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Requena (27/04/17). Las provincias

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, destacó ayer, en declaraciones recogidas por la Agencia Efe, que su compañía ha pedido más tiempo al Gobierno para decidir si solicita la renovación de los permisos para explotar centrales nucleares cuya licencia expira en los próximos años, como la de Cofrentes, que tiene permiso hasta marzo de 2021, a fin de conocer cómo se trata dentro de la política energética.

Galán, durante una conferencia con analistas para presentar los resultados de la eléctrica en el primer trimestre, recalcó que su filial Iberdrola Nuclear España lleva años soportando importantes pérdidas debido a los grandes impuestos que gravan la energía nuclear en España.

El presidente de la eléctrica subrayó que «esto ha modificado el plan de negocio original», que tenía en esta área de actividad y señaló que, al no saber cuándo desaparecerán las pérdidas, era complicado pedir permisos que se dan para plazos largos de tiempo.

Ignacio Galán añadió en la misma línea que el plazo que piden al Gobierno no es de años, sino de unos doce meses, para poder analizar la situación y conocer la política energética que va a aplicar el Gobierno.

«Antes de tomar cualquier tipo de decisión nos gustaría que se definiera la política energética en España» para no tomar decisiones que afecten a la cuenta de resultados de la compañía, añadió el presidente de Iberdrola, quien resaltó que hay que saber cómo se va a pagar el coste de la energía nuclear y ver si se puede generar algún tipo de beneficio.

Almacén de residuos

Mientras, la central nuclear ha iniciado los trámites para solicitar el permiso para la construcción de un almacén temporal individualizado para guardar el combustible ya utilizado.
Fuentes de la central señalaron que esperan que pueda entrar en funcionamiento entre 2019 y 2020. El objetivo de este almacén es poder guardar los restos de combustible, ya que la capacidad de las actuales instalaciones se encuentran prácticamente llenas.

El ATI lo constituirá una losa de hormigón armado con resistencia sísmica y con capacidad para almacenar un total de 24 contenedores de combustible.

Los contenedores son cilindros de acero y hormigón, de unos 5 metros de altura y 2,5 de diámetro, diseñados para mantener de forma segura el combustible en cualquier tipo de situaciones. Los contenedores se refrigerarán por convección natural y sus espesores proporcionarán el blindaje necesario para permitir el acceso de personal.

Comparte: La continuidad de la central nuclear de Cofrentes, amenazada a partir de 2021