domingo, 4 mayo
La séptima edición de la Maderada de Cofrentes se ha celebrado esta mañana en un ambiente festivo y con más de 1400 personas que han seguido la evolución de los madereros cofrentinos por el río Cabriel.
La mañana arrancaba a los pies del castillo, desde donde han salido cientos de vecinos y turistas en romería hasta el río. Muchos cofrentinos ataviados con el traje típico abrían la marcha, al son de las dulzainas y los tabalets que han amenizado el recorrido.
Una vez en el río el tradicional almuerzo ha precedido a la bendición por parte del párroco de Cofrentes a los madereros, rememorando la tradición de siglos atrás en la que se encomendaban a la Virgen de la Soledad para que les guiara y protegiera en un trayecto de varios meses entre la serranía de Cuenca y los astilleros de Alzira y Cullera. Tras esta liturgia, se han botado las balsas hechas a base de troncos y varias decenas de cofrentinos han guiado las maderas en un recorrido de algo más de 500 metros por el río Cabriel, mientras numeroso público les seguía desde la orilla.
La belleza del paisaje en el Área Recreativa del Cabriel, con el castillo de Cofrentes de fondo dominando la confluencia de los ríos Júcar y Cabriel atrae cada año a un mayor número de turistas para seguir una fiesta pionera en la Comunitat Valenciana, que este año ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico.
Para conmemorar este galardón y respaldar al Ayuntamiento de Cofrentes en su labor de promoción turística, han asistido a la Maderada el Secretario Autonómico de Turismo, Daniel Marco, y el Subdelegado del Gobierno, Luis Santamaría. Ambos, junto al alcalde de Cofrentes, Raúl Ángel, y el concejal de Turismo, Manuel García, han inaugurado esta mañana las últimas infraestructuras turísticas instaladas en el Área Recreativa del Cabriel.
La Maderada recupera una tradición de los siglos XVIII y XIX en Cofrentes. La actividad fluvial cobró enorme importancia en esos siglos; cada año, con la llegada del otoño y la crecida de los ríos se organizaba la conducción de partidas de troncos procedentes de la serranía de Cuenca que llevaban hasta Alzira y Cullera.
Era la época anterior al ferrocarril y por supuesto al transporte por carretera. Así, una parte de la madera era transportada en toda España por los principales ríos. El Júcar y el Cabriel, que se unen en Cofrentes, eran dos de las rutas para abastecer a las importantes industrias madereras de Valencia.
El maderero o ganchero era el encargado de guiar los troncos durante un recorrido de varios meses; desde las orillas, subidos en balsas o sobre los mismos troncos gobernaban el avance, algo que exigía una gran destreza. En esta profesión muchos vecinos de Cofrentes se labraron una gran reputación. El nombre de ganchero les venía porque su útil de trabajo era un largo palo de madera que acababa en un gancho metálico con el que manejaban los troncos.
El transporte de madera se hizo de manera intensiva durante los siglos XVIII y XIX, convirtiéndose en fuente de actividad económica para Cofrentes, ya que cada viaje podía durar hasta cuatro meses.
El año 1885 marcó el principio del fin para que la madera llegara a Cofrentes. La construcción de la línea férrea desde Valencia hasta Utiel propició que se habilitase a la altura de Contreras un desembarcadero para la madera; con carros se transportaba hasta Utiel y una vez allí en ferrocarril.