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EL OBSERVATORIO DEL TEJO. JULIÁN SÁNCHEZ

Que una sociedad como la española, acarreadora de un endeudamiento próximo al billón de euros y un déficit público cercano al 7% pretenda fijar sus aspiraciones de futuro subsidiando a la generalidad de sus ciudadanos, viene a ser un propósito tan irracional y falaz, como falto de viabilidad y consistencia.

Nadie podrá negar a estas alturas que la aparición en el contexto político de Podemos se ha producido como consecuencia de los desmanes y malaventuras de una casta política, más preocupada por su propia hegemonía y prosperidad que por la profundización en la mejora de nuestra democracia y de fomentar las condiciones de progreso y bienestar de la ciudadanía en general que les sustenta con sus impuestos.

La estrategia de la formación que encabeza Pablo Iglesias no puede estar mejor establecida. En un país donde el programa de televisión más visto es el magazine “Sálvame” y su estrella mediática más cotizada (1,200.000 € al año), es Belén Esteban. En un contexto social como el español que estadísticamente viene situado a la cola de Europa en cuanto al nivel de lectura y además se constata que un 23% del alumnado de secundaria no lee nunca un libro, no resulta muy difícil el habilitar estrategias para hacer cuajar propuestas sin base sólida alguna, pero muy factibles de prender en las conciencias de una sociedad masacrada por la inacción y la satrapía.

La España de los últimos tiempos se ha venido convirtiendo en el escenario propicio para caldo de cultivo de la maniobra dirigida a la manipulación de una sociedad crispada y desesperada por mor de los efectos de una crisis económica y social, la cual ha nacido y desarrollado mediante la especulación, la inoperancia y el despotismo de unas clases dirigentes (políticas, mediáticas y financieras) que han pretendido, sin disimulo ni mesura de clase alguna, beberse el agua del mar y pedir un vaso adicional por haberse quedado todavía sedientos.

Siguiendo la máxima de Orwell consistente en que el lenguaje político está diseñado para hacer aparecer las mentiras como verdades y convertir en respetable el crimen, la escenificación estrepitosa de las disputas partidistas, vienen a constituirse en la consistente tapadera establecida para encubrir la similitud de los intereses corporativos, sea cual fuese la pretendida ideología que los promueva.

Continuando con esta teoría, no puede negarse que, si consideramos que el punto álgido de cada ideología consolidada en partido político, tiene por fundamento la monopolización del poder, la estrategia a aplicar no puede detenerse en remilgo de clase alguna a la hora de atacar dicha posibilidad. En consecuencia, la idea de subsidiación de un contexto social establecido como derecho ínsito e indefinido  -teoría básica que llevó al más estrepitoso fracaso a un sistema socioeconómico como fue el marxista-, no únicamente ha vuelto a ser establecido por una formación como “Podemos” la cual basa sus planteamientos en éste sistema de colectivización característico de la ideología, sino que, también hasta la derecha más neoliberal y recalcitrante se ha atrevido a propugnar dicha propuesta, precisamente en un contexto geográfico como es Andalucía donde la subsidiación se ha convertido en un auténtico vehículo de atraso, desempleo y corrupción más que manifiesta y, ni siquiera se les ha caído la cara al suelo de vergüenza por ello.

Volvemos a recurrir a Orwell al recordar la estrategia establecida por el Partido Popular a la hora de presentar su programa concurrente a las pasadas elecciones al Congreso de los Diputados, donde prometían bajar impuestos y subir pensiones: “hacer aparecer las mentiras como verdades”, ya sabemos lo que ocurrió después.

Ya comenté en un artículo anterior el coste económico que acarrearía para el Estado la sustanciación del programa de “Renta Básica” que preconiza para España la formación “Podemos”, lo recuerdo no obstante; más de 250.000 millones de euros, adicionales al presupuesto de gastos actual: “hacer aparecer las mentiras como verdades”.

Y ahora se nos descuelga otro subsidiado más de la política como es Juan Manuel González Bonilla, barcelonés acomodado en la presidencia del Partido Popular andaluz por obra y gracia didáctil de su mentor Rajoy, cuyo máximo mérito académico que viene a acreditar es una supuesta graduación en Protocolo y Organización de Eventos, intentando fijar su estrategia pasando por la izquierda, no ya al PSOE andaluz, sino a los propios planteamientos significados en la estrategia de Podemos. Y ahora es cuando podría surgir la pregunta dirigida al gobierno del Sr. Rajoy: Si según vuestra propuesta para Andalucía, parece ser que contáis con los miles de millones  puntuales para subsidiar a toda una comunidad como la Andaluza, con la escueta y miserable intención de conseguir su voto mayoritario, ¿cómo puede ser posible que nos hayáis cosido a impuestos, rebajado nuestras pensiones, recortado nuestra sanidad, nuestra educación, nuestros servicios sociales y todo nuestros derechos, alegando la ruina de la tesorería del propio estado a la hora de tomar posesión de vuestras responsabilidades institucionales? “Hacer aparecer las mentiras como verdades”.

