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El vino está de moda. Salir con tus amigos o con tu pareja o preparar una cena o una comida en casa y tomar un vino es hoy algo bastante común. Tomar un vino ha dejado de ser, en muchas circunstancias, un simple ejercicio ocasional para convertirse en una experiencia vital, que se recuerda y, sobre todo, que se cuenta.

El avance de la cultura enológica es constante, pero registra diferentes velocidades. No se puede esperar que todo el mundo tenga conocimientos sobre el vino para mantener una conversación con un apasionado ‘sommellier‘. Por ello, hoy vamos a ofrecerte una serie de claves para que parezca que sabes de vino y puedas abrir nuevos temas de conversación que, a su vez, te den más conocimientos y fomenten esa afición enológica que llevas dentro.


 Saber elegir un vino entre todas las Denominaciones de Origen te hará parecer que sabes de vino
FUENTE: commons.wikimedia.org
Cuando acabes la lectura de este post, tú mismo podrás decir que parece que sabes de vino; y te sentirás un aficionado con ganas y necesidad de progresar.

¡Vamos allá!

1.- Elije el vino.

No todo es Rioja o Ribera del Duero. Elegir un buen vino no es dejarse llevar por los tópicos. Esta es una de las claves principales para que parezca que sabes de vino. Solo en España tenemos más de 60 Denominaciones de Origen diferentes. En cualquiera de ellas puedes encontrar vinos muy buenos. Te damos pistas: los blancos de Rueda pueden ser otra buena opción; los rosados de Navarra y los rosados y los tintos de Utiel-Requena, elaborados con variedades de uva como la Bobal, Tempranillo, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Pinot Noir son también excelentes.

Pensar que todo el tinto ha de ser Rioja o que todo el blanco ha de ser Ribera del Duero es cerrarse a las enormes posibilidades que nos brindan otros vinos españoles, con otras Denominaciones de Origen (muchas de ellas emergentes), de excelente calidad.

2.- Toma la temperatura al vino.

Aquí nos vamos poniendo algo más serios. Has de tener en cuenta que si sacas una botella de vino y quieres impresionar de verdad, debes saber, por ejemplo, que el vino blanco no se toma a la misma temperatura que el tinto. Los vinos blancos jóvenes es ideal consumirlos entre 7 y 10º C, mientras que los blancos crianza es recomendable tomarlos a una temperatura entre 10 y 12º C.

Pero si lo que vas a servir es un vino tinto debes presentarlo con un margen de temperatura que oscile entre los 16 y los 18 º C, para que se puedan conservar todos sus matices y se perciban adecuadamente sus componentes. Una excesiva temperatura provoca que la volatilidad del alcohol inunde el paladar, haciendo imposible la captación de los distintos aromas. Si quieres dar un paso más para que parezca que sabes de vino de verdad, recuerda que los tintos jóvenes pueden presentarse entre los 12 y 15º C para resaltar su frescura y matices florales, los crianzas entre los 16 y 18ºC y los de grandes añadas a 19ºC.

Ni se te ocurra meter el vino en el congelador o ponerlo sobre el radiador. Si lo tienes en la nevera a unos 6ºC, sácalo una hora antes para que se ponga a los 10ºC perfectos. Si lo tenías fuera y quieres enfriarlo, puedes meterlo en un recipiente con 50% agua, 50% hielo y 2 cucharadas de sal.

3.- Cata el vino.

Hazlo en nariz y en boca. Primero, en nariz, con la copa parada percibe los aromas de la uva. Luego remueve la copa en forma circular, con garbo, y podrás oler los aromas secundarios (de la fermentación) y terciarios (de la crianza). Después, pruébalo. Dale un sorbo al vino y al mismo tiempo absorbe una bocanada de aire para que el vino suelte todo su sabor. Ten cuidado porque, sin querer, hay veces que te puedes atragantar.


Catar el vino en nariz y en boca es fundamental para parecer que sabes de vino
FUENTE: pixabay.com
Una vez hecho esto, di a lo que te sabe, describe los sabores que notas en el vino, di qué gusto percibes y se te queda en la boca una vez lo has tragado.

4.- Sírvelo correctamente.

Siempre en copas, que tendrás que llenar sólo hasta los dos tercios de su capacidad.

Coge siempre la copa de vino con una sola mano y por el tallo cuando vayas a beber. Si lo que estás es sujetándola, sujétala por la base. Nunca jamás cojas o sostengas la copa por la parte más ancha porque no sólo podrás manchar la copa, sino que calentarás el vino.

No pierdas de vista estas claves. No sólo te permitirán responder correctamente a ciertas cuestiones sobre el vino, sino que te harán destacar entre sus amigos. Con estas recomendaciones seguro que parece que sabes de vino.

Esta entrada se publicó en Sobre vinos y está etiquetada con claves para tomar un vino, entender de vino, saber de vino en 9 diciembre, 2014 por Beatriz Muñóz.

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