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Requena (10/07/17)
Hoy se cumple un triste aniversario. Hoy, hace 20 años, a todos se nos paró el corazón.
Aquel 12 de julio de 1997 la sinrazón segó la vida de un joven cuyo único delito fue querer como concejal del Partido Popular un futuro mejor para su pueblo, trabajar por sus vecinos y defender valores como la libertad y la democracia.

Estamos seguros de que si nos preguntaran a todos y cada uno de nosotros donde estábamos en aquel momento lo recordaríamos con toda nitidez. Fue tanta la crueldad de los asesinos de ETA que todos los españoles morimos un poco aquel día.

Las radios, las televisiones daban la fatídica noticia y rompían la poca esperanza que nos quedaba. Antes, millones de españoles nos habíamos echado a las calles a pedir a los asesinos que pararan la crueldad. Todas las miradas estaban puestas en Ermua.

A nuestras memorias venían las imágenes de atentados, de secuestros, de crímenes imposibles de olvidar. Ya eran demasiadas víctimas: hombres, mujeres, niños, militares, políticos, guardias civiles…demasiada sangre vertida por unos verdugos totalitarios y criminales de ETA. Y ahora esto: un joven concejal del Partido Popular de un pueblo vasco  de  16.000 habitantes y a cuya vida le habían puesto plazo; una familia desesperada, un país paralizado…

Pero llegó un momento en el que España entera se rebeló, dijo ¡basta ya! Y nos lanzamos a la calle con un solo grito, con una sola garganta. Ciudades, pueblos, campos, calles y caminos se vieron inundados por una marea humana que clamaba por la vida de un joven de Ermua que estaba siendo torturado de la manera más cruel, más

inhumana que se pueda pensar. Hubo un antes y un después de aquellos tristes días. Hubo una verdadera revolución de rebeldía contra la banda asesina. Se habían traspasado todos los límites. Los muertos se hubieran levantado de sus tumbas si hubieran podido para sumarse a la indignación y la repulsa.

Todos hubiéramos deseado que la sangre de Miguel Ángel hubiera sido la última, pero no ha sido así. Y ahora tenemos que ver como los cómplices de los asesinos se sientan en algunas Instituciones y son incapaces de condenar la barbarie terrorista. Entiendo que algunos se desesperen, nos desesperemos, ante esta situación, pero debemos permanecer firmes en nuestros principios y valores. Debemos tener el convencimiento de que con la Ley, la Justicia y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado la sociedad española vencerá a esa manada sanguinaria de lobos sin entrañas. No puede ser de otra manera, tiene que haber vencedores y vencidos: vencedores los ciudadanos de bien;  vencidos los criminales.  Sin ambigüedades ni medias tintas.

Hoy recordamos a Miguel Ángel Blanco, aquel joven de 29 años que  trabajó por un futuro en paz en su pueblo, y en su recuerdo está el de todas las Víctimas del Terrorismo. Su asesinato marcó un antes y un después en todos nosotros y nunca debemos olvidar aquellos días de julio en los que se nos paró el corazón. Su memoria debe ser el motor para que no bajemos nunca la guardia ante los terroristas y para que sepamos transmitir a las siguientes generaciones los valores que nos hacen grandes y que él defendió con su propia vida.

El Partido Popular siempre ha estado, y estará, junto a las víctimas del terrorismo, auténticos referentes éticos de lo mejor de nuestro país. Defendemos unos principios y unas convicciones que pasan por ser justos con la memoria de Miguel Ángel Blanco y con la de todas las víctimas del terrorismo.

A Miguel Ángel Blanco y a todas las Víctimas del terrorismo……. siempre estaréis presentes en nuestra memoria. 

Comparte: Manifiesto en el 20 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco