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Noche de Los Mayos en el municipio de Venta del Moro

Evento terminado el 30 abril

12 h

Localidad

RITO DE LOS MAYOS EN EL MUNICIPIO DE VENTA DEL MORO Fiesta declarada Bien de Relevancia Local 

30 de abril, a las 12 h

EL RITUAL DE LOS MAYOS EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE VENTA DEL MORO

Ignacio Latorre Zacarés. Cronista Oficial de Venta del Moro

1. VENTA DEL MORO: TESORO DE TRADICIONES

El 9 de febrero de 2022, la Generalitat Valenciana declaró como bienes de relevancia local el ritual de mayos de Venta del Moro, Jaraguas y Casas del Rey junto con la hoguera de la Virgen de Loreto y el Judas. Aprovechamos el hueco que nos deja este libro de fiestas para analizar y describir una tradición tan querida por los venturreños como los mayos.

Venta del Moro posee un patrimonio inmaterial de tradiciones muy importantes que se han conservado prácticamente en su pureza y originalidad: los Mayos, las coplas a la Virgen de Loreto, las coplas del día de la Cruz, el Judas, las hogueras de San Antón, la Hoguera de San Francisco Javier de Jaraguas, la hoguera de la Virgen de Loreto de Venta del Moro, el volteo manual de campanas en la iglesia de Venta del Moro, el canto de los aguilandos o la jota de quintos son algunas de las tradiciones que se han mantenido sin interrupción, transmitidas generacionalmente y prácticamente sin ningún tipo de intervencionismo que las haya modificado desde que se tiene memoria.

Son rituales que la población tiene muy interiorizados y que forman parte indisoluble de una comunidad que se esfuerza por perpetuarlos, a la vez que generan una importante y cohesionada identidad de grupo. La memoria social y colectiva de Venta del Moro está íntimamente asociada a estas tradiciones que se viven desde la infancia.

2. CANTAR LOS MAYOS

Casi todas las localidades de la Meseta de Requena-Utiel y el Valle del Cabriel denominamos como “cantar los mayos” al ritual que incluye el mayo religioso a la Virgen de cada localidad y el mayo profano a las mozas. Algunas localidades cantaban o cantan las llamadas “Coplas del perdón” que en Jaraguas y Venta del Moro se conocen como “Coplas de la Cruz”, pues se cantaban antiguamente el Día de la Cruz (3 de mayo), aunque en la actualidad se han trasladado al domingo siguiente de los mayos. En estas coplas los quintos recaudan los donativos de aquellas casas donde haya gustado el mayo adjudicado a la moza soltera. Sólo en Venta del Moro se canta después del mayo religioso a la Virgen de Loreto unas coplas a ritmo de jota de carácter espontáneo en que se hacen referencias a hechos del año o de crítica social y política. En Casas del Rey, también después del mayo, se cantan coplas a la Virgen de las Mercedes con carácter protector de las cosechas y la salud vecinal.

Los mayos es un ritual que antes de la Guerra Civil de 1936-1939 se realizaba en muchas poblaciones de la comarca y aledaños, pero en la actualidad ha quedado reducida su práctica a muy pocas poblaciones, siendo Venta del Moro uno de los municipios que mantienen con vigor y querencia la tradición.

Los mayos son extensas composiciones literarias cantables de origen culto y castellano que han arraigado y se han conservado en la Comunidad de Madrid, La Alcarria, La Mancha, Serranía de Cuenca y tierras limítrofes de Aragón y Valencia como la Sierra de Albarracín, el Valle de Ayora, Hoya de Buñol, Serranía del Turia o el Rincón de Ademuz.

Los mayos son literatura popular tradicional de transmisión oral, lo cual lleva aparejada la consiguiente modificación de los textos originales y ello ha dado lugar, con el paso del tiempo, a la gran cantidad de variantes, versiones y esquemas de composición que pueden encontrarse. María Teresa Oller y Fermín Pardo contabilizaron más de doscientas melodías con variantes. Como forma musical es de una gran sencillez: una frase melódica que se repite tantas veces como coplas expone el texto poético, aunque con curiosas variantes.

