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Documento del mes de agosto de 2025 de Archivo Municipal de Requena

Requena (01/08/25)- Archivo Municipal de Requena

AMRQ 2895 Libro de actas del Concejo de Requena de 1546-1559 y AMRQ 4721 y 2470. Libros de cuentas de propios y arbitrios de 1573 a 1639.

En la actualidad, la numeración romana sólo se utiliza en su carácter ordinal para casos específicos como monumentos y placas conmemorativas; numerar eventos y congresos; para la numeración de papas, reyes y dinastías; para los siglos; en las esferas de los relojes y algunas prácticas más. En la contabilidad fueron sustituidos ya en la Edad Media por la numeración indo-arábiga que aportó importantes novedades como estar basada en el sistema decimal-centesimal, la aparición del cero, la no utilización de símbolos alfabéticos como eran los romanos y la economía de números frente a los romanos, gracias a su valor posicional, donde el valor de un número depende de su posición. ¿Nos podemos imaginar ahora realizar la contabilidad en números romanos o utilizar el móvil sin la numeración actual?

Los primeros números arábigos en el Occidente cristiano aparecieron en el Códice Vigilanus o Albeldense finalizado en el año 976 en el monasterio de San Martín de Albelda de Iregua (La Rioja). Sin embargo, su difusión no alcanzaría la plenitud hasta el siglo XV. Ya en el siglo XIV los comerciantes italianos se apercibieron de la utilidad y eficiencia de la numeración arábiga para la aritmética y contabilidad y fueron sus principales impulsores.

Aunque en teoría la numeración romana fue desplazada completamente por la arábiga como sistema de representación numérica en Occidente desde finales de la Edad Media, sin embargo, si acudimos a los libros de actas y de cuentas del Concejo de Requena, observamos la prolongada resistencia y pervivencia de los números romanos. De hecho, los libros de cuentas y propios reflejan la numeración en romanos hasta 1639.

La numeración romana procedía de la Antigua Roma, basándose en la etrusca, por un sistema basado en símbolos alfabéticos y en la adición, es decir, cada signo representa un valor que se suma al anterior. Las letras del alfabeto que representaban valores numéricos en el sistema romano eran el I (1), V (5), X (10), L (50), D (500) y M (1000). Así, los números básicos eran el 1 y el 5, a los que se unían los múltiplos (10, 100, 1000, 50 y 500). Empezaban por la izquierda los de magnitud mayor (MDCLII por 1652). Sin embargo, para abreviar y facilitar la lectura, se empezaron a colocar signos de magnitud inferior a la izquierda de signos de magnitud superior para representar que éstos últimos quedaban disminuidos en aquel valor (sistema sustractivo). Por ejemplo, IV por 4, CD por 400 o XIX por 19. A pesar de ello, en la documentación contable requenense se puede observar que para el 4 se utiliza IIII, para 40 se usa XXXX o para 400 los signos CCCC. En muchas esferas de relojes aún pervive en la hora cuarta el símbolo IIII en vez de IV.

En Castilla, y también en Requena, se dio la numeración llamada cuenta castellana. Debido a que la unidad de cuenta era el maravedí que había perdido casi todo su valor inicial, para que el número no fuera muy largo, se utilizó el calderón en forma de U que multiplicaba por 1.000 todas las cantidades que estuvieran a la izquierda, así XXIIIUCCVI supondrían 23.206 maravedíes. Si el valor era de un millón se utilizaba el cuento con el símbolo qº.

En el documento del mes hemos seleccionado algunas cuentas realizadas en el siglo XVI y XVII.

Por ejemplo, de un acuerdo concejil de 1548 observamos la cuenta de gastos que el regidor Cristóbal Hernández presentó de su viaje a la corte para tratar asuntos de la Villa. Tras la expresión en letra de la cuantía de cada gasto en maravedíes como unidad de cuenta, al margen derecho del acuerdo para realizar la contabilidad se utilizan los números romanos hasta dar un total de IIIUDCCCXVI (3.816 maravedíes), observando la utilización del calderón (U) que indica que hay que multiplicar por mil los valores que están a la izquierda.

En 1550, Tomás de Moya, mensajero, presenta también su cuenta de gastos por su viaje a la Corte para el concierto del pleito de los ganados. Observamos como no se aplica el valor sustractivo y en el cargo o ingresos se utiliza la numeración XIUDCCCCXXII (11.922 maravedíes) donde CCCC equivaldría al más ortodoxo CD. También hay una rectificación de número romanos en el pago al procurador Hernando de Aguilar IUCLXCVI (1.190). Un pequeño símbolo (un punto sobre un signo tironiano) equivale a medio maravedí en el pago a Juan González Angulo XI ? (11’5 maravedís).

En la cuenta de propios y arbitrios del Concejo de Requena de 1573-1574 reflejamos algunos de los ingresos del Concejo de Requena por concepto de dehesas, ardales, hornos, puente de Pajazo y otros. Aquí el símbolo mil del calderón se representa como U, por ejemplo en el ingreso del horno de Camporrobles IXU (9.000 maravedíes). Tampoco se emplea el sistema sustractivo y del arriendo del estiércol se ingresan IIIIUDCLXXXV (4.685 maravedíes) donde IIII equivale a IV. O en las cuentas de 1592-1593 los ingresos alcanzan los 480.484 maravedíes representados como CCCCLXXXUCCCCLXXXIIII, donde por dos veces CCCC equivale a CD y IIII a IV.

Presentamos algunas de las últimas cuentas realizadas en números romanos, concretamente hasta 1639, con ingresos y gastos curiosos como el de realizar tablados para el Corpus o talanqueras para toriles en san Juan; los gastos en una novena a la Virgen de la Soterraña como rogativa por la sequía; gastos en limosna, cera y olores en las fiestas de San Simón y San Judas o el pago de los salarios del pregonero y médicos, entre otros.

En estas últimas cuentas se suele emplear en letra el valor en reales, sin embargo, al margen derecho está expresado en maravedíes en números romanos. Un real equivalía a treinta y cuatro maravedíes.

 

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