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El pasado sábado, cuando me dispuse a repasar las diferentes noticias que nos trae habitualmente la prensa en sus ediciones digitales, quedé sorprendido por la inesperada, pero sin duda agradable, noticia que nos traía el diario valenciano “LAS PROVINCIAS” bajo el enunciado siguiente: “EL CAVA DE REQUENA SE LLAMARÁ POR FIN CAVA DE REQUENA”.

Evidentemente que mi sorpresa no pudo asumir mayor nivel, por lo que, consecuentemente, me dispuse a leer toda la información que el artículo traía y, efectivamente, el autor de la pesquisa venía a manifestar que, tras los dos intentos propuestos con anterioridad de dos denominaciones ciertamente poco acertadas, se había producido su desestimación. La primera de ellas “Altos de Levante” la cual fue adoptada en un principio con la total aprobación de los elaboradores requenenses y de los representantes de la Consellería de Agricultura, fue abandonada merced a su ostensible rechazo popular, en consecuencia, se acordó la búsqueda de otro nombre.

Como se recordará, se intentó posteriormente la propuesta de otra nueva calificación; “Cava del Interior Valenciano” y, según recoge literalmente la información descrita, “dicha nomenclatura no acababa de gustar a muchos por la referencia “valenciana”. Entre los rechazos o reticencias, las de la propia DO del Cava, la del Ministerio de Agricultura y la de la DO del Vino de Valencia. Ésta última por la coincidencia nominativa, acrecentada probablemente por las últimas diferencias con los productores de vino de la DO Utiel-Requena”.

No vamos a profundizar sobre las más o menos espurias intenciones que llevaron a las personas responsables de la Asociación de Elaboradores del Cava de Requena a la adopción de las anteriores nomenclaturas, pero lo cierto viene a ser que se han avenido a rectificar de forma muy razonable, y siempre una rectificación es una evidencia de inteligencia manifiesta, reflexionar es ponderar y solamente los necios ignoran las bondades de una buena reflexión.

El consenso une, la imposición separa y genera rechazo, por lo tanto, estimo que esta propuesta va a traer consigo la unidad y la acepción unitaria de una realidad que estimamos se manifiesta como un bien para todos. Bien tanto para los cosecheros, los elaboradores, las cooperativas, las entidades sindicales agrarias y, por ende, bien para los residentes en nuestro municipio y por extensión de nuestra comarca. La razón y el sentido común no tienen otra salida sino el acierto.

La propuesta unánime ya se ha adoptado y siempre sobre la base del derecho (otorgado por la infalibilidad de una sentencia judicial firme), el consenso y la objetividad. Bajo estas premisas es de suponer que el trámite final que el supuesto debe superar sobre las diligencias establecidas reglamentariamente al efecto ante la D.O. del Cava y, finalmente, en el Ministerio de Agricultura, no deben tener mínima oposición para su aprobación definitiva. Pero, aún en el caso de que no fuese así, siempre nos quedaría el exhorto de continuar la reivindicación ante los Tribunales de lo Contencioso en atención a nuestro derecho subjetivo reconocido en la sentencia anteriormente mentada, la cual vino a otorgar a nuestro municipio el derecho a cultivar, producir, elaborar y comercializar cava dentro del perímetro de nuestra propia circunscripción, el cual no ostenta otra denominación que la que, por muchos siglos, viene reconociéndose y  estableciéndose como REQUENA.

Julián Sánchez

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