Requena (19/04/22)- Yolanda Hernández S.

La falta de aceite de girasol por la guerra en Ucrania, país del que España importa más del 60 % de este producto, ha puesto el foco en el aceite de oliva como sustituto, lo que ha aumentado sus precios en origen.

La caída de la disponibilidad de aceite de girasol está provocando graves problemas al sector de las industrias de conservas de pescado y al canal Horeca que, ante la escasez del mismo, están buscando otras alternativas para cubrir sus necesidades de grasas vegetales, tales como aceite de palma o colza y de oliva suave y virgen extra.

Sin duda esta crisis está generando una oportunidad para el aceite de oliva donde se empieza a experimentar una importante demanda, no sólo a nivel español, sino también en otros mercados exteriores.

Pero no todo son buenas noticias. El precio para el consumidor se empieza a disparar. En el análisis realizado por Olimerca en el mes de marzo y primeros días de abril han podido comprobar que las marcas blancas de aceite de oliva han subido en el periodo de marzo de 2021 a marzo de 2022 un 87,30%. Mejor comportamiento han mantenido los aceites de oliva virgen extra, con tan sólo un ajuste al alza del 34,71%, en el mismo periodo antes mencionado.

A los problemas de la falta de aceite girasol, se le unen los costes de la energía eléctrica, de los gasóleos, el agua, las subidas de los abonos. Un conjunto de circunstancias que, sin duda, repercutirán en el bolsillo del comprador, pues los incrementos en el precio son prácticamente inevitables.