martes, 28 enero
Fuente y foto ABC.es
El presidente de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), Francisco Gil-Ortega, aseguró este lunes en el Foro de la Nueva Energía que las autoridades «están pensando en prolongar» la vida de las centrales nucleares de los 40 años actuales a «50 ó 60 años».
Así lo señaló Gil-Ortega durante el acto organizado por Nueva Economía Fórum, en el que reconoció que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo baraja esta posibilidad, en la línea de otros países como Estados Unidos que podrían ampliar el periodo hasta los «70 u 80 años». Gil-Ortega apuntó no obstante que, ante la «indefinición» sobre la posible vuelta a la actividad de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), Enresa dispone ya de un plan de contingencia.
Aunque desde el Ministerio de Industria, Energía y Turismo «han puesto el mercado adecuado» con respecto a Garoña, «otra cosa es que los empresarios lo vean», opinó.
Por otro lado, el presidente de Enresa fechó en el primer trimestre de 2018 la puesta en marcha del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos de alta intensidad de Villar de Cañas (Cuenca). Gil-Ortega destacó que, en la zona del futuro almacén, que contará con una superficie de 54 hectáreas, «ya hay movimiento», tras haber crecido el municipio un 15% el pasado año, y haberse abierto una sucursal, entre otros proyectos como un hotel y comercios.
De igual forma, avanzó que ya se ha iniciado el vallado de la parcela donde se construirá este año el ATC, que «reúne todas las condiciones de suelo, arcilla y arenisca», y que contará con la «estabilidad y capacidad necesaria» para que «sin ninguna duda se pueda hacer ahí». «Es una instalación pasiva, no es una instalación nuclear, no sufre reacciones en su interior, solo emite calor, no hay ningún riesgo de situarlo en Villar de Cañas ni en ningún sitio de España», apostilló. Además, Gil-Ortega explicó que los residuos permanecerán en el ATC 60 años, para posteriormente ser trasladados a un Almacén Geológico Profundo (AGP), para cuya finalización «quizá hagan falta 50 años».
En esta línea, defendió que la instalación es «imprescindible» y «urgente», y la decisión queda «totalmente argumentada», puesto que «las piscinas se van llenando» y «tenemos que traer los residuos del material que tenemos en Francia». Así, diferenció el futuro ATC de la central de Zorita, donde los residuos se encuentran «al aire libre», y reiteró la necesidad del almacén ya que «todos los españoles hemos generado residuos radiactivos» y ahora «es nuestro deber darles solución».
El retroceso de los residuos de Vandellós I (Tarragona) en Francia, que tendrán que volver a España a mediados del año 2017, «costó 800 millones de euros», recordó el presidente de Enresa, que sostuvo que con el ATC España podría haberse ahorrado dicho coste. Por último, respecto a las protestas de los colectivos ecologistas, opinó que «pueden manifestarse como quieran», pero «deben dar una solución a los residuos radiactivos».