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Un sello de éxito marcado por los vinos a granel de calidad. Siete referencias embotelladas bajo la insignia de sus marcas: Parreño, Duque de Arcas y Catamarán

Requena (06/07/23) – Yolanda Hernández S.

Un sello de éxito marcado por los vinos a granel de calidad. Siete referencias embotelladas bajo la insignia de sus marcas: Parreño, Duque de Arcas y Catamarán. Tradición y modernidad. Puntera desde sus orígenes, pero, sobre todo, una apuesta firme por el trabajo bien hecho de las 4 generaciones familiares que conforman la saga. Así es la longeva bodega venturreña: Latorre Agrovinícola.

Orígenes. Historia

Para empezar a hablar de esta bodega hay que remontarse a su origen que nace a principios del siglo XX con D. José María Latorre García, el primer viticultor de las 4 generaciones, que ya por aquel entonces, elaboraba su propio vino en los trullos que tenía en la calle Del Árbol y en la de San Blas.

La viticultura aún era muy escasa. Venta del Moro destacaba por ser el principal productor de aceite para Valencia. De hecho, Jose María tenía una almazara, pero supo ver el futuro del viñedo y sobre 1940, levantó su propia bodega de 1000 arrobas, unos 160.000 litros.

Casa Garrido, una finca de nobleza

En 1968, después de fundar Latorre Agrovinícola junto con la segunda generación (sus hijos Luis, José María y Miguel Latorre), se realizó una importante ampliación de la empresa con la compra y puesta en producción de la Finca “Casa Garrido”, propiedad histórica por pertenecer con anterioridad al Conde de Villamar y la Condesa de Plegamans.

Siempre a la vanguardia

Latorre Agrovinícola siempre ha estado en constante evolución apostando por la tecnología. Prueba de ello es que, ya en el año 72, incorporaron el frío para mejorar la elaboración de los vinos de la época; En el 86 se modernizó mediante la automatización, llegando a ser la bodega más moderna en España, enfocada a la calidad de los graneles; En el año 88 se hizo una gran inversión en vinificadores para controlar la temperatura de todas las uvas, mostos y vinos desde la entrada a la salida, siendo la primera bodega a nivel europeo en hacer toda la producción así. Algo muy costoso por aquel entonces. Y ya en 1999, se comenzaron los primeros embotellados y a conformar la sala de barricas.

Continúa la saga con la tercera y cuarta generación

De los 12 primos hermanos, en el año 95 y motivados por el relevo generacional, tomaron la gerencia 2 de los nietos del fundador José María Latorre y primos entre sí: Luis Miguel (enólogo) y Luis Rafael (economista).

No obstante, se incorpora la cuarta generación al trabajo en bodega completando la saga.

Terrenos y producción

Los viñedos propios de la bodega se encuentran entre 700-850 m sobre el nivel del mar, con cañadas y laderas inclinadas hacia el mediodía, recibiendo una insolación perfecta para la adecuada maduración de la uva, además de un importante diferencial de temperaturas del día a la noche, que es perfecto sobre todo para la Bobal.

Pero no solo elaboran la producción de sus parcelas, sino que también la de otras zonas de la comarca, haciendo un total de alrededor de 8 millones de kg.

“Los viticultores llevaban la uva al abuelo Jose María y, hoy en día, siguen trayéndonos sus producciones los nietos”, nos cuenta Luis Miguel.

Pioneros con el Verdejo y Cabernet Sauvignon

Las variedades que elaboran son: Macabeo (de los más antiguos de la comarca), Verdejo, Bobal, Tempranillo (con clones de Rioja y Ribera del Duero), Cabernet Sauvignon y Garnacha Tintorera.

Destacar que fueron los primeros en la comarca en apostar por el verdejo, plantando 5 hectáreas de esta variedad y solicitando su autorización a Conselleria, así como pioneros en plantar Cabernet Sauvignon.

 “Lo más importante está en el campo”

Luis Miguel, el bisnieto (para que nos entendamos), nos cuenta que: los graneles de Latorre se cuidan tanto o más que sus embotellados y para ello controlan lo más importante para obtener esas excelentes calidades: el campo. La materia prima es fundamental por lo que salen personalmente a tomarles las muestras a los viticultores y controlar la maduración de forma personalizada. También les guían en cuanto a tratamientos, podas y otras decisiones que pueden repercutir en el futuro de los viñedos.

Vino a granel de calidad y 7 grandes referencias con DO Utiel-Requena

Sin duda, el plato fuerte de la bodega es el vino a granel de calidad, completando sus elaboraciones las 7 referencias embotelladas, con DO Utiel-Requena. Vinos muy premiados a nivel nacional e internacional, que reflejan el trabajo bien hecho desde la cepa hasta el acabado, así como un cuidado y diferencial marketing:

  • Parreño: los jóvenes de la casa. Blanco, rosado y tinto.
  • Catamarán: blanco con un toque de madera. El sello marinero haciendo honor a la concesión de la Copa América de Valencia.
  • Duque de Arcas: los tintos Crianza, Roble y Solo Bobal (el “alta expresión” de Latorre).

¡Difícil elegir uno solo de ellos!, pero teniendo en cuenta que con el verano apetece más algo fresquito, me quedo con el potencial del nuevo rosado Parreño, con su nueva imagen en cuanto a color (brillante y apastelado tono de pétalo de rosa con similitud a un Puerto de Indias), con la que han querido desmarcarse y llegar a otros mercados.

Sentimiento familiar

Antes de irme de la finca “Casa Garrido”, quise saber qué sentimientos les despierta la bodega para continuar en ella.

Luis Rafael (nieto de Jose María) nos contaba que, “aunque estudié Economía, he vivido la viticultura, la bodega e incluso despachando el vino en tienda desde pequeño con mi familia. Ese sentimiento me hizo seguir con el relevo generacional”.

Por otra parte, Luis Miguel (también nieto de Jose María) aseguraba que para élla bodega es una forma de vida y un sentimiento que nos trasmitieron nuestros padres. A veces algo duro pero que te da un estímulo y recompensa. Este trabajo y forma de vida es como un imán”.

Luis Miguel (bisnieto de Jose María e hijo de Luis Miguel) afirmaba que “me gusta mi trabajo y eso es fundamental. Algo que les ha costado tanto a mis anteriores generaciones, hay que seguir con ello, buscando siempre ir a más y mejor y dejar el nombre de la bodega muy alto”.

Desde luego el bisabuelo debe estar muy orgulloso, allá donde esté, de ver cómo va continuando su legado. En unos años veremos si la quinta generación continúa la tradición de esta gran bodega venturreña: Latorre Agrovinícola.

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