El canto de los mayos, de origen inicial profano, supone la celebración de la plenitud primaveral, como vestigio de antiguos ritos festivos de fecundidad de primitivas sociedades agrarias. Su finalidad fundamental es la de emparejar a mozos y mozas, ya que en la sociedad rural la soltería era un inconveniente. Convenía animar a los jóvenes al matrimonio para asegurar la procreación.

El extenso texto de un clásico mayo a la moza suele dedicar la mayor parte de sus estrofas, como en el término de Venta del Moro, a la alabanza y adulación que se hace de la belleza femenina con la descripción de las diferentes partes del cuerpo de una mujer de manera galante, siempre empezando por el cabello y acabando por los pies. Es lo que se le denomina el retrato, pintar la dama o pintar el garbo.

Posteriormente, surgiría el mayo religioso o mayo a la Virgen por el intervencionismo eclesiástico en las tradiciones y folklore popular. En 1596, el rector de la parroquia de Sinarcas elevó al obispo de Segorbe una serie de quejas sobre los mayos que celebraban sus feligreses por considerarlos poco recomendables religiosamente:

«ítem por quanto no se sirve Dios dello se acostumbran hazer y nombrar mayos en el mes de Mayo que es casar moços con moças, viejos con viejas con cantares y bayles que parece más cosa gentílica que de cristianos su señoría se sirva quitar un abuso como esse. »

Este mismo documento nos habla de la antigüedad de la fiesta (1596) y de la consideración de su carácter pagano o «gentílico» como manifiesta el cura denunciante. Posiblemente de este tiempo de Contrarreforma, en que se trata de eliminar aquellos restos de paganismo entre las costumbres populares y de acercar más la religiosidad popular a la ortodoxia católica, arranque la creación de los mayos religiosos.

El de 1899 es el primer diccionario de la Real Academia de la Lengua que introduce la acepción de la voz “mayo” como la “música y canto con que en la última noche de abril obsequian los mozos a las solteras”, haciendo referencia, por tanto, sólo al ritual profano.

En los mayos a la Virgen María, además de considerarla simbólicamente como una doncella y se le empareja con su esposo José, se le aclama como protectora y mediadora ante Dios. El mayo contiene la solicitud de bienes espirituales y materiales en una época del año en la que la sociedad agraria espera ya la cercana fructificación de la cosecha anual que asegura la supervivencia de la colectividad humana. Estas rogativas elevadas a la Virgen se creen posibles herederas de cultos agrarios a divinidades primitivas protectores de campos y ganados. También contienen los mayos súplicas de tipo espiritual relacionadas con la salvación eterna, las cuales dejan ver el sello de la cristianización. La mayoría de los mayos religiosos muestran claramente que su compositor pudo ser un sacerdote por la inclusión de alusiones a misterios y dogmas cristianos, a la vida y atributos de la Virgen. Así, la introducción del mayo a la Virgen supone la adecuación de la fiesta y sus elementos a las normas religiosas de rigor purista del momento.

El mayo a las mozas y el de la Virgen se complementan. Los primeros sirven para animar a la procreación legítima por el matrimonio y los segundos para asegurar la salud y supervivencia de los descendientes.

Métricamente, la gran mayoría de los mayos y todos los de las mozas están compuestos a base de estrofas de cuatro versos hexasílabos, distribuyendo la rima asonante en los versos pares, a manera de romancillo. Con la idea de remarcar las diferencias entre los mayos profanos y los religiosos hay, entre los dedicados a la Virgen, ejemplos compuestos con octosílabos como en Venta del Moro, bien en forma de romance o en estrofas de cuatro versos.

Los emparejamientos de la noche del treinta de abril se daban como buenos cuando maya y mayo estaban conformes. Si el noviazgo ya está iniciado se le asigna a la moza su novio y si no está iniciado a un posible candidato o a alguien de su edad. Antiguamente, había unos códigos por los cuales las mozas expresaban su aceptación o rechazo del “mayo” asignado. En la Meseta de Requena-Utiel la señal de negativa era el que la maya saliera al día siguiente de su casa con el faldar (delantal) puesto del revés. Había localidades en las que la manifestación de calabazas se hacía negándose a bailar la maya con el mayo asignado, cuando en el baile de la fiesta del día siguiente se lo pedía éste.

