañar a los tres familiares a los que se les permite dar un último adiós al fallecido, hasta el cementerio para oficiar un responso, a la espera de, más adelante, poder celebrar el funeral.
Las distintas comunidades religiosas, aunque confinadas, continúan desempeñando sus tareas, caso de las hermanas en el Asilo de Ancianos, o de Cáritas, que continúa ayudando a las familias más necesitadas de diversas formas, por ejemplo, repartiendo alimentos.
Fernando Carrasco, párroco de Requena, lanzaba un mensaje de esperanza a la comunidad cristiana y, entre otras cosas, decía que “ahora que se ha callado el ruido de las calles se oye la voz del débil”.