jueves, 21 junio
Requena (21/06/18)
Más de dos mil afectados de toda la Comunitat Valenciana se han organizado para solicitar a la consellería de Educación que atienda sus reivindicaciones tras la indignación por la prueba de certificación del nivel C1, conocido como el antiguo Mitjà, convocada por la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià. Este grupo entiende que la solución idónea sería convocar una nueva prueba tras el verano, tal como la Junta venía haciendo hasta el año pasado.
La primera acción es una concentración convocada en la plaza del Ayuntamiento de València, el próximo sábado 23 de junio a las 18 horas, bajo el lema “Per un C1 just i de qualitat” y #NoMésCaos.
El grupo de afectados -que cuenta con representantes en las tres capitales de provincia, además de poblaciones como Alcoi, Dénia, Elx, Monóver, Betxí, la Vall d’Uixó, Llíria, Requena y Utiel- comenzó su lucha en Facebook a través del grupo “Injusta Certificació C1 Valencià JQCV. También ha promovido otras acciones como una petición en la plataforma Change.org -que ya lleva recogidas cerca de 15.000 firmas– y además, han conseguido presentar numerosas reclamaciones oficiales, tanto presenciales como telemáticas, lo que ha colapsado algunos servicios de quejas ofrecidos por la Generalitat Valenciana.
El grupo tiene previsto solicitar una reunión con responsables de Educación y de la JQCV para intentar llegar a un acuerdo antes de emprender acciones legales. Estas son las principales reclamaciones con respecto a la prueba:
La prueba del caos
El examen -al que se presentaron más de 18.000 personas el pasado 9 de junio presentó irregularidades tanto en la organización previa y en el desarrollo, como en la misma estructura de la prueba. Los afectados consideran motivos suficientes para impugnar la prueba ya que los aspirantes a un examen oficial deben conocer de antemano cómo se les va a evaluar y los examinadores enviados por la Junta deben transmitir unas pautas unificadas, pero sorprendentemente las instrucciones fueron distintas en cada aula donde se realizó la prueba.
Actualmente, continúa la confusión en torno a esta prueba, ya que la segunda fase del C1 –interacción oral- está prevista para el 30 de junio y los aspirantes no han recibido información clara para saber si deben presentarse o no, hasta el año pasado solo se presentaban quienes superaban la primera fase escrita.
Con respecto a las declaraciones realizadas por responsables de la consellería de Educación manifestando que “el problema radica en la novedad de esta prueba” -ya que es el primer año que se adaptaba al Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas-, los afectados indican que otras entidades certificadoras como las Escuelas de Idiomas y la CIEACOVA vienen realizando sus exámenes ajustados al MCER y ambos, presentan una estructura similar, mientras que el modelo de la Junta ha sido diferente y muy indefinido desde que la Junta anunció esta adaptación. También, desde la consellería de Marzà se ha aludido a la dificultad del primer texto de la prueba “Les lleis del caos” como una percepción subjetiva de los examinados, pero los afectados responden que es imposible realizar correctamente un ejercicio de comprensión escrita con un texto al que le faltaban fragmentos y no presentaba ninguna cohesión, un rasgo fundamental para la comprensión lectora, tal como indican los expertos lingüistas. Y también se sienten indignados porque desde la administración no han hecho ninguna referencia a la que ha existido en esta prueba, tal como han manifestado en numerosas quejas.
La obtención de la certificación del nivel C1 es requisito indispensable para poder seguir realizando determinados estudios –como la Capacitació- y para optar a oposiciones en la Comunitat Valenciana. A consecuencia de esta descoordinación y de la realización de una prueba que no cumplía con los requisitos que la Junta había anunciado en su web, miles de personas han visto truncadas sus expectativas tras dedicar años de esfuerzo personal y hacer un importante desembolso económico.