La evolución social ha venido desde siempre sustanciándose mediante el fluido vital propiciado por el trabajo, así ha venido siendo siempre y debiera seguir siendo, si no se quiere que dicha sociedad quede sepultada en el polvo de la inacción y la inanición más degradante. Como estrategia política la subsidiación puede convertirse en aglutinador temporal de una ilusión, que luego, querámoslo o no, deberá sustanciarse de forma material y efectiva, salvo que se deje caer nuevamente a la sociedad en la estafa, el desengaño y la incredulidad. No se pueden fabricar correas sin disponer del cuero adecuado y, para disponer convenientemente de éste material, debe de haberse concurrido en un proceso que alcance desde la crianza de la vaca hasta el curtido y refino de la piel en un proceso fabril. O dicho de otra forma, que el material no se crea mediante un proceso de subsidiación o dádivas, simplemente porque no podemos hacer milagros, el material se produce mediante un laborioso sistema que posibilita un dispositivo laboral que únicamente se puede llevar a cabo mediante el trabajo.

La subsidiación a nivel general, no puede producir a la sociedad en que se aplica otra cosa que la miseria, el atraso y la inutilidad y los políticos deberían reconsiderar sus estrategias y dirigirlas hacia el establecimiento de las condiciones más efectivas para la institución de  riqueza mediante el trabajo, suscitando los contextos de creación de empleo, a fin de que la ciudadanía pueda alcanzar la realización personal y familiar mediante el ejercicio de sus posibilidades laborales que son las únicas que pueden restablecer su autoestima, su sustento y el de su familia y no socavar su dignidad mediante miserables subsidios que, además serían tan ilusorios como insustanciales.

Basta ya de mentir a la ciudadanía únicamente con la intención de ganar tiempo para seguir manteniendo esas máquinas de colocación sectaria en que se han convertido los partidos políticos al uso, los anteriores y los de nuevo cuño. Estamentos de reparto de favores que colonizan los espacios públicos de la sociedad, los cuales constitucionalmente deberían haber sido resguardados para su cobertura mediante los sagrados preceptos propios de la igualdad, mérito, capacidad y publicidad equivalente a la generalidad de la ciudadanía.

Basta ya de aprovechar la buena voluntad y el desengaño social para intentar, aún adoctrinando y falsificando la historia, de convertir los contextos sociales en cotos privativos, aún en nombre de una democracia que ellos mismos se facultan en socavar, copando los puestos y ascensos por quienes, no asimilando otra forma de prosperar en la vida, se han enquistado en la pertinaz militancia, entregado a una servil obediencia, sin que se les haya puesto por delante el menor escrúpulo a cualquier oportunidad a corromperse.

Eduard Bernstein gran impulsor de la socialdemocracia moderna, en su tesis revisionista sentenció: «El verdadero socialismo no consiste en derribar el orden de las clases; quiere basar las clases en una organización del trabajo que será para todos mejor que la organización actual». El trabajo, como motor impulsor del progreso la creatividad y el bienestar de una sociedad libre y democrática es el objetivo que debe perseguir todo estado de derecho, moderno y funcional que pretenda otorgar a su ciudadanía genuinos visos de viabilidad, fomentar su dignidad y fraguar su fortaleza. La estrategia de la subsidiación únicamente puede equivaler a la desmotivación y  el empobrecimiento de una sociedad a la que va a privarse por medio del engaño de los mínimos visos de viabilidad.

Terminemos recordando nuevamente a Orwell: “El lenguaje político está diseñado para hacer aparecer las mentiras como verdades y convertir en respetable el crimen”. Cuidado con los “mesías” de nuevo cuño, a derecha e izquierda del espectro político, que los milagros no se suelen sustanciar en los bienes materiales y, como quedó dicho, si no elaboramos el cuero, no podremos disponer de correas para sujetar nuestros pantalones, por lo tanto, cuando un pantalón no se sujeta, se corre el peligro de que se descuelgue y queden al descubierto nuestras auténticas realidades.

Julián Sánchez

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