lunes, 3 marzo
Fuente Europa Press
El grupo parlamentario Compromís ha presentado en las Corts Valencianes una proposición no de ley que reclama una vez más el cierre de la central nuclear de Cofrentes (Valencia), dada su «peligrosidad presente y los efectos nocivos sobre las personas y el medio físico a corto, medio, largo y larguísimo plazo, provocados por los residuos radiactivos que genera», que son «imposibles de neutralizar».
En esta proposición no de ley, publicada esta semana en el Boletín Oficial de las Corts Valencianes y firmada por el diputado de Compromís Juan Ponce, la coalición pide a la cámara autonómica que inste al Consell a exigir al Gobierno de España la anulación de la prórroga establecida en 2011 para la explotación de la nuclear de Cofrentes. También solicita que el Ejecutivo central elabore un plan de cierre «próximo y definitivo» de estas instalaciones.
Según señala la coalición en la exposición de motivos, un reciente estudio del Instituto Max Plank de Alemania señala que la probabilidad de que se produzca un accidente nuclear es de «una cada 10 o 12 años», lo que considera «del todo inasumible, sobre todo teniendo en cuenta el porcentaje menor que aporta la energía nuclear a la cesta energética global», así como que existen «alternativas más seguras, limpias y económicas» para la generación de electricidad, como son las energías renovables.
Compromís destaca que «el riesgo nuclear es tan grave y las consecuencias tan nefastas que todo cuidado es poco». Subraya que «entre la eólica y la solar ya se genera en España más electricidad que con las nucleares» y que «hay un enorme potencial de reducción del consumo a través del ahorro y la eficiencia energética».
Por tanto, según este grupo parlamentario «tecnológicamente es posible, e incluso fácil, suplir la fuente nuclear». En esta línea, añade que España exporta más electricidad que la que genera la central de Cofrentes, con lo que «se puede deducir fácilmente que esta central sobra».
«Desde un punto de vista ético, cerrar Cofrentes es una obligación indiscutible; económicamente, solo el ahorro que supone dejar de gastar dinero en la gestión de los residuos radiactivos hace extraordinariamente rentable su abandono definitivo», manifiesta Compromís, que añade que «también para prevenir el cambio climático es mejor cerrar las nucleares».