En los tiempos de la post-verdad

Requena (30/03/17). JCPG – LA BITÁCORA
Según parece estamos en los tiempos de la post-verdad. Un eslogan, sin duda, atractivo. Pero no sé muy bien qué quieren decir con esto. Si, realmente, lo que quieren decir es que la mentira reina lozana y hermosa, pues parece que tenemos razones para pensar así. Aunque, bien pensado, ¿acaso en el pasado esto no era una realidad?
Bueno, ya sé que esto es un poco pesado, pero creo que se refieren al reinado imperial, aplastantemente dominante, del sentido relativo de todo en la existencia humana. Aunque con este término vienen asociados, al menos en los medios de comunicación, esos instantes Trump sin los que las teles no podrían vivir. Y parece que el propio Trump tampoco.

Llega el reino de las emociones, que ya no se van a quedar en casa, en la intimidad. Esto es lo que parecen plantear. Emociones que lleva uno a las urnas, y luego sale lo que sale.

Uno de los grandes del XVII, Saavedra Fajardo ya dijo que “todo el estudio de los políticos se emplea en cubrirle el rostro a la mentira y que parezca verdad, disimulando el engaño y disfrazando los designios”. Era todo un experto, como buen diplomático.
El reinado de lo falso se extiende por todo, y quienes mejor lo saben son los partidos. Ya se ocupan bien de redactar informes sobre lo que hacen, embelleciéndolo, para ampliar sus efectos colaterales. Esas notas de prensa en las que nos dicen que lo hacen todo por el bien de la gente, no como esos partidos de la oposición que no hacen otra cosa que enredar y poner obstáculos a los que queremos lo mejor para todos.
Pero no sólo en el politiqueo patrio se da este mal. En la enseñanza también se sufre. Ya existen los padres que animan a sus hijos a grabar videos de los profes que les tiene manía y se empeñan en suspenderlos. Qué puede haber de malo en ello.
En Los Ruices, a 29 de marzo de 2017.