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Requena ( 28/11/17). Cuaderno de Campo. La Naturaleza en la Meseta de Requena-Utiel
Javier Armero IranzoPocos espacios naturales hay en la Meseta de Requena-Utiel con tanta biodiversidad como el río Magro y su entorno inmediato. Sin embargo, no ha tenido la atención que se merece por parte de los propios administradores del territorio como son los ayuntamientos, la Diputación Provincial, la Generalitat Valenciana o la Confederación Hidrográfica del Júcar. Ni siquiera de la ciudadanía local,a pesar de que atraviesa la comarca por la mitad uniendo sus dos núcleos poblacionales más importantes como son Requena y Utiel.

No tengo ninguna duda al afirmar que el río Magro es uno de los enclaves naturales más importantes de toda la provincia de Valencia. Sin embargo, e incomprensiblemente, sus valores biológicos y paisajísticos apenas son conocidos, ya no por el conjunto de los valencianos sino por los propios habitantes de nuestra comarca.

En el anterior artículo se describía la geografía del río Magro y su importancia para la flora y vegetación y se hacía énfasis en los bellos paisajes por los que discurre. Hoy, sin embargo, se hablarádel papel que aporta a la vida animal a la que sirve de biotopo. Magnífico biotopo para una rica biocenosis. El río Magro se convierte así en el río de la vida.

Este Cuaderno de Campo aborda esencialmente la fauna vertebrada que vive en el propio río y sus inmediaciones. Sin embargo, y no con menor importancia, la invertebrada tiene también una notable representación en el paraje. Aunque no hay estudios completos al respecto, se intuye que la abundancia de taxones de este tipo de especies es mucho mayor.

Quizás los grupos zoológicos mejor prospectados sean el de los moluscos y el de los insectos odonatos, gracias a la contribución de dos expertos estudiosos en ellos, como son Toni López, para el primer grupo y Nacho Sendra, para el segundo.

En concreto, y teniendo en cuenta el tramo alto del río, entre Caudete de las Fuentes y el embalse de Forata, se han podido localizar hasta 64 especies diferentes de moluscos. De estas 4 son bivalvos (almejas de agua dulce). Tres de ellas son autóctonas: Pisidium casertanum, Pisidium nitidum y Pisidium personatum. Pero desgraciadamente también hay una exótica y de carácter netamente invasor: el mejillón cebra, Dreissena polymorpha, localizado en aguas del embalse de Forata. Por su parte, existen 12 caracoles estrictamente acuáticos de los que merece la pena destacar algunos exclusivos de aquellos tramos de aguas de mayor calidad o de fuentes ysurgencias cercanas, como Josephus aitanica, Melanopsis tricarinata, Theodoxus fluviatilis, Ancylus fluviatilis, Pseudoamnicola subproducta, Stagnicola fuscus, Planorbis planorbis o Ferrisia fragilis.

En lo que se refiere a las libélulas y caballitos del diablo, espectaculares insectos odonatos cuya biología reproductiva está íntimamente unida al medio acuático, se ha confirmado la presencia de nada menos que 24 especies distintas en el citado ámbito geográfico. Entre ellas merece la pena destacar dos ciertamente amenazadas a nivel nacional como son Coenagrion caerulescens y Zygonix torridus. Un motivo más para llamar la atención de un cauce lleno de valor para la vida animal.

Pero en general, son los vertebrados los animales mejor conocidos en los ambientes acuáticos y ribereños del Magro. Peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos de distintas familias sistemáticas ocupan todos los rincones del medio natural enriqueciendo notablemente el ecosistema fluvial.

Entre los peces se han detectado un total de once especies entre Caudete de las Fuentes y Forata. De ellas apenas tres son autóctonas: el barbo mediterráneo Luciobarbus guiraonis, el cacho Squalius pyrenaicus y la anguila Anguilla anguilla. Lamentablemente, las ocho restantes son especies foráneas cuya presencia en el río ha sido fruto de sueltas deliberadas, principalmente por parte de pescadores poco respetuosos. Así, contando todos los sectores del río incluyendo Forata, se ha podido verificar la presencia del gobio Gobio lozanoi, del alburno Alburnus alburnus, de la carpa Cyprinus carpio, de la perca americana Micropterus salmoides, del carpín Carassius auratus, de la gambusia Gambusia holbrooki, del pez sol Lepomis gibbosus e incluso del siluro Silurus glanis, este último detectado por primera vez en el embalse de Forata en 2009. Un sinsentido más de la alteración de los medios naturales por parte del ser humano.

La especie más amenazada de extinción de la Comunidad Valenciana y probablemente de toda España, la loina Parachondrostoma arrigonis, ya no existe en el tramo alto del río. Apenas se presenta aguas abajo del embalse de Forata, seguramente por las afecciones que le produce la interacción con tantas especies exóticas y por la brutal contaminación del caudal del Magro durante el último cuarto del siglo XX.

