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  • Concesión de los premios Meseta del Cabriel y Pino Quilibios 2018 a la Asociación Cultural Serratilla de Utiel y a la médica Mónica Martínez Ochando.

Venta del Moro (16/07/18)

La Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro ha concedido en su decimoctava edición los premios “Meseta del Cabriel 2018” a la Asociación Cultural Serratilla de Utiel y el premio “Pino Quilibios 2018” a la médica Mónica Martínez Ochando. El acto de concesión se celebrará el domingo 5 de agosto a las 19 h. 30 m. en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Venta del Moro dentro del programa de la XXIV Semana Cultural de Venta del Moro. Durante el acto se entregarán a los premiados unas esculturas realizadas ex profeso y se procederá a la celebración de un vino de honor.

Transcribimos a continuación el acta de 7 de julio de 2018 donde en su punto segundo se describen los méritos valorados para otorgar los premios referidos:

“2. Se procede al debate sobre las personas y entidades merecedoras de los premios “Meseta del Cabriel” y “Pino Quilibios” en su decimoctava edición. Tras las argumentaciones pertinentes, se procede a la votación y, por mayoría de los miembros de la directiva presentes, se aprueba lo siguiente:

2.1 Conceder el premio denominado “Meseta del Cabriel” año 2018 a la Asociación Cultural Serratilla de Utiel por los méritos que a continuación se especifican:

La Asociación Cultural Serratilla nació a finales de 2015 fruto de la preocupación ciudadana utielana por la deficiente situación y difusión del patrimonio de Utiel, así como por las escasas perspectivas económicas de la ciudad y su término y la evolución negativa demográfica típica de la dinámica en que estamos inmersos las poblaciones del interior.

Problemas importantes que necesitan soluciones complejas, pero abordables por el nervio de una ciudadanía responsable e imaginativa que ha querido poner en valor las fortalezas y capacidades de su localidad. Un grupo de utielanos y utielanas de diferentes sensibilidades y especialidades científicas se juntaron para poner en marcha iniciativas novedosas. El grupo adoptó el nombre de una de las calles utielanas consideradas más antiguas del casco urbano.

A pesar de la aún breve vida de la Asociación, han sido numerosas las acciones desarrolladas por ella en diferentes frentes, destacando la novedad de muchas de sus actividades que no se suelen abordar desde la iniciativa privada.

Se destacan todas aquellas acciones encaminadas hacia la detención del proceso de deterioro del patrimonio utielano y la concienciación ciudadana de la necesidad de proteger y visualizar los bienes patrimoniales de la ciudad no sólo como forma de velar por los valores utielanos, sino también como posibles elementos de atracción turística. A su vez, el aprovechamiento económico a través del turismo es una forma de garantizar la conservación del patrimonio.

En este sentido, uno de los programas es el de recuperación de edificios de interés histórico y cultural mediante la colaboración con propietarios y entidades públicas o privadas. Se seleccionan construcciones que tengan un especial valor y singularidad para financiar parte de las obras de restauración de sus elementos más importantes, costeando el propietario el resto. Destaca en este aspecto, la restauración de la Casa de la Cadena o Casa del Salón Pérez, palacete nobiliario, blasonado del siglo XVI o la rehabilitación de la fachada de Casa Solá, una mansión barroca del siglo XVIII.

Además, en verano de 2017 comenzaron el proyecto de recuperación de fachadas por medio del enjalbiegue a la manera tradicional de las viviendas del casco antiguo.

Este mismo año de 2018 se ha emprendido y finalizado la primera campaña “Utiel ponte guapo” que incita a la vecindad a adornar con flores las fachadas de sus casas para dar una imagen más agradable y amable de la población. Se ha logrado la colaboración de vecinos de Utiel, Las Cuevas y Los Corrales y se han otorgado cuatro premios.

Además del patrimonio material, también velan por el patrimonio inmaterial mediante el programa “Recopilación de Memoria Oral de Utiel y sus aldeas”, donde, a través de entrevistas a utielanos y utielanas, se recupera el saber tradicional de campos etnográficos como formas de vida pasadas, tradiciones, habla, folklore, juegos tradicionales, fiestas, etc. En una primera fase se ha abordado el conocimiento de los oficios desaparecidos como los caleros, fabricantes de carros, zapateros, laneros, olleros, esparteros, etc. Se han realizado entrevistas a antiguos practicantes de estas profesiones a sabiendas que fijar su conocimiento en formatos tangibles es una manera de preservar este saber. Se ha editado un primer DVD elaborado de una manera profesional este programa.

