viernes, 27 febrero
A partir de ahora Impromptu, además de ser el nombre de un vino blanco de guarda, será nombre de un rosé de guarda. Se trata de la nueva creación de Pablo Ossorio en Bodegas Hispano Suizas, el Impromptu Rosé, un monovarietal de pinot noir que sale, además, con la contraetiqueta de la DOP Valencia y que es consecuencia de la evolución de la firma y su apuesta por vinos singulares de calidad.
Tras sumar éxitos año tras año con el Cava Tantum Ergo Pinot Noir Rosé, llega el último de ellos el primer día de este año cuando la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV) lo escogió como el mejor espumoso del año en España , o con el Bassus Pinot Noir como la referencia del Tinto de pinot noir en España para varias guías, era cuestión de tiempo que Hispano Suizas sacara al mercado un rosado con esta variedad.
“Es un vino diferente, cuya singularidad está en la elaboración, en el color y en el concepto”, dice Pablo Ossorio, que confiesa que tenía ganas de sumar a la cartera de Hispano un rosado. Rosado era el vino que, por otra parte, le dio el primer gran premio de su carrera profesional: un Zarcillo de Oro. Tenía entonces 25 años y elaboraba en Aragón…
Vino de Valencia, moderno e internacional
Lo que llama la atención de primeras es que Hispano Suizas se estrena en la DOP Valencia. Comenzaron con Utiel-Requena y luego sumaron Cava. Ahora Valencia aprovechando que Requena el único lugar de España que puede elaborar en tres marcas de garantía y todas de alto reconocimiento.
“Teníamos claro que si hacíamos un vino rosado tenía que ser un Valencia, porque este rosado moderno e internacional está pensado sobre todo en un concepto de consumidor más internacional y concretamente para el cliente extranjero que está demandando este vino de calidad en nuestras costas ”, señala Ossorio.
¡Vivan los rosados!, sí, pero los grandes rosados que tratan de aunar la chispa del blanco con el cuerpo de un tinto y la longevidad de un crianza.
La cuadratura del círculo, vamos, y en eso llevan varios años Rafa Navarro, el encargado de la viticultura en Hispano Suizas, y el propio Ossorio.
Ambos comparten la admiración por los grandes franceses, de ahí que su referencia en elaboración fueran los rosados que se hacen en Provenza, la región que se caracteriza por la calidad de los rosé. En cuanto a la variedad, lo tenían claro con la pinot noir que tienen en la propia finca y que tan buenos resultados está dando en los suelos de Requena y que nutren el Bassus Pinot y los cavas.
El color no es el rosa clásico, sino un punto más clarito semejando el salmón pálido o la piel de cebolla. Se fermenta en barricas de 400 litros, y pasa cuatro meses sobre lías finas.
Esta elaboración de largo recorrido influye notablemente en la longevidad de la botella, de modo que puede aguantar bien varios años sin las urgencias de otros rosados que no tocan la madera y abandonan antes la compañía de las lías.
Larga vida, adiós a los prejuicios
En la actualidad está creciendo el, hasta ahora limitado y exclusivo, mercado del vino rosado de alta gama.
Este renacer de los rosados permite espacio para los más tradicionales (a veces con mezcla de uvas blancas), y para estos modernos a los que se apunta el Impromptu Rosé y que se están aliando con el glamour, la costa, la terraza de verano, la playa y la cubitera bien surtida de hielo como si de un vino de fiesta se tratara.
Como es un vino de más larga vida que los habituales, la bodega ha apostado por embotellar en vidrio verde en vez del clásico transparente destinado a disfrutarse en su primer año de vida.
Esto impide apreciar el color antes de la compra, algo que a Pablo Ossorio le preocupa menos que proteger al Impromptu Rosé de la oxidación y asegurar que “ese producto de alta calidad que compras, y que se asocia a la trayectoria de nuestra bodega, no defraude y aguante con las características que nosotros lo elaboramos el mayor tiempo posible”.
Esta primera añada del Impromptu Rosé sale con 6.666 botellas.