miércoles, 11 septiembre
Requena (11/09/24)- Diputación
La Diputación de Valencia ha dado ya luz verde a las acciones de extracción de biomasa forestal que forman parte del proyecto Valencia Biovaloriza, liderado por el área de Medio Ambiente de la institución provincial y en el que participan también la Mancomunidad de Camp de Túria, Mancomunidad de Interior Tierra del Vino, los municipios de Llíria y Serra y la Universitat Politècnica de València (UPV).
Así, un equipo técnico del programa, en el que están representadas las diferentes entidades implicadas en el proyecto, trabaja ya junto al personal de la empresa pública Tragsa, que se encargará de ejecutar los trabajos en más de 200 hectáreas de terreno forestal público de Serra, Llíria y Requena.
El diputado de Medio Ambiente, Avelino Mascarell, explica que “se han seleccionado estas parcelas como consecuencia de los estudios técnicos dirigidos por la UPV utilizando modelos y herramientas avanzadas de gestión forestal” y señala que “las actuaciones están coordinadas con la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio como responsable de la ordenación y gestión Forestal en la Comunitat Valenciana”.
Mascarell, que además de dirigir el área provincial de Medio Ambiente, también es responsable de Prevención de Riesgos Forestales y de Desarrollo Rural y Presidente del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, afirma que “mediante este programa colaborativo aunamos esfuerzos y definimos estrategias transversales entre las áreas de impulso de economía local, medio ambiente y prevención” y destaca que “el aprovechamiento sostenible de los recursos forestales puede ser clave para incentivar la gestión forestal y para generar energía limpia de manera rentable, o al menos más económica”.
En este sentido, Mascarell subraya que “el programa tiene prevista la instalación de nuevas calderas en instalaciones municipales que utilizan la biomasa extraída de las zonas forestales como fuente de energía renovable, cerrando así el círculo mediante el aprovechamiento de los recursos forestales que se retiran en las tareas de prevención de incendios”.
La utilización de las más de 1.000 toneladas de biomasa supondrá un importante ahorro económico para los municipios gracias al uso de recursos ya existentes en el territorio. Además, esta nueva demanda de consumo de productos forestales permitirá potenciar las plantas de pellets, como la ya existente en Serra, y fomentar estudios para el posible uso de la biomasa en la construcción de estructuras. “Nuestro compromiso con el medio ambiente y los pueblos valencianos es total, como lo es nuestra estrategia. Trabajaremos también en la generación de mercado y la atracción de inversiones basadas en la bioindustria para que este proyecto piloto sea el primero de muchos”, incide el diputado.
Valencia Biovaloriza es un proyecto liderado por la Diputación de Valencia en la que trabajan conjuntamente la Universidad Politécnica de Valencia, las mancomunidades de Camp De Túria y de Interior Tierra del Vino, así como los municipios de Llíria y Serra.
Esta iniciativa pionera en la prevención de incendios cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por La Unión Europea – NextGenerationEU.
Importancia de gestionar la masa forestal
Uno de los pilares del proyecto Valencia Biovaloriza es la prevención de incendios mediante la gestión forestal y el posterior aprovechamiento de los residuos como biomasa.
Los trabajos se centrarán en la reducción de la masa forestal en zonas de alto riesgo de incendios, de manera que los montes estén protegidos ante un eventual fuego, ya sea evitando su propagación o mitigando de alguna manera sus efectos.
Avelino Mascarell resalta que “la gestión sostenible del monte, integrando los aspectos ambientales con las actividades económicas, sociales y culturales, permite conservar el medio natural al tiempo que es capaz de generar empleo, mejorando así la calidad de vida y expectativas de desarrollo de la población rural”.
Así, uno de los efectos esperados es que zonas con sobreabundancia de pino puedan recuperar su biodiversidad, al facilitar el desarrollo de especies autóctonas como el enebro y la carrasca, que son árboles que tienen un crecimiento más lento y a los que el pino imposibilita su completo desarrollo.