Una parte importante del ritual (mayos a las mozas, coplas de la Cruz) es protagonizado por los quintos y quintas como un verdadero rito de paso. Hace décadas los quintos debían abandonar su comunidad local durante una temporada para prestar el servicio militar, se superaba la etapa de transición de la juventud a la fase de adulto, proceso culminado con su regreso al pueblo tras conseguir su licencia militar. En la actualidad, el rito incorpora a mozos y mozas, pero sigue manteniendo su función ritual de tránsito, en el que una nueva generación deja atrás la última infancia y se incorpora plenamente a la juventud participando en el rito, como un acto de presentación del nuevo estado adquirido ante el conjunto del vecindario. Ser quinto o quinta significa la adquisición de un papel protagonista en la comunidad; la incorporación de un nuevo reemplazo capaz de mantener y conservar las costumbres del pueblo.

La tradición mantiene e incentiva la solidaridad familiar y vecinal, pues son días de especial cohesión de todo el pueblo en torno al ritual.

3. LOS MAYOS EN EL TÉRMINO UNICIPAL DE VENTA DEL MORO

El término municipal de Venta del Moro mantiene en vigor la tradición de los cantos de los mayos en Venta del Moro pueblo y sus aldeas de Casas del Rey y Jaraguas. En Casas de Pradas y Casas de Moya se perdieron hace años, pero nos quedan parte de los textos y música gracias a la compilación de Fermín Pardo. A pesar de la proximidad de los núcleos de población y de estar en el mismo término municipal, hay variantes en textos y melodías.

El ritual de mayos pertenece a los ritos de carácter inmemorial, pues a falta de documentación escrita, nos podemos retrotraer en la memoria oral hasta el siglo XIX en que se recordaba que ya se realizaba el ritual tal como en la actualidad en Venta del Moro. No obstante, su antigüedad debe ser mayor como lo atestigua el citado documento de 1596 de Sinarcas.

Describiremos el ritual según cada núcleo poblacional.

4. RITUAL DE MAYOS EN VENTA DEL MORO PUEBLO

Venta del Moro es la única población valenciana que mantiene las cuatro manifestaciones del ritual: mayo religioso, coplas espontáneas a la Virgen de Loreto, mayo a las mozas y las coplas de la Cruz.

En Venta del Moro, en contra de lo que suele ser norma, tanto la autoridad civil (alcalde) como la religiosa (párroco) no tienen papel asignado, ni se introduce el mayo solicitando licencia ni al alcalde, ni al sacerdote. Tampoco existe ninguna rondalla, cofradía, coro o elemento intermedio que intervenga, debido a que el ritual ha sido respetado en su integridad y se conserva con sus participantes originales de la comunidad vecinal y quintos de una manera espontánea, sin necesidad de organización, dado el carácter intergeneracional e interiorizado del rito.

Canto del mayo religioso a la Virgen de Loreto de Venta del Moro.

El 30 de abril a las 12 en punto de la noche, tras escuchar el tañido de la última de las doce campanadas, se procede con puntualidad al canto del mayo religioso a la patrona de Venta del Moro: la Virgen de Loreto. Se realiza en la plaza de la Iglesia con la puerta de la Iglesia abierta para que sea escuchado por la Virgen. Debajo del dintel de la puerta se sitúan dos o tres voces solistas masculinas con los músicos detrás: violines, acordeón, guitarras, flautín… Enfrente toda la población en la plaza de la Iglesia.

El mayo religioso es en romance de octosílabos con rima generalmente asonante en los versos pares. Se distribuye en las siguientes secuencias:

– Introducción con dos estrofas de hexasílabos: “Ya estamos a treinta…”

-Licencia: “Licencia te pido a ti…”.

-Misterios de la Encarnación y la Purísima Concepción: “Donde obró la encarnación…” “y concibió con pureza…”.

-Saludo e introducción a la Salve: “con la salve os saludamos”

-Salve: “¡Dios te Salve, Virgen Pura!…”.

-Alabanzas: “imposible pronunciar / tus eternas alabanzas…”

-Asignación del mayo: “¡Sea José vuestro Mayo…”

-Introducción a la rogativa: “¡Ay, quien fuera Salomón / sabiduría tan alta”…

-Rogativa: “pedimos y rogamos / que nos des mucha salud / para cantarlos otro año!”.

El canto acaba con vivas a la Virgen de Loreto y a Venta del Moro.

