viernes, 25 abril
Lo mejor de dos añadas. Casa Don Ángel Malbec, Bodegas Vera de Estenas / Fuente: Luis Moreno Buj / StylusVinum.com /
La Malbec se cultiva en Cahors, al sur de Francia, desde la época del Imperio Romano. En esta zona vitícola se la conoce con los sinónimos de Côt Noir o Auxerrois, donde sus vinos se complementan con pequeños porcentajes de Merlot y de Tannat. La Malbec también era habitual en Burdeos en fechas anteriores al invierno de 1956, año en el que las bajas temperaturas acabaron con casi todas las cepas de esta varietal. Pero en la actualidad es en la provincia argentina de Mendoza, donde este tipo de uva ha encontrado su ecosistema ideal en una gran extensión en la pre-cordillera de los Andes. Con ella se elaboran algunos de los vinos más reconocidos del Nuevo Mundo, donde se ha convertido en la uva emblemática de Argentina, país que ocupa el quinto lugar en el escalafón mundial de productores de vino.
Félix Martínez Roda, director técnico y propietario de Bodegas Vera de Estenas, en Utiel, quedó seducido por los vinos de Malbec que conoció en su juventud, a mediados de la década de los 90 del pasado siglo cuando pasó una temporada trabajando en Londres con John Humphries, importador de vinos, azafrán y aceites españoles. “Hasta entonces conocía los vinos españoles y franceses, pero allí probé de múltiples procedencias, de diferentes tipos de uvas, climas y terruños de todo el planeta, fue cuando abrí los ojos al universo del vino”, nos explica Martínez. Allí quedó cautivado con algunos Malbec argentinos de color intenso y brillante, sin apenas tonos oxidados incluso después de años de crianza, por su carácter frutal y su carnosidad en el paladar.
Bodegas Vera de EstenasA su regreso convenció a su padre, Francisco Martínez Bermell -que fue uno de los impulsores de la viticultura moderna en España- para plantar en la finca familiar un par de hectáreas de esta vid, junto a las Cabernet Sauvignon, Merlot y Chardonnay, castas internacionales de las que fueron pioneros en cultivar en la Comunitat Valenciana.
Félix Martínez realiza un interesante ejercicio de enología con su Casa Don Ángel Malbec. La etiqueta que se puede encontrar en el mercado en estos momentos contiene vinos de dos cosechas, las de 2007 y 2008, que han tenido distintas crianzas en barricas de robles francés y americano, siendo la más larga de ellas de 24 meses y de 6 la más corta.
Hasta hace poco era frecuente encontrar en el anverso de algunas botellas de vinos tintos las letras CVC, Conjunto de Varias Cosechas. Otros vinos compuestos de varias añadas son los Cavas y, sobre todo, los Champanes, para homogeneizar las añadas. El caso de los vinos finos y generosos del Marco de Jerez y Montilla-Moriles, basados en la mezcla sucesiva de añadas por el sistema de soleras, es completamente diferente. Las siglas CVC indican que ese vino es el resultado de la mezcla con otros de distintas añadas con diferente grado de evolución y crianza, con lo que se pretende conseguir regularidad en sus características, pero también ajustar la presencia de la madera y ‘refrescar’ el aroma y paladar con la fruta del más joven.
Bodegas Vera de EstenasEsto se hace con tintos de corte industrial, pero también existen grandes vinos que utilizan este procedimiento, como el Vega Sicilia Reserva Especial, que se hace con selección de los mejores vinos de la bodega de dos o de tres añadas diferentes. Más modesto, pero muy digno, es el Malbec que elabora Félix Martínez, y lo embotella como ‘vino de mesa’ por no estar reglamentada esta práctica enológica en su zona vinícola, la DO Utiel-Requena, ni estar reconocida la varietal de uva empleada.
El resultado del CASA DON ÁNGEL MALBEC es un vino sorprendente que en cata ciega descolocaría a más de un experto en vinos. Presenta a la vez aromas terciarios, de vino maduro, junto a fruta roja fresca, con balsámicos (menta), flor marchita y especias (cacao, coco, vainilla), todos bien integrados. El color es granate, de capa media, con un ribete que tiende a tonos teja, pero donde se distinguen todavía los colores amoratados de la juventud. El paladar es fresco, potente, con buenos taninos, sabroso y bien conjuntado. Un vino para tomar en copa ancha, acompañando carnes rojas asadas, guisos como el rabo de toro y platos de caza.