Otros animales sumamente interesantes y que completan los entramados tróficos ligados al ecosistema acuático son los anfibios, aunque en el ámbito geográfico del río apenas aparecen unas pocas especies. En concreto, en el cauce aparecen la rana común Pelophylax perezi y el sapo común Bufo spinosus, principalmente, mientras que en barrancos y fuentes aledañas son más habituales el sapo corredor Epidalea calamita, el sapo partero común Alytes obstetricans y el sapillo moteado Pelodytes punctatus.

Se conoce en la demarcación un único dato de sapillo pintojo ibérico Discoglossus galganoi. Un ejemplar localizado en unafuente enclavada en un precioso barranco de la sierra Martés que vierte sus aguas al cauce del río. Cita realmente valiosa por la extrema escasez de este animal en el conjunto de la Comunitat Valenciana, y que debería servir para abordar en profundidad un estudio biogeográfico que permita aclarar su estatus actual aquí.

Por otro lado se sabe de la presencia hasta finales del siglo XX dede otro anfibio sumamente amenazado a nivel provincial, el gallipato Pleurodeles waltl. Habitaba distintas balsas y

surgencias de agua de la Vega del Magro en el entorno de El Pontón, pero en la actualidad parece haber desaparecido de allí, seguramente por la transformación o total destrucción de esos sensibles enclaves.

La comunidad de reptiles del Magro y del entorno inmediato por donde discurren sus aguas está compuesta, nada menos, que por 17 especies. Es una cifra realmente alta que sitúa al paraje entre los más valiosos de la Comunitat Valenciana para la herpetofauna.

La abundancia y distribución de cada una de ellas en la localidad es muy diferente. Así en el propio cauce del río destaca la presencia del galápago leproso Mauremys leprosa, especialmente en aguas debajo de la ciudad de Requena. Se ha llegado a confirmar su crianza a partir de la ermita de San Blas, y su presencia no es rara en los parajes más montañosos, como El Atrafal o La Herrada.

También en el río se han detectado a las dos culebras de agua, la viperina Natrix maura, y la mucho más escasa y puntual, culebra de collar Natrix natrix, quizás menos resistente a la degradación de las aguas.

En cuanto a los saurios, junto al espectacular lagarto ocelado Timon lepidus, bien distribuido en la juridiscción, aparecen dos lagartijas ciertamente comunes, la parda Podarcis liolepis y la colilarga Psammodromus algirus. La primera es muy habitual en el entorno de los asentamientos humanos, y la segunda en  bosques y matorrales. Más raras son, sin embargo, las lagartijas colirrojas Acanthodactylus erythrurus y cenicientas Psammodromus edwarsianus. Ambas parecen presentar poblaciones muy fragmentadas y localizadas en arenales y terrenos sueltos la primera, y en montes más térmicos, como el valle de Hortunas y la Fuente de la Canaleja, la segunda.

Hay dos especies de hábitos hipogeos, ya que suelen permanecer bajo rocas o enterradas, y pocas veces se las ve en la superficie.Son el eslizón ibérico Chalcides bedriagai y la culebrilla ciega Blanus cinereus, que por ese comportamiento tan peculiar apenas se han podido observar en algunos parajes de la Vega del Magro y de La Herrada, aunque seguramente deben ser más habituales de lo que se cree.

Entre los ofidios de hábitos terrestres, destaca la relativa abundancia de dos culebras de gran tamaño: la bastarda Malpolon monspessulanus y la de escalera Rhinechis scalaris. Ambas se encuentran por todo el ámbito del Magro, siendo quizás más común la primera en espacios agrícolas y la segunda en terrenos más montanos. La culebra lisa meridional Coronella girondica, por su parte, es un pequeño ofidio de costumbres crepusculares muy bien distribuido por las sierras de las Cabrillas y de La Herrada. En cambio, la culebra de herradura Hemorrhois hippocrepis, aunque también se la ha citado allí, es notoriamente más escasa y casi siempre se la encuentra en las inmediaciones del propio río Magro a modestas altitudes. Quizás sus requerimientos más termófilos le impidan ser más común de lo que realmente es a nivel valenciano.

Por último, la víbora hocicuda Vipera latastei, el único reptil potencialmente peligroso para el ser humano, es con diferencia, el más escaso de todos ellos aquí. Tiene requerimientos exclusivamente forestales, por lo que únicamente se sabe de su existencia en la sierras de La Herrada y de Martés.

En relación a los mamíferos se conocen nada menos que 35 especies diferentes en el ámbito geográfico del curso alto del río Magro, de los que diez son roedores, ocho son quirópteros, siete carnívoros, cinco artiodáctilos, tres son insectívoros y dos lagomorfos.

Entre los roedores cabe destacar la presencia de dos especies endémicas de la península Ibérica (cuya distribución mundial se circunscribe aquí) y, por tanto, muy valiosas desde el punto de vista de la conservación: la rata de agua Arvicola sapidus y el topillo de Cabrera Microtus cabrerae. El primero de ellos es todavía común en el río Magro a pesar del regular estado de sus aguas. Es ciertamente habitual aún encontrar sus madrigueras excavadas en el propio talud del cauce a poca distancia del nivel de las aguas en muchos tramos fluviales.

