jueves, 13 febrero
Requena, (13/02/20). Redacción.
Reducción de las emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero, incorporación de un plan para cada granja que evalúe los riesgos y medidas a adoptar para el bienestar de los animales, introducción de la figura del veterinario de granja, creación de una Mesa de ordenación de los sectores ganaderos…
Son algunos de los aspectos contemplados en el Real Decreto aprobado ayer martes por el Consejo de Ministros, que establece una serie de normas básicas de ordenación de las granjas de porcino mediante una revisión a fondo de la actual normativa —del año 2000— con el objetivo de adaptar a los nuevos retos la producción porcina en materia de sanidad, medio ambiente y bienestar animal.
Granjas de porcino
Las principales novedades de la nueva normativa contemplan dos grandes áreas: por una parte, adoptar compromisos en materia de medio ambiente relacionados con la protección del agua, el aire, los suelos y la lucha contra el cambio climático y, por otro lado, reforzar los requisitos en materia de sanidad animal y bioseguridad de las granjas con el fin de que mantengan un estatus sanitario y de bienestar adecuado.
En cuanto al primer punto, los beneficios medioambientales, las principales novedades son:
La norma implementa mejoras y novedades en los requisitos actualmente en vigor desde el año 2000 en materia de gestión de estiércoles en las granjas y en el Plan de Producción y Gestión de estiércoles, que se amplía a todas las instalaciones y que formará parte de un Plan de Gestión Ambiental individualizado para cada granja.
También introduce medidas para la reducción de las emisiones de gases contaminantes —en particular amoniaco— y de efecto invernadero — a partir de 2023 en un 21 % respecto del escenario tendencial sin esta normativa— por parte de las granjas de ganado porcino, en particular, el registro de manera individualizada por cada granja de las emisiones y las técnicas que utiliza para su reducción (‘Mejores técnicas disponibles’).
Y en cuanto a sanidad y bienestar animal:
La nueva normativa aporta importantes avances en relación al bienestar animal, en particular la exigencia de un plan individual para cada granja que evalúe los potenciales riesgos y las medidas a adoptar para el bienestar de los animales.
Añade también mejoras en relación con las condiciones de bioseguridad de las granjas, con el fin de limitar la entrada y la difusión de enfermedades de los animales.
Introduce, de manera obligatoria, la figura del veterinario de granja, que será el responsable de asesorar sobre aspectos relacionados con la sanidad y el bienestar de los animales.
Según diariodegastronomia, para asegurar el cumplimiento y la aplicación homogénea de todos los aspectos que desarrolla la norma, se crea una Mesa de ordenación de los sectores ganaderos, que velará para el cumplimiento de los objetivos establecidos, y en la que participarán los representantes de las Comunidades Autónomas, responsables de la ejecución y el desarrollo de esta norma, así como de los Ministerio para la transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.