Son treinta y dos estrofas de cuatro versos y una de dos, dando un total de 130 versos. Las dos o tres voces solistas masculinas cantan de dos en dos versos y la comunidad vecinal va repitiendo también de dos en dos. Su duración es cercana a los veinticuatro minutos.

Como voces solistas de los mayos a la Virgen recordamos a los hermanos Feliciano Antonio y José María Yeves Descalzo, Emilio Clemente López, Julián Olmo ente otros y de los músicos a los hermanos Lucio y Gervasio Pérez al violín y la bandurria. Actualmente suelen ejercer como voces solistas los hermanos José Emilio y Fernando Clemente, José Julián García y Nacho Latorre. Entre los músicos no suelen faltar el acordeón de Luis Clemente, los violines de Manuel Pérez e Irene Llevata, Javier Clemente a la guitarra, Fernando Olivares al flautín y otros músicos que son siempre bienvenidos.

Coplas a la Virgen de Loreto de Venta del Moro.

Una vez acabado el mayo religioso a la Virgen de Loreto, con la comunidad vecinal congregada en la plaza de la Iglesia, continuando con la puerta de la Iglesia abierta, cualquier vecino puede entonar una o varias coplas. Estas coplas de carácter espontáneo, improvisado y efímero, que varían todos los años, suelen ser de siete versos octosílabos cantadas a ritmo de jota. En ellos se pide licencia o invoca a la Virgen bajo el lema “Virgen Santa de Loreto” para a continuación poder realizar cualquier tipo de comentario o crítica sarcástica de hechos actuales: inclemencias meteorológicas que afectan a la agricultura, problemas locales, actualidad nacional, peticiones a la Virgen por incidencias personales… Las últimas estrofas son entonadas por toda la comunidad vecinal, pues son repetición de versos anteriores que se acaban de escuchar.

En este ritual participa gente de toda edad y es un acto también muy seguido por la comunidad, dada la incertidumbre de no saber cuál es el mensaje de cada una de estas coplas improvisadas. Los músicos acompañan a los espontáneos coplistas.

Un ejemplo de copla es ésta de 2022:

“La Venta está intranquila

Virgen Santa de Loreto

la Venta está intranquila

mayo y aún no sabemos

quién se queda la piscina

quién se queda la piscina

Virgen San de Loreto.”

Mayo a las mozas.

Acabado el mayo religioso y las coplas a la Virgen de Loreto, el turno del ritual es de los quintos y quintas que, acompañados de algunos músicos de viento, se disponen a cantar los mayos a todas las mozas solteras de la localidad. Son muchos los jóvenes de quintas anteriores y posteriores los que acompañan a los quintos, bien provistos de la autóctona zurra (bebida dulce realizada a base se vino) y otros licores. Se canta a la puerta de cada moza soltera, siendo la tradición que la moza escuche dentro de la casa el mayo. El mayo es entonado por una voz solista de quinto y el resto de quintos con acompañantes van respondiendo en este mayo que es una especie de retrato de la dama.

El mayo está estructurado en:

– Introducción con la solicitud de licencia en dos estrofas de octosílabos.

“A tu puerta linda dama

llego rendido y postrado,

solicitando licencia

para cantaros el mayo…”

-Retrato: estrofas centrales que describen el cuerpo de la mujer desde la parte superior a la inferior.

“Tu pelo madama

son madejas de oro,

que cuando lo peinas

se te riza todo.”

– Asignación del mayo.

“A la señorita [Salomé]

el mayo le hemos cantado,

con el señorito [César]

con él ha de ser su mayo.”

-Despedida con el perdón a ritmo de jota:

“Si el mayo no le ha caído a gusto

perdone el atrevimiento,

que no soy hombre tan sabio

que adivine el pensamiento.”

Son veinticuatro estrofas que dan un total de 96 versos.

Las mujeres receptoras del mayo han de ser solteras y se les canta desde recién nacidas, dándose casos en que es un bebé de pocos días, asignándole un niño de poca edad. Es importante recordar a todas las mozas solteras para cantarles el mayo, pues el olvido de alguna es considerado casi como una ofensa. Al ser el requerimiento de que ha de ser soltera, a veces, el mayo también se les canta a solteras de edad ya avanzada, asignándoles otro soltero de edad similar.

El canto de los mayos a las mozas se inicia cerca de la una de la madrugada y suele acabar con las primeras luces del alba, ya que se recorren todas las calles del pueblo, deteniéndose en todas las casas donde viven mozas solteras.

Coplas de la Cruz de Venta del Moro.

Al domingo siguiente al canto de los mayos, con las primeras horas de luz, se vuelven a juntar los quintos y quintas con algunos músicos de viento para cantar las “Coplas de la Cruz”, así llamadas porque anteriormente este ritual se celebraba el Día de la Cruz (3 de mayo). En este caso, los quintos no son acompañados por el resto de juventud.

Los quintos vuelven a pasar por todas las casas de las mozas solteras a las que se les había cantado el mayo, para en esta ocasión cantarles las coplas de la Cruz a ritmo de jota. Finalizadas las coplas, si el mayo o pareja que se le asignó a la moza “le ha caído a gusto” (tal como indica el propio mayo), se recompensa a los quintos con un donativo en forma de dinero para sus posteriores fiestas. Ejemplo de copla:

“Gracias a Dios que llegamos

donde no pensé llegar,

a darle los buenos días

a la espuma de la mar.”

5. Ritual de Mayos en Casas del Rey.

A pesar de ser Casas del Rey una pequeña aldea, conserva parte del ritual de mayos, concretamente la parte religiosa, debido a que la lacra de la despoblación ha acabado con la parte profana, por falta de quintos y mozas casaderas.

Mayo a la Virgen de las Mercedes de Casas del Rey.

El 30 de abril, hacia las 10 de la noche, se procede al canto del mayo religioso a la patrona de Casas del Rey: la Virgen de las Mercedes. Se realiza en la plaza de la Iglesia con la puerta de la Iglesia abierta. La pequeña comunidad vecinal de Casas del Rey, en forma de semicírculo y mirando al interior de la Iglesia, cantan el mayo.

El mayo es muy parecido al de la Virgen de Loreto de Venta del Moro con ligeras variantes en el texto y con la misma tonada. Es en romance de octosílabos. Aparecen en la introducción dos estrofas de hexasílabos muy corrientes en los mayos. Al igual que en Venta del Moro, una voz solista, por muchos años la vecina Pilar Navarro Moya, los va entonando de dos en dos, siendo contestados por la comunidad vecinal. El mayo se canta mucho más pausado que en Venta del Moro, pero con la misma melodía. En los últimos años el testigo de Pilar Navarro ha sido recogido por Isabel Berlanga que canta el mayo con la misma solemnidad, timbre y cadencia de Pilar, lo que produce un bonito canto de mayor duración que el de Venta del Moro, a pesar de poseer casi la misma letra.

Anteriormente, el mayo era interrumpido por algún tiro al aire.

Coplas a la Virgen de las Mercedes de Casas del Rey.

Al igual que en Venta del Moro, cualquier vecino puede entonar unas coplas sobre hechos del año, pidiendo licencia a la Virgen de las Mercedes. Son de versos octosílabos distribuidos en siete frases musicales generalmente, aunque a veces se alarga en más frases. En ellos se pide licencia o invoca a la Virgen de las Mercedes o el Sagrado Corazón para a continuación poder realizar cualquier tipo de comentario, muchas veces dedicados a la protección de la cosecha y de los habitantes de la población. Se cantan con la misma lenta cadencia del mayo casarreño.

Un ejemplo compilado en 2022 es el siguiente cantado por Isabel Berlanga:

“¡Oh! Virgen de las Mercedes

la aldea entera agradece

que hayas obrado el milagro

que hayas obrado el milagro

con nuestra vecina Carmen.

Gracias patrona querida

¡Oh! Virgen de las Mercedes”

6. Ritual de mayos en Jaraguas.

Mayos a la Virgen de los Desamparados de Jaraguas.

Este mayo se canta en la fachada de la Iglesia Parroquial de Jaraguas a puerta abierta a las 24 horas de la noche del 30 abril, tras los toques manuales de campana. En el centro se sitúan los quintos o voces solistas. A lo largo del tiempo, se han alternado tanto los quintos como voces solistas (Federico Alcañiz Palomera, Alfredo Ferrer y otros). Actualmente, cuando hay quintos son ellos los que cantan y la comunidad vecinal que está en la plaza de la Iglesia contesta repitiendo los mismos versos entonados por los quintos.

El mayo de Jaraguas a la Virgen de los Desamparados destaca por ser muy extenso (220 versos) y diferente en letra y tonada al de Venta del Moro. Sí que es similar en tonada al de la aldea requenense de La Portera, ya que fue transmitida allí desde Jaraguas en 1922. Es un texto romanceado con series alternas de octosílabos y hexasílabos de carácter muy culto y por ello adulterado en cuanto a la métrica y el léxico.

Se distribuye en las siguientes secuencias: Introducción y saludo; solicitud de ayuda; licencia; introducción al Avemaría; Avemaría; introducción a la Salve; Salve; asignación del mayo; solicitud de perdón; rogativa y despedida.

“Gracias a Dios que he llegado

a la puerta de este templo

donde está la Virgen pura

y el Santísimo Sacramento.

Gracias a Dios que he llegado

a la puerta de los Cielos

y al coro celestial

y de los ángeles bellos.

Con el favor de Jesús

y de la Virgen sagrada

a las puertas de este templo

damos la primera entrada…”

3.2 Mayo a las mozas de Jaraguas.

A continuación del mayo religioso, los quintos con el resto de juventud se dirigen a todas las casas de las jaragüeñas solteras, sin distingo de edad, para cantarles el mayo, que está basado en el “retrato” de la moza. Los quintos empiezan la estrofa con los dos primeros versos y el resto acompaña contestando con los dos versos siguientes. Últimamente como música se acompañan de una charanga.

El mayo profano es un texto de estrofas de hexasílabos con una estrofa final de octosílabos para la asignación del mayo.

Se distribuye en las siguientes secuencias:

-Introducción: estrofas 1 a 2.

“Ya estamos a treinta

del abril cumplido

mañana entra mayo

de flores cubrido.

Mayo bienvenido

bienvenido seas

para que galanes

cumplan con doncellas.”

-Retrato:

“Tus ojitos, niña

son dos grandes luceros

ellos son la gracia

de tu cuerpo entero”

-Asignación del mayo como despedida recitada.

“Si quieres saber, madama

quien aquí mandó cantar

«fulano de tal» se llama

vecino de este lugar.”

COPLAS DE LA CRUZ O DEL PERDÓN.

Al igual que en Venta del Moro, las coplas de perdón se cantaban en Jaraguas el día de la Santa Cruz (3 de mayo). Se interpretan con melodías de jota y también sirven para recoger donativos destinados a los quintos que han cantado mayos, además de cumplir su función primordial de excusarse por si había errado en elegir mayo (mozo) a cada una de las mayas (mozas) que les cantaron la noche del 30 de abril. Esta parte del ritual no se realiza actualmente.

“Si el mayo no ha caído a gusto

señora, perdonarás

que yo no soy ningún sabio

que lo pueda adivinar.”

Tarea es de todos que esta bella tradición de los mayos heredada de nuestros ancestros siga vigente y la cuidemos, más ahora que ha sido declarada bien inmaterial de relevancia local.

Recursos audiovisuales

Archivo Sonoro Fermín Pardo Pardo (Archivo Municipal de Requena). https://www.bibliotecaspublicas.es/…/contenido25252.pdf

CD: La Voz de la Tierra: Archivo Sonoro de Venta del Moro y sus aldeas. Venta del Moro, Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro, DL 2008.

Bibliografía:

PARDO PARDO, Fermín y OLLER BENLLOCH, Mª Teresa. Los mayos en el Campo de Requena-Utiel y otras comarcas valencianas. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1997, 456 p.

PARDO PARDO, Fermín. “Fiestas y elementos festivos tradicionales en Jaraguas”. El Lebrillo Cultural, 2001, n. 15. P. 38-44.

PARDO PARDO, Fermín. “Música y literatura popular tradicional en Jaraguas”. El Lebrillo Cultural, 2001, n. 15. P. 23-31.

PARDO PARDO, Fermín. “Música y literatura de tradición oral en las Casas del Rey”. El Lebrillo Cultural, agosto 2002, nº 18. 26 p.

PARDO PARDO, Fermín “La copla en nuestra tradición oral”. El Lebrillo Cultural, 1999, n.12, p.7-16.

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