Sin duda, lo más difícil de sus objetivos es conseguir la concienciación de la propia vecindad de la necesidad de proteger, estimar y valorar su patrimonio, lo que se está consiguiendo por estas actuaciones y también por todo un programa cultural de conferencias, homenajes, exposiciones y recitales. En este programa destacan conferencias como las de la tradicional e importante tinajería utielana, la relevancia histórica-artística de la Iglesia de la Asunción de Utiel, el carlismo o la evolución y usos de las bodegas subterráneas.

También destaca la exposición “Estación de Ferrocarril de Utiel (1887-1947-2017)” como repaso a la trayectoria histórica del ferrocarril y su estación en Utiel; el Homenaje al poeta Lucio Ballesteros Jaime o las dos ediciones del recorrido literario callejero denominado “El Utiel de los poetas”.

Dentro del campo de la concienciación ciudadana para lograr el conocimiento y la revalorización de las particularidades históricas y singularidad de sus recursos turísticos habría que nombrar:

– La justa y pertinente reivindicación sobre el valor artístico e histórico de la Iglesia de la Asunción y del conjunto de bodegas y subterráneos medievales y la necesidad de su restauración. Reivindicación que ha incluido un manifiesto firmado por diferentes personalidades en pro de la restauración de la Iglesia de Utiel.

– La organización de más de un centenar de visitas guiadas patrimoniales dirigida a los utielanos y visitantes con el objeto de incrementar el conocimiento del patrimonio y los recursos que han contribuido a consolidar un espíritu ciudadano concienciado con el patrimonio utielano. Entre estos recorridos citar el de “Utiel Islámico”, Utiel subterráneo” y “Utiel heráldico”.

– Otras actividades en este sentido han sido acciones como “Los Caminos de la Miel”, “Utiel, tierra de guerras”, varias “Visitas teatralizadas infantiles” con personajes como Felipe II o el cronista local Miguel Ballesteros, el “Taller infantil de tinajería” o una serie de charlas en colegios e institutos.

Al igual que hizo la Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro hace dieciocho años, la Asociación Cultural Serratilla ha creado sus propios premios que en diciembre de 2017 fueron otorgados por primera vez al experto en tinajería y cerámica Santi Cabasa, a Ángel Moya, al Bar La Taberna y el M.I. Ayuntamiento de Utiel por la difusión de la cultura utielana y labor en pro de la recuperación del patrimonio de Utiel.

Algo se ha movido en Utiel desde la feliz unión del entramado asociativo para hacer posible en 2015 el exitoso evento de “Utiel, 250 años a la luz de las velas” y la organización de eventos como “Utiel, Jornadas de Matanza” o las “Jornadas conmemorativas de la Batalla del Tollo o Acción de Utiel (1812)” que han sido paralelas la nacimiento de la Asociación Cultural Serratilla y en las que colabora.

Así pues, esta ASOCIACIÓN CULTURAL AMIGOS DE VENTA DEL MORO concede a la Asociación Cultural Serratilla de Utiel el premio “Meseta del Cabriel 2018» por su labor exitosa, novedosa y continuada en pro del patrimonio material e inmaterial de Utiel, velando por su restauración, protección y difusión, así como la búsqueda de su atractivo turístico con el objeto de impulsar la economía local. Asimismo, se premia la labor necesaria de concienciación de la vecindad en torno a la puesta en valor de su patrimonio (bodegas subterráneas, casas singulares, Iglesia, heráldica…) y la detención de su deterioro progresivo.

2.2 Conceder el premio denominado “Pino Quilibios” año 2018 a la médica doña Mónica Martínez Ochando por los méritos que a continuación se especifican:

El médico rural siempre ha sido una figura relevante en las poblaciones de tamaño menor ya que es el profesional que garantiza que el paciente pueda gozar de una medicina accesible y de calidad, independientemente de su localización geográfica. El médico de atención primaria es el referente del Sistema Nacional de Salud en una localidad; es el profesional sanitario más cercano a la población, aquel que conoce a fondo las circunstancias del paciente, incluso su situación personal y familiar y que no se resigna a la tiranía del mero diagnóstico. Figura accesible para la población, adquiere en muchas ocasiones un verdadero compromiso con los problemas de salud de sus usuarios. Este conocimiento de las circunstancias que rodean al paciente ayudan a que se pueda optar por el tratamiento mejor.

Su profesionalidad requiere una elevada capacitación muy polivalente pues debe ofrecer el primer diagnóstico a pacientes de todas las edades, circunstancias y dolencias. En una sociedad donde la especialización es la norma, parece que el médico de cabecera navega contracorriente.

