jueves, 16 enero
Requena (16/01/20).La Unió
La Unión Europea se está convirtiendo a pasos agigantados en un mundo de contradicción permanente. Mientras la Comisión Europea ha decidido no renovar por sus efectos para la salud humana la aprobación de las sustancias activas clorpirifós y clorpirifós metil utilizadas en la elaboración de productos fitosanitarios, los consumidores europeos verán como los productos agrícolas importados de buena parte del mundo que llegan a nuestros mercados sí podrán contener residuos de las mismas, según denuncia LA UNIÓ de Llauradors.
Los agricultores de la Comunitat Valenciana confían en disponer de alternativas viables tras la decisión de la UE. En España y la Comunitat Valenciana estas dos sustancias son hasta la fecha muy usadas en las producciones agrícolas y por ejemplo en los cítricos contra una de las plagas más comunes y peligrosas como el cotonet de Sudáfrica que precisamente nos llegó desde allí. Ahora, paradójicamente, los productores sudafricanos podrán seguir utilizándolos y por tanto entrar en los mercados europeos con la presencia de esas sustancias en los fitosanitarios que prohíben a los agricultores comunitarios.
Esta organización agraria ha comprobado de primera mano como la mayor parte de los principales países productores de cítricos (Sudáfrica, Argentina, Brasil, China, entre otros) permiten y seguirán permitiendo si no cambian sus regulaciones el uso de las sustancias activas clorpirifós y clorpirifós metil para tratar sus árboles y por ello los productos agrícolas que lleguen a los lineales de los supermercados o tiendas de la Unión Europea podrían perfectamente contener las mismas.
La nueva normativa de la Comisión Europea, publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea el pasado 10 de enero, indica que los Estados miembros retirarán las autorizaciones de los fitosanitarios que contengan alguna de esas sustancias activas como muy tarde el próximo 16 de febrero, fecha en la que expiran sus licencias vigentes, aunque concede un periodo de gracia para ello al que pueden optar los países comunitarios que expira el 16 de abril.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria había concluido en su última evaluación sobre dichas sustancias que existen ámbitos críticos de preocupación en la salud humana por su potencial genotóxico y neurotóxico.
LA UNIÓ de Llauradors no cuestiona ni mucho menos esos criterios científicos, pero también advierte a los consumidores europeos que “aunque se prohíba aquí no significa que el riesgo desaparezca puesto que nos puede llegar con la inmensa cantidad de frutas y hortalizas importadas que nos llegan de fuera, ya que en sus países de origen sí se seguirá permitiendo su uso”.