domingo, 29 marzo
El pasado Sábado día 28, a partir de las veinte horas, tuvo lugar en el incomparable marco de la iglesia de Santa María el concierto de Semana Santa que abre las puertas a nuestra Semana de Pasión. El interesante programa que el maestro Melero preparó para ésta ocasión constaba de las siguientes obras:
Primera parte
– Cavalleria Rusticana. (Intermezzo) Pietro Mascagni
– Concierto para viola y Orquesta Franz A. Hoffmeister
en re mayor
III. Rondo
Segunda parte
– Carmen Suit nº 1 Georges Bizet
Prelude
Aragonaise
Intermezzo
Séguidille
Les Dragons
Les Toréadors
– Carmen Suit nº 2 Georges Bizet
Marche des Contrebandiers
Habanera
Nocturne
Chanson du Toréador
La Garde Mopntante
Danse Bohéme
El concierto dio comienzo media hora más tarde de la programada, a efectos de no coincidir con el comienzo de la tradicional “Tamborrada” que preconiza tradicionalmente la Real Cofradía del Descendimiento de Requena.
La audición tuvo un brillante comienzo con la interpretación del Intermezzo de Cavalleria Rusticana de Pietro Mascani, que viene a ser el fragmento más popular de la obra. Un preludio o Intermezzo que la orquesta ataca en la representación operística en un momento en que los personajes han abandonado la plaza donde estaban congregados para entrar a la iglesia. La Filarmónica interpretó este bello pasaje musical con una delicadeza digna de encomio, extraordinariamente bien dirigida por su director.
Siguió la primera parte del concierto con la interpretación de la obra de Hoffmeinster programada; Concierto para viola y Orquesta en re mayor donde es obligado destacar la magnífica interpretación como viola solista del músico Mario García Gómez, veterano en la orquesta y formado inicialmente en nuestro conservatorio de música “Mariano Pérez Sánchez”. El solista, bien secundado por la calidad de la orquesta, cautivó la atención de la concurrencia mediante una interpretación magistral dotada de una sensibilidad extraordinaria, que fue premiada mediante la unánime ovación de un público entusiasta, cuya acción obligó a orquesta y solista a saludar en repetidas ocasiones, propiciando el obsequio de los actuantes con la acotación de una magnífica propina, tal y como vino a ser el bolero Oblivión de Astor Piazzolla, cuya audición volvió a desatar el entusiasmo de la concurrencia.
El su parte segunda, ya con la orquesta al completo, se interpretaron magníficamente los movimientos programados de las dos partes de Carmen de Bizet, en cuyo desarrollo el maestro Melero supo sacar el máximo rendimiento a la orquesta en general y muy especialmente a los solistas en particular, habida cuenta que la obra deviene abundante en esta materia, destacando poderosamente del buen tono general el desarrollo de la Habanera, cuya interpretación alcanzó un nivel verdaderamente espectacular. No devino extraño que el propio director, eligiese este movimiento como propina final en agradecimiento a la ovación de los asistentes.
En resumen, otro maravilloso concierto de nuestra Orquesta Filarmónica que sigue en línea ascendente y que puede ser considerada como el preludio de otros dos ya programados para mayo y agosto, cuya exposición programática promete grandes sorpresas y espectáculo para eruditos y aficionados.
Enhorabuena nuevamente a Francisco Melero y a su orquesta por ofrecernos un espectáculo tan encomiable que suelen llevar a cabo en cada ocasión en que se nos presentan.
Julián Sánchez