Venta del Moro ha gozado de médicos abnegados que han puesto su conocimiento al servicio de la población sin cortapisas de horarios y circunstancias. Reconocemos en esta labor a profesionales como don Melitón Cantorné, Gonzalo Alonso, Rafael Marín, Antonio Haba Gil, Tomás Garrido Ortiz, José Ruiz Albaladejo, Rogelio Vinajas Guardia, Emilio Díaz Guindo, Manuel Mercado Muñoz o en la última época Carmen León Tarín y Julio Sánchez entre otros. Algún médico era del mismo Venta del Moro como don Adelo García Latorre, e incluso natural de la aldea de la hoy homenajeada como don Juan Crisóstomo Garrido y Lázaro que ejerció en San Antonio y Requena, fue un gran hacendado de Las Monjas, y padre de doña Lucía Garrido Pardo, gran benefactora de Las Monjas que costeó su iglesia, escuela y cementerio.

Pero hoy nos reúne la decisión popular de otorgar este premio Pino Quilibios 2018 a la médica Mónica Martínez Ochando por su excelente trayectoria de profesional sanitaria al frente de Venta del Moro con el aval del unánime agradecimiento vecinal.

Mónica Martínez Ochando nació el 28 de enero 1976, natural de la aldea venturreña de Las Monjas e hija de Eduardo Martínez Descalzo y Mari Carmen Ochando Martínez. Sus primeros estudios los desarrolló en el Colegio Público Victorio Montes de Venta del Moro donde entró a sus seis años en 1982. Estudió Bachillerato en la Universidad Laboral de Cheste a la cual se incorporó en 1990. Brillante estudiante con un excelente expediente siguió su vocación e ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, donde se licenció en la promoción 1994-2000.

Su primer trabajo profesional como médica, antes de realizar el MIR, fue en el verano del año 2000 en el Balneario de la Concepción de Villatoya. Entre 2000 y 2004 estudió el MIR (Médico Interno Residente) en el Hospital Obispo Polanco de Teruel, experiencia que le capacitó para los variados retos sanitarios a los que se enfrenta una médica rural.

Hacia 2005, realizó una primera sustitución de un semestre en el Hospital de Requena y también ejerció como pediatra en la Zona Básica de Salud 2 que acoge los consultorios de Venta del Moro y sus aldeas, Caudete, Villargordo, Fuenterrobles y Camporrobles.

Siguió formándose en cursos, entre los que destaca el desarrollado entre 2004-2005 en el programa de doctorado de Medicina Interna de la Universidad Autónoma de Barcelona con un trabajo dedicado a la Diabetes Mellitus de tipo 1.

Hacia junio de 2008, renunció a una parte de su baja maternal para tomar la plaza de médica en Venta del Moro que estaba libre en esos momentos, a pesar de los consejos maternales que le recordaban aquel refrán de que “Nadie es profeta en su tierra”.

A los diez años que lleva ya como médica en Venta del Moro, hay que sumarle que desde el 2012 ejerce como coordinadora de los centros médicos de la Zona Básica de Salud 2 anteriormente descrita.

Pero la decisión mayoritaria de concederle el premio no se debe sólo a la trayectoria descrita, sino a su manera de ejercerla. Venta del Moro y sus aldeas han valorado una labor, la de funcionario público, que, aunque en ocasiones es criticada por la sociedad por algunos males que le aquejan, bajo ella se desarrollan tareas de absoluta necesidad con profesionales que destacan por su buen hacer cotidiano.

Doña Mónica Martínez Ochando es un buen ejemplo de médica rural y de atención primaria entendida como una labor muy próxima al ciudadano y donde debe imperar el servicio al paciente, la empatía con sus usuarios y una atención personalizada que incluye la amabilidad y generosidad. Vocación reconocida, gran capacidad de organización y trabajo, paciencia con el vecino y sobre todo el interés proactivo por el paciente y las circunstancias que le rodean son algunos de sus principales valores.

Mónica establece una relación prolongada con el paciente, su familia y con la comunidad donde reside. No hay mejores aptitudes para valorar a una médica rural pudiendo decir que la homenajeada cumple el perfil ideal para plazas de este tipo.

Todo ello, sin dejar compatibilizar su actividad profesional con la de profundización en sus estudios y la vida familiar como madre de dos hijos: Jimena de diez años y Mateo de seis años.

Mónica ha conseguido en estos diez años evitar el viejo aserto materno de “no ser profeta en su tierra” y ganar la admiración y reconocimiento en su trabajo por la comunidad vecinal venturreña a la que atiende.

Así pues, esta ASOCIACIÓN CULTURAL AMIGOS DE VENTA DEL MORO concede a doña Mónica Martínez Ochando el premio “Pino Quilibios 2018» por su encomiable labor durante diez años como médica de Venta del Moro y coordinadora del Área de Salud en atención a sus excelentes aptitudes y actitudes descritas en este acta que han logrado el general y unánime reconocimiento de sus pacientes y usuarios.”

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