El topillo de Cabrera, por su parte,  es una verdadera joya zoológica comarcal que mantiene en los juncales y praderas herbáceas de la vega del Magro entre Caudete y Requena algunas de las escasas colonias de cría de la provincia de Valencia. Hay que recordar que la población nacional de este roedor está altamente fragmentada y dispersa, por lo que su conservación es realmente prioritaria para las administraciones con competencias en protección de la biodiversidad.

Los quirópteros constituyen, con diferencia, el grupo de mamíferos peor conocido en la localidad. No obstante, se sabe que hay murciélagos en todos los ambientes ribereños: forestales, rupícolas, riparios, agrarios y urbanos. No parecenexistir refugios con presencia realmente numerosa tales como cuevas, túneles o edificios. Sin embargo, se sabe de la existencia de abundantes quirópteros fisurícolas en determinados cantiles calizos a orillas del Magro a su paso por La Herrada, que desde luego convendría investigar a fondo.

Entre los ungulados que habitan los espectaculares desfiladeros del Magro sobresale la cabra montés Capra pyrenaica por su extraordinaria belleza. Símbolo de la vida salvaje; de lo agreste del lugar. Pocos animales caracterizan a todo un paisaje como la cabra montés, otro grande entre los grandes de la naturaleza ibérica.

Estamos a finales de noviembre, buen momento para ver las cabras. Especialmente para, los hasta ahora, solitarios machos que bajan de sus refugios en lo más intrincado del monte para cortejar a las hembras, y si se presta, para combatir entre otros de su género que quieran rivalizar en los cortejos reproductores.

En cuanto a los mamíferos carnívoros, destacan los zorros Vulpes vulpes y las garduñas Martes foina por sus buenas densidades en los montes más apartados, especialmente en los del este de la demarcación. Y, precisamente allí, aparece otro carnívoro de la máxima importancia por su rarefacción en muchas localidades valencianas y por su posición cenital en la pirámide trófica de los pinares y montes del entorno del Magro: el gato montés Felis silvestris. Un precioso felino que aún parece gozar de una buena población en La Herrada y en sierra Martés.

Pero sin lugar a dudas, la especie estrella entre los carnívoros del Magro, y en general de toda la fauna vertebrada fluvial es la nutria Lutra lutra. Terminó extinguida por completo en el último tercio del siglo XX por culpa de la persecución directa a la que fue sometida y por la incomprensible y rápida degradación de las aguas a causa de los continuos vertidos residuales urbanos e industriales de Utiel y Requena.  Lamentables consecuencias de la incultura reinante en aquellos años y de un desarrollismo nada respetuoso con el medio ambiente.

Durante varias décadas la magnífica imagen del mustélido acuático permaneció ausente de la geografía del Magro. Una verdadera lástima. Sin embargo, ha vuelto a aparecer. Tímidamente, con escasa densidad aún,  vuelven a verse indicios de su actividad en las orillas de alguno de sus sectores más salvajes. Incluso ya hay imágenes y grabaciones efectuadas con trampas fotográficas que han confirmado su regreso a nuestro río.

La nutria se halla en la actualidad en un momento de expansión geográfica y demográfica a nivel nacional que le está haciendo recuperar antiguos territorios. Situación favorable gracias, sobre todo, al cumplimiento de las leyes que la protegen y a la sustancial mejora del estado de conservación de los ríos españoles. Bienvenida, vieja amiga. Esta es tu casa; este es tu río.

El viejo Magro. Querido por unos, maltratado por otros e ignorado por la mayoría. Su cauce discurre por campos y montes llevando sus aguas a ese gran Júcar cerca ya del Mare Nostrum. El agua es la vida y bien que se nota aquí, en su curso alto.

Es un lujo poder contar a nivel comarcal con un espacio natural de semejante importancia para la vida. Investigar su fauna, interpretar sus procesos vitales, reconocer sus indicios, o simplemente pasear por unas riberas repletas de actividad y dinamismo supone una buena oportunidad de conectar con la madre naturaleza. Esa madre sabia que a veces pensamos que está muy lejos, y en realidad se halla más cerca de lo que uno imagina.

Está ahí mismo, y pasa por las inmediaciones de Utiel y de Requena, de Caudete y de San Antonio, y de tantos sitios que habían olvidado al eterno, al omnipresente Magro; al río de la vida.

El río Magro, desde luego, un verdadero oasis para la vida silvestre. Tanto su cauce como sus riberas incrementan las posibilidades de refugio, alimentación y reproducción de una gran cantidad de animales como acabamos de ver, y eso que aún falta por describir la valiosísima comunidad de aves que alberga.

No cabe duda que su compleja y variada ornitofauna bien merece una atención exclusiva. Pero eso ya será para el próximo Cuaderno de Campo.

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