domingo, 1 septiembre
. Documento del mes de julio: tránsito comercial por la aduana requenense: 1556-1557. AHMR 6.194.
Uno de los aspectos cruciales que han marcado la historia de Requena hasta 1707 ha sido la posesión del puerto seco y aduana de Castilla en el confín con el Reino de Valencia desde que en 1264 Alfonso X concedió el diezmo de las rentas del almojarifazgo de Requena.
El archivo conserva el registro de mercancías que pasaron por la aduana de Requena entre enero y marzo de 1556. La documentación refleja el importante tránsito comercial, la variedad de mercadurías y los destinos de las mercancías que en su mayor parte eran la Feria de Villalón y la propia Valencia. Gran parte de la mercancía está relacionada con el textil y con la industria de la seda, (seda blanca, torcida, en madeja, tafetán, terciopelo, tocas de seda, damasco, hiladillo blanco, manteles, chapines, cordellate, flaçadas, guadamecíes, cordobán, contrayes, algodón hilado, cotones, tela de paños de raso y de colores, rajas, volantes, mangas, guantes de hombres, redes para lavar lana, cáñamo, agujas, etc.). Otros productos son para el tinte (grana, agallas, tartal o rubia), alimenticios (pimienta, canela, conservas, confituras, jengibre, aceite, sémola, fideos, pepitas de calabazas, dátiles y un amplio etcétera), productos medicinales, de joyería, droguería y perfumería (ruibarbo, acíbar, coral molido, goma arábiga, canfora, ungüento de alabastro, incienso, amoniaco…) y otros (papel, cera, hilo y clavos de hierro, etc). Los mercaderes eran de Valencia, Arévalo y Toledo y poseían algunos intermediarios requenenses.
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