lunes, 1 abril
Crítica de Mónica Navarro
LA DECISIÓN
El sábado 30 de marzo, con motivo de la celebración del Día mundial del teatro, se estrenó en el Teatro Principal de Requena la obra ganadora del XVIII Certamen Internacional de Teatro Breve Ciudad de Requena, titulada “La decisión”, de Tomás Ferrando Agulló, con un montaje de CAT Arrabal Teatro dirigido por José Luis Prieto e interpretado por Sandra Ortega, Germán Fernández y David Folgado.
Estamos ante un tema difícil, ya que la obra nos pone en la piel de una mujer diagnosticada de cáncer metastásico que tiene que decidir si se somete a un último tratamiento para poder alargar su vida, quizá, unos pocos meses, o renunciar al tratamiento y vivir hasta que su cuerpo aguante. Para reflexionar y tomar una decisión deja la ciudad y elige como refugio su casa familiar, con la isla de Tabarca como telón de fondo, en la que se reúne con las dos personas más importantes de su vida: su hijo y su exmarido.
Meli, la protagonista, decide enfrentarse a su drama con un sentido del humor inteligente, atrevido y con ganas de vivir, de pasarlo bien y de aprovechar el momento sin renunciar a ninguno de los placeres que le otorga la vida en el aquí y el ahora, de una manera sencilla y sin estridencias. Con esta actitud y acompañada por Ernesto, su exmarido, y por Víctor, su hijo, van llenando el escenario de recuerdos y de nuevas vivencias los tres juntos, de forma desenfadada, poniendo sobre la mesa con total naturalidad temas como la enfermedad, la amistad, el amor, el desamor, el sexo, la libertad sexual, las relaciones interpersonales, la familia… Todo ello nos invita y casi nos obliga a relativizar y a reflexionar sobre la importancia de las cosas cuando se vive viendo de cerca y con certeza la propia muerte.
Estamos ante una obra ágil, bien escrita, bien dirigida y brillantemente interpretada, con una escenografía original, fresca y diferente, con varias localizaciones sobre el mismo escenario y proyecciones sobre una pantalla al fondo. Destacar que en ningún momento, por más que el humor esté presente, se le quita importancia al tema central de la obra, la enfermedad de Meli y el drama que ello conlleva; es una lección, sin pretenderlo y sin moraleja, que nos hace ser conscientes de la importancia de vivir con ganas y de disfrutar de las cosas y de las personas que tenemos cerca. Un canto a la vida. Carpe diem.
Felicidades a todos los que han participado en este montaje y han hecho posible que la esencia del teatro quede plasmada a la perfección: la risa y el llanto compartiendo escenario; ese es el sentido del teatro, emocionar. La Decisión lo consigue con solvencia y se agradece muchísimo.
